Más allá de la lluvia de abril

LA VOZ DE LOS ASTURIANOS

14 nov 2017 . Actualizado a las 19:54 h.

A veces contemplamos las estadísticas desfavorables como si aparecieran espontáneamente, pero las goteras económicas propias de las lluvias de primavera no surgen por casualidad, sino que se producen por la falta de planificación, por un mantenimiento deficiente que sólo subsanaría una política económica verdaderamente adaptada a nuestro territorio. En la primera semana de abril supimos que somos la Comunidad Autónoma con el segundo peor dato de crecimiento del PIB en 2016. Poco después, conocimos de la mano del INE (Instituto Nacional de Estadística) que Asturias presenta, en los últimos 12 meses, los peores datos a nivel del Estado en evolución de las ventas y el empleo en el sector servicios (+1,7%; +1,3%), evolución de los ingresos por habitación hotelera (-23,7%), personas por hogar (2,25) y tasa de actividad (50,83%). Estas dos últimas cifras contribuyen a maquillar una tasa de paro en Asturias cuya cifra oficial, que deja fuera a los jóvenes emigrados, esconde uno de los peores mercados laborales en España. Además, estamos en los tres últimos puestos en creación y cierre de empresas societarias, entre otras cifras de actividad empresarial. Un mes de abril digno de olvidar para la economía asturiana.

 La receta para revertir estadísticas tan alarmantes no es un misterio, aunque no por evidente deja de ser complejo implementarla en un tejido económico tantos años descuidado. Y, como todo comienzo, es fundamental establecer objetivos. Asturias puede y debe ser un referente de desarrollo económico sostenible, trabajando con un enfoque formativo e investigador que genere tejido productivo cuyo valor añadido no esté en una mano de obra barata, sino en un «know-how» reflejo de nuestro verdadero capital social. Estamos en condiciones de generar auténticas ventajas competitivas potenciando una economía orientada a las energías renovables, integrando así nuestra industria agroalimentaria, de reconocido prestigio internacional, base de lo que deberían ser políticas de soberanía alimentaria. Hay que notar, en este sentido, que la logística y las redes de transporte locales, de salida y de entrada, deben acondicionarse para vertebrar un comercio justo, viable y adecuado para el pequeño tamaño de gran parte de nuestras empresas. Tejido empresarial, en definitiva, que Asturias debe impulsar hacia las mayores cotas de éxito mediante asesoramiento público, neutral y eficiente, así como a través de una financiación que permita desarrollar una mano de obra cualificada y motivada. En definitiva, necesitamos trascender el restringido club de empresas extractoras de recursos públicos y avanzar hacia un verdadero ecosistema innovador en donde el talento de nuestra tierra se vea, por fin, recompensado.