El choque entre Irán y Pakistán: un nuevo frente para un área en llamas

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Pakistaníes protestan contra los bombardeos iraníes, el jueves en Islamabad.
Pakistaníes protestan contra los bombardeos iraníes, el jueves en Islamabad. SOHAIL SHAHZAD | EFE

La comunidad internacional pide «contención» ante una escalada sin precedentes

18 ene 2024 . Actualizado a las 22:43 h.

Pakistán respondió el jueves a los ataques iraníes del martes, y lo hizo exactamente con la misma moneda, en medio de una escalada en Oriente que acapara toda la atención a nivel internacional.

Menos de 48 horas después de que varios misiles de Teherán cayesen sobre la región pakistaní de Baluchistán, Islamabad lanzó una ofensiva hacia el otro lado de la frontera, contra la región iraní de Sistán-Baluchistán. Tres drones atacaron tres zonas residenciales a las cuatro y media de la madrugada (hora local), destruyeron cuatro viviendas y acabaron con la vida de diez personas de nacionalidad pakistaní —entre ellas, cuatro mujeres y tres niños—, según los datos oficiales.

El Ejército de Pakistán afirmó que la agresión apuntaba a «escondites de los grupos terroristas pakistaníes Ejército de Liberación Baluchi y Frente de Liberación Baluchi». Subrayó que usó municiones merodeadoras (capaces de aguardar alrededor del objetivo hasta tenerlo plenamente localizado) para evitar daños colaterales. «Islamabad respeta plenamente la soberanía y la integridad territorial de la República Islámica de Irán. El único objetivo del acto de hoy [por ayer] fue la búsqueda de la propia seguridad y el interés nacional de Pakistán, que es primordial y no puede verse comprometido», agregó el Ministerio de Exteriores pakistaní.

Es, precisamente, el mismo movimiento que hizo el martes Teherán: declaró que sus ataques iban dirigidos contra Yeish al Adl, una organización insurgente iraní, y que en ningún caso pretendían cuestionar la soberanía de Pakistán.

Tensión sumergida

Sin embargo, la realidad bajo la superficie es que la tensión entre ambas naciones aumenta a pasos agigantados, en una situación sin precedentes. Las dos han luchado durante mucho tiempo contra grupos terroristas en la inestable región baluchi, a lo largo de la frontera. Pero, aunque comparten un enemigo separatista común, es muy inusual que cualquiera de las partes ataque a militantes en territorio de la otra.

Mientras Irán organizaba maniobras militares con decenas de aviones, el primer ministro pakistaní, Anwaarul Haq Kakar, abandonó Suiza precipitadamente —iba a asistir al Foro de Davos—, y la UE, China, Turquía y Rusia llamaron a la contención.

«La UE está gravemente preocupada por la espiral de violencia en Oriente Medio, y ahora también en el sur de Asia», dijo el portavoz comunitario de Exteriores, Peter Stano. Es necesario que ambas partes «acepten la máxima moderación y trabajen para evitar la escalada», añadió.

Rusia y Turquía abogaron por la «buena vecindad» entre ambas naciones, y China se ofreció incluso a mediar hasta que alcancen un acuerdo. «Irán y Pakistán son vecinos cercanos, países con una importante influencia y amigos de Pekín», declaró la portavoz de Exteriores china, Mao Ning.

La India, por su parte, guardó silencio. «No tenemos nada que comentar», aseveró en un comunicado, pero agregó que entiende «las acciones que los países toman en su propia defensa». Un posible apoyo indirecto a Irán.