Las FARC se pasan a la política

Héctor Estepa
Héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Leonardo Muñoz | EFE

50 años después, la guerrilla celebra su primer congreso con el rechazo popular

27 ago 2017 . Actualizado a las 09:25 h.

La conversión de las FARC en partido político ya es una realidad. La guerrilla inaugura hoy su primer congreso tras haber dejado las armas, con el objetivo de sentar las bases de la futura agrupación democrática. Por primera vez los debates del grupo subversivo, que hasta ahora se habían celebrado en algunos de los lugares más recónditos del país, tienen como sede la capital, Bogotá, porque las FARC quieren acercarse a la población de las grandes ciudades, donde el rechazo hacia sus líderes es generalizado.

Está todavía en el aire el nombre del nuevo partido. Iván Márquez, uno de los principales comandantes, sugirió la pasada semana el nombre Fuerzas Alternativas Revolucionarias de Colombia, que permitiría al grupo mantener sus siglas. Pero, por su parte, Rodrigo Londoño, líder de la guerrilla, creó esta semana una encuesta en Twitter con el objetivo de ponerle nombre a la agrupación. Más de 10.000 usuarios emitieron su voto, imponiéndose Nueva Colombia. La creación del partido de las FARC ha creado controversia en el Congreso. Varios miembros del mismo han criticado que los ex-guerrilleros puedan participar en política sin haber sido procesados por el sistema de Justicia Especial, cuya conformación está siendo lenta.

«El hecho de que un criminal de guerra pueda ser presidente de Colombia no tiene sentido», señaló esta semana Camilo Gómez Alzate, un ex alto comisionado para la paz. Otro foco de polémica ha sido la divulgación del contenido de la lista de bienes que el grupo presentó el pasado 15 de agosto. Dichos activos serán destinados íntegramente para compensar a las víctimas del conflicto armado. El fiscal general, Néstor Martínez, calificó esta semana su contenido como irrelevante, señalando que incluye objetos como escobas o exprimidores de frutas.

Su declaración propició un auténtico terremoto político: «Si el contenido es lo que el fiscal ha dicho, pues es realmente una burla para las víctimas», señalaba el pasado jueves el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo.

La guerrilla se defendió este viernes por medio de Pastor Alape, uno de sus miembros más destacados. El ex-guerrillero relató que las FARC han declarado bienes por casi un billón de pesos colombianos (230 millones de euros) entre los que se incluyen más de 20.000 reses, 597 caballos, 375 kilos de oro y 475.000 dólares en efectivo. 

Los asesinatos

Otro foco de problemas son los recientes asesinatos de miembros de la antigua guerrilla. Al menos 12 ex-milicianos y 11 de sus familiares han muerto a manos de grupos armados desde el pasado 14 de abril, según la agencia ACPA Cauca.

Los presuntos responsables son grupos paramilitares, en diez de los casos, y en otro de ellos es el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda mayor guerrilla de Colombia, que se encuentra negociando su propio acuerdo con el Gobierno, en otro de ellos. Por ello las FARC han reclamado más protección al Estado. No solo para sus miembros, sino también para los líderes comunitarios, parte de ellos con vínculos a la guerrilla. Al menos 51 han sido asesinados en lo que va de año, un 31 % más que el año anterior, según la organización Somos Defensores.

Los líderes guerrilleros saben que no cuentan con apoyo en buena parte del país. El 72 % de los colombianos no votaría nunca al futuro partido político de las FARC, según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría. La siguiente agrupación que más rechazo acumula se encuentra a más de 27 puntos de distancia.

La estrategia del secretariado parece ser dejar de esconderse y salir a las calles. El congreso que hoy comienza finalizará el próximo viernes con una fiesta por todo lo alto en la plaza Bolívar de Bogotá, frente al Congreso de la República, considerado el centro neurálgico del país. Allí hablará Rodrigo Londoño, alias Timochenko, después de toda una tarde de conciertos. Una imagen sin duda inimaginable hace tan solo unos meses, con la que la guerrilla pretende sellar su cambio de estrategia.