Muchos de nosotros, y sobre todo nuestros jóvenes, nos preguntamos ¿cuál es el futuro de Asturias? ¿Cuál es nuestro futuro? Dos preguntas que van íntimamente unidas, ya que no se puede hablar de un territorio, ni de su futuro, sin tener en cuenta a las personas que vivimos en él.
La verdad es que, desde hace años, incluso desde antes del inicio de la crisis, Asturias no es una tierra de oportunidades. Podemos recordar cómo nuestros jóvenes, ya antes del 2008, emigraban, y cómo el Gobierno socialista de entonces lo negaba diciendo que era una «leyenda urbana», cuando era una realidad ante la falta de oportunidades.
Este ejemplo se puede tomar para explicar una de las causas en nuestro diferencial en el crecimiento y en el empleo frente al resto de España. Y esa causa es la «negación». La negación por parte de los sucesivos Ejecutivos del PSOE asturiano de los problemas y, sobre todo y más preocupante, la negación de las soluciones.
Por eso nuestro futuro dependerá del cambio. De un cambio en el liderazgo político en nuestra comunidad, con la necesaria colaboración de la sociedad civil y empresarial, buscando entre todos ese nuevo porvenir.
Dependerá de reconocer que el futuro está en el empleo y que para ello nuestras empresas necesitan un entorno favorable para desarrollar su actividad, lo que permitirá crear puestos de trabajo. Dependerá de reconocer la necesidad de apoyar a nuestra Universidad y a nuestros Centros Tecnológicos con una política seria de I+D+i, porque de ello dependerá que nuestras empresas tengan a su disposición desarrollos que mejoren su competitividad y, por consiguiente, el empleo.
El proceso para cambiar nuestro futuro habrá de tener también en cuenta la importancia del mundo rural, sabiendo que su sostenibilidad, medioambiental y económica, necesita que quienes viven en esos territorios puedan desarrollar su proyecto de vida con calidad. Porque sin facilitar iniciativas agroganaderas, agroalimentarias, turísticas y tantas otras no habrá empleo.
Todo ello sin olvidarnos de acompañar a los que vivimos en Asturias con políticas de apoyo a las familias y mejoras en los sistemas sanitario, educativo y de dependencia. También con la necesaria reducción de la presión fiscal, en la que el Partido Popular avanzó, primero, con el Impuesto sobre la Renta, y ahora con el de Sucesiones.
En definitiva, nuestro futuro dependerá de que en Asturias tengamos un cambio de Gobierno. De no ser así pasaremos de ser un Paraíso Natural a convertirnos en un Desierto Verde.
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