El magnate, que espera recibir el respaldo de la clase media rusa «en el sentido más amplio del término», es el primer oligarca que se mete en política desde el 2003.
El magistrado reconoció así que el ex magnate del desmantelado consorcio Yukos robó 90 millones de toneladas de crudo y no 218 millones, como se le acusó en diciembre del 2010