Estas son las manías más extrañas de Javier Gutiérrez en su trabajo: «Sufro TOC y es una putada»

Ana Méndez REDACCIÓN

VIRAL

Javier Gutiérrez en «Martínez y Hermanos»
Javier Gutiérrez en «Martínez y Hermanos»

El actor asturiano compartió divertidas anécdotas sobre su vida profesional en el programa «Martínez y Hermanos». En una de las conversaciones destacó sus peculiares costumbres antes de cada actuación y rodaje

08 feb 2025 . Actualizado a las 13:46 h.

El actor Javier Gutiérrez, nacido en Luanco, visitó Martínez y Hermanos junto a Rosario Flores y Carles Tamayo, donde hablaron de sus proyectos profesionales. Sin embargo, lo que más sorprendió fueron algunas de las anécdotas curiosas que compartió el intérprete. En una de las conversaciones, el protagonista de Pájaros confesó: «Sufro de TOC y es una putada».

Al ser preguntado por sus manías, el actor no dudó en reconocerlas, explicando que, aunque tiene algunas en su vida personal, son mucho más marcadas en su faceta profesional: «Antes de salir de casa, sí, pero no tantas como cuando estoy trabajando», añadió entre risas.

El actor compartió que estas costumbres no solo las tiene él, sino que las comparte con su compañera de profesión, Carmen Machi. «He hecho teatro con ella y somos los dos actores con más manías que hay en el teatro español. Carmen tiene todas mis manías y alguna más», contaba en el programa.

Entre sus propias manías, relató algunas de las más peculiares que lleva a cabo en los escenarios: «Tengo que salir el último de escena, el último del camerino, entrar el último en escena, tocar toda la madera que hay detrás de la escenografía, los carteles verdes de salida, doy tres saltos y los toco». Como los futbolistas, Javier también tiene sus rituales, como entrar con un pie determinado o santiguarse antes de cada actuación.

En cuanto al cine, Gutiérrez también compartió una divertida anécdota de su participación en la película Campeones. En el rodaje, su necesidad de tocar la claqueta constantemente se convirtió en algo tan habitual que, en una de las escenas, los otros actores pensaron que era una tradición del cine. «Éramos diez actores en cada escena, los chicos veían que yo tocaba la claqueta y creían que era algo habitual, con lo cual todos tenían que tocarla antes de comenzar cada escena», recordaba entre risas.

Finalmente, hizo una demostración en vivo de uno de sus rituales en el plató de Martínez y Hermanos donde se mostraban en una pantalla los nombres de los tres invitados, y dos de ellos estaban en verde. «Si estuviera alto, estaría dando saltos, pero como está aquí… tengo que darle tres veces», explicaba mientras realizaba su peculiar costumbre.