Los dos co-presidentes, Amusátegui y Botín, están inmersos en una auténtica guerra de poder por el control del banco No es oro todo lo que reluce en el BSCH. Pese a los excelentes resultados de la entidad (aumentó beneficios un 33,6% en el primer semestre del año), las aguas de la fusión están turbias. Desde el primer momento la lucha por el control del banco se convirtió en un duelo de titanes y la última crisis la ha provocado el cese, el pasado martes, del director de comunicación, Luis Abril, mano derecha del co-presidente José María Amusátegui. Por ahora, Emilio Botín, del Santander, se ha apuntado un tanto en esta peculiar guerra de poder, aunque hay quien dice que las espadas, aunque se escenifique un nuevo pacto de paz, seguirán en alto.
PALOMA ABEJÓN Corresponsal