Adolescentes

Pedro Antuña

LA VOZ DE LOS ASTURIANOS

El coordinador de Centro de Intervención Socioeducativa con menores y jóvenes de la Fundación Vinjoy relata los retos a los que la sociedad se enfrenta en la educación de las nuevas generaciones

04 dic 2017 . Actualizado a las 10:24 h.

Niños maleducados, adultos inmaduros, envidiados por su vigor, por su juventud, por tener todo por hacer… reprobados por respondones, exagerados, extremistas…

Como educador con unos cuantos años ya de experiencia en el trabajo con adolescentes, me duele especialmente la indiferencia o incluso el rechazo que nuestra sociedad perfectamente adulta expresa hacia estas personas precisamente cuando más nos necesitan. Voy a intentar explicarme.

Una de las palabras que nos debería ayudar a entender, conocer y comprender a los y las adolescentes, es precisamente  la que se escoge para definirles: Adolescencia. Adolescencia significa «madurar, estar creciendo», significa toma de decisiones, significa tensiones, alegrías, experiencias… significa en definitiva Vida.

Y para no caer en el error de hablar y opinar teniendo como punto de partida la nostalgia de un cuarentón hacia una etapa en la que lucía un espléndido flequillo, hagamos un ejercicio interesante. Imaginémonos que  en vez de teorizar  sobre todo un grupo de edad, sobre miles de personas a las que nos gustaría homogeneizar y encuadrar en nuestra visión del mundo, hacemos una cosa, algo inaudito, les preguntamos. Les preguntamos sobre qué quieren, cómo se sienten, qué intentan, qué buscan, qué esperan, qué piensan… Y rematamos la prueba con otra técnica aún más revolucionaria: escuchamos sus respuestas. Escuchamos con atención, sin apriorismos, sin juicios, sin rigideces, con curiosidad, con complicidad, con cariño. Al fin y al cabo, eran nuestros niños y niñas y seremos sus mayores cuando sean personas adultas.

Las respuestas que escucharemos serán frases como:

·         No somos niños pero tampoco adultos.

·         Pasamos esta etapa de la vida intentando:

  • Encajar.
  • Gustar.
  • Diferenciarnos…

·         Intentando entendernos…

·         Intentando que nos entiendan…

·         Aprendiendo a comportarnos.

·         Identificando valores, metas…

·         Creando nuestra identidad.

·         Encontrando el equilibrio.

·         Sin la experiencia suficiente para problemas nuevos…

Si hay algo que no me gusta es ponerme a pensar por las demás personas, pero cuando escucho estas y otras muchas respuestas, lo último que se me ocurre es reaccionar con prejuicios, con desconfianza o con severidad, más bien todo lo contrario.

¿Y tú?