El cocinero avilesino Fran Heras combina cocina asturiana y catalana en el Born barcelonés en su restaurante El Chigre 1769
01 dic 2016 . Actualizado a las 18:28 h.El cocinero avilesino Fran Heras combina los productos asturianos y catalanes en la nueva sidrería-vermutería El Chigre 1769, una taberna a la sombra de la basílica barcelonesa de Santa María del Mar.
Este establecimiento de tapas y platillos se encuentra en un edificio histórico del Born barcelonés datado de 1769, no muy lejos del restaurante Llamber, cuya cocina también dirige Fran Heras.
Heras ha explicado que en El Chigre 1769 quiere «rescatar placeres catalanes y asturianos para disfrutarlos en buena compañía en un ambiente familiar y desenfadado, con dos divisas: Kilómetro 0 y su ADN catalán y asturiano».
Chigre, palabra e institución asturiana secular y democrática, era una tienda donde se vendía sidra u otras bebidas a granel, que nació en las cuencas mineras.
Las antiguas crónicas describen el chigre como un lugar que «reúne al rico y al pobre en amistoso hermanamiento. En el chigre nadie es más que nadie, todo son parroquianos, vecinos o visitantes ocasionales y se mezclan las personas, despojadas de grupos o castas».
Al igual que en su diseño y decoración, la suma de ambas culturas gastronómicas está muy presente en un establecimiento, tan típicamente asturiano como catalán.
«El Chigre 1769 reúne recetas catalanas con productos asturianos, y recetas asturianas con productos catalanes», subraya Heras, quien añade: «detrás de cada plato hay una historia que se cuenta en el local si el cliente lo solicita, desde los orígenes de la conserva, el ahumado y el salazón en ambos mares, hasta el descubrimiento catalán de la seta asturiana.
El cliente puede comprobar el mestizaje asimismo en platos como la fabada asturiana con chorizos catalanes o el empedrat catalán con fabes asturianas.
La bodega mantiene el mismo criterio, y además de la sidra, sólo se sirven vinos catalanes y asturianos, éstos últimos más desconocidos en Cataluña por ser de sierra dura y fría, escasos y de producción limitada, señala el cocinero.
Los vermús populares catalanes, también llamados de garaje que se elaboran en Artesa de Segre, se codean con los de Reus y con el nuevo vermut de sidra Roxmut.