La Audiencia Nacional decretó su detención internacional cinco meses después de su huida Mucha suerte y algunas negligencias policiales y judiciales aparecen como las explicaciones más verosímiles de la rocambolesca fuga de Laureano Oubiña, que estuvo dos días en poder de la policía suiza hace ahora tres meses.El juez de la Audiencia Nacional que decretó su ingreso en prisión en octubre del pasado año, por su presunta implicación en la Operación Ocaso, se olvidó de darle un ámbito internacional. El mismo error lo cometieron las secciones segunda y cuarta de la Sala de lo Penal que anularon las libertades provisionales de las que disfrutaba en dos procesos distintos por tráfico de hachís.Finalmente, la policía no se percató de que no había incluido la descripción del personaje en los ficheros del sistema informático al que están conectadas las policías europeas. Los agentes españoles se enteraron por sus colegas suizos de que Oubiña no aparecía en las bases de datos.Finalmente, el fax remitido por Interpol Madrid al juzgado de la Audiencia Nacional el pasado 23 de marzo revela que la orden de detención dictada por la institución no se hizo internacional hasta esa fecha.
J. Á. FARIÑAS
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J. C. ORTIZ A CORUÑA