La reflexión viral de una asturiana sobre el uso de pantallas: «Cuando no existían los móviles ni internet, esas horas se llenaban de vida»

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Rocío García Vijando habla en su escrito acerca de cómo el uso pasivo de los dispositivos móviles nos aleja de lo que verdaderamente nos gusta hacer
27 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La irrupción de las nuevas tecnologías nos ha llevado a desconectar en cierto modo de la realidad. Hay quienes pasan horas y horas delante del móvil o del ordenador, consumiendo contenido en redes sociales, chateando o viendo vídeos en un scroll infinito. Una situación sobre la que Rocío García Vijande, una joven asturiana, ha querido reflexionar en un texto que rápidamente se ha hecho viral en redes sociales.
«Miro mi móvil: ayer 4 horas y 24 minutos de uso», así comenzaba la carta que esta maestra gijonesa enviaba al medio El País el 17 de febrero . Su reflexión sobre el tiempo de uso del móvil comenzaba el pasado mes de septiembre, cuando la propia autora del escrito se dió cuenta de que siempre se había puesto excusas para hacer lo que realmente le gustaba, escribir. «El sueño de mi vida siempre ha sido publicar un libro, pero siempre me ponía como excusa que no tenía tiempo. Llegó un momento en que me di cuenta que lo que debía hacer era usar menos el móvil».
Para Rocio, las horas que pasamos consumiendo de manera pasiva contenido en las redes sociales, «viendo en Instagram o en Tiktok lo que hacen los demás», nos aleja de hacer lo que realmente nos gusta. No fue hasta el pasado 17 de febrero, cuando se percató que su uso del móvil ascendía a las cuatro horas y media, que Rocío quiso compartir su reflexión con el resto del mundo. «No fue el día que más estuve con el móvil, pero sí me di cuenta que no había nada relevante con él».
«Solo deslicé el dedo, miré vídeos, leí publicaciones, salté de una cosa a otra sin darme cuenta», continúa el escrito de la joven, quien no deja de comprar el presente con el antes. «Cuando no existían los móviles ni internet, esas horas se llenaban de vida. Se hablaba sin interrupciones, se leían libros con calma, se escribían cartas. Había tardes de paseo, de juegos, de aprendizaje. Las horas no se evaporan; se usaban».
Rocío defiende que no se trata de ser productivo todo el rato, pero sí de «dedicarle más tiempo a aquellas cosas que nos producen placer». Como asegura en su texto, «si no le regalara mis horas a las pantallas quizá escribiría más, tocaría algún instrumento, tendría conversaciones sin mirar de reojo el móvil. Tal vez me permitiría aburrirme y, en ese vacío, encontraría nuevos días. El tiempo que se va no vuelve. Y cada día, sin darnos cuenta, dejamos que nos lo roben», concluye la autora.
Esta no era la primera carta que la asturiana enviaba a ese medio de comunicación, sin embargo, las anteriores no llegaron a tener la misma repercusión mediática que ésta. Todo comenzó el pasado domingo, cuando el propio periódico de El País compartió el escrito a través de Instagram, «tenía algunos me gustas, algunos comentarios, lo normal». Pero la locura se desató cuando el periodista Jesús Gallego compartió la reflexión a través de la plataforma X.
El debate estaba servido. La publicación, que en tan solo dos días ya recoge más de 48 mil me gustas, se llenó de comentarios «de quienes están de acuerdo, pero también de quienes no lo están. Incluso, han llegado a opinar críticos literarios y Mónica Carrillo lo ha compartido».
La asturiana se ha mostrado satisfecha con su escrito, no solo porque ha invitado a la gente a reflexionar sobre un tema que se encuentra a la orden día, sino también porque ha conseguido «conmover y crear una emoción que, al final, es lo que buscas cuando escribes», explica García.
Un sueño cumplido

Al preguntarle a la joven gijonesa si su reflexión había influido en ella misma, Rocío asegura que pasar menos horas con el móvil ha permitido cumplir su sueño, escribir su propio libro que se estrenará este 27 de febrero. Nadie regala flores es una analogía a la vida en la que «nadie te regala nada». El libro, que incluye algunos poemas escritos cuando la autora tan solo tenía trece años, se encuentra dividido en cinco secciones encabezadas por una flor: Tulipanes Amarillos incluye poemas sobre disfrutar los pequeños momentos; Rosas Rojas habla del amor y el desamor; Los Claveles refleja la crítica social de autora; La Lavanda recoge poemas más oscuros que tratan temas como la ansiedad; y Los Jazmines representan la comodidad y la vida diaria.
Por otro lado, Rocío García confiesa que disminuir el tiempo de uso pasivo del móvil, le ha llevado «paradójicamente» a abrirse una cuenta de Instagram en la que la autora comparte tanto su poesía como la de otros autores.