La crisis del coronavirus va a poner a prueba la fortaleza de la economía española. Pocos dudan ya de que los resultados de los dos próximos trimestres serán negativos a la vista de que la paralización de la actividad es casi total. La duda principal es a cuánto se elevará la sangría. El país, tanto sus empresas como las familias, necesita un paquete de medidas ambicioso para no salir demasiado malparado de un tsunami más parecido al que desató la caída de las Torres Gemelas en el 2001 que al del año 2008
Julio G. Sequeiros