Entre los accesorios, ocupa un lugar especial el hoy todavía codiciado bolso «Kelly» de Hermes, que inmortalizó, o los casi tan icónicos guantes blancos.
La novia eligió unos pendientes de diamantes valorados en 130.000 dólares y un brazalete de estilo Art Déco diseñado por ella misma de 90.000 dólares, así como un adorno para el pelo de 45.000 dólares.
El llamado «Desafío de diseñadores en los Óscar» sustituye al tradicional evento donde se exponían las propuestas de grandes modistos, como Valentino, Oscar de la Renta o Armani.