El trabajo se basó en el análisis de dos muestras de rocas traídas a la tierra en las expediciones Apolo y en el de un meteorito lunar caído en África.
Astrónomos de EE.UU. parecen apuntar al agua encontrada en los meteoritos primitivos y las moléculas que contienen, como posible origen de los océanos de nuestro planeta.
Riera ha indicado que el famoso meteorito que cayó cerca de lo que hoy es la península del Yucatán, en México, fue la gota que colmó el vaso de la extinción de los dinosaurios.
Reverenciados y temidos por igual, a veces protagonistas de fraudes, los meteoritos siguen constituyendo el mejor método para conocer nuestra galaxia y el espacio exterior