Dos carniceros vascos avivan el debate sobre este popular plato asturiano: «¿Cachopo, sanjacobo o filete relleno?»
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Iñigo y Aitor muestran en su canal de YouTube, Etxezarreta, cómo cocinar esta elaboración
17 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En los últimos tiempos, el cachopo ha ido cogiendo popularidad entre los amantes de la gastronomía asturiana. Hecho a partir de un filete de ternera y rellenado a gusto del consumidor, este plato asturiano no ha estado exento de polémicas y bromas. Desde quienes aseguran que tan solo se trata de un sanjacobo más, hasta quienes afirman que este segundo es incluso mejor.
Cocinar un buen cachopo no es sencillo, tampoco lo es ponerse de acuerdo en si un cachopo es la versión asturiana del sanjacobo. Los carniceros del canal de cocina Etxezarreta entran en debate con este tema. El dúo conformado por Iñigo y Aitor, tío y sobrino, explican en uno de sus últimos vídeos cómo cocinar este plato popular asturiano, con bromas y piques como ingrediente principal.
Durante el vídeo titulado Cómo hacer un Cachopo o San Jacobo Asturiano estilo Etxezarreta, los carniceros se retan a preparar este plato asturiano, mientras explican el proceso de elaboración. «En este vídeo vamos a hacer un auténtico cachopo asturiano», comienza explicando el más joven. «sanjacobo, filete relleno, ¿no?», añade su tío en tono jocoso. Una broma a la que los dos protagonistas recurrirán varias veces a lo largo del vídeo.
Para elaborar su cachopo, los carniceros han elegido el cantero de la tapa, aunque «no es la única pieza que vale para esto», aclaran. Aitor explica que para conseguir unos filetes de ternera tan grandes, los cocineros asturianos aplastan con un martillo los cachos de carne, «lo dejan fino a base de hostias», bromea. Tío y sobrino cortan un filete cada uno, para la posterior elaboración del plato. «Aquí tendrás que hacer a la asturiana», replica en tono jocoso el mayor, haciendo alusión al grosor del filete cortado por su sobrino.
En este caso, los vascos han optado por hacer al estilo tradicional, relleno de jamón ibérico y queso de fundir. «Si lo hiciéramos con jamón york, igual sí me parecería más un sanjacobo», aclara uno de los carniceros.
Mientras preparan el cachopo, Aitor recuerda entre risas su primera experiencia probando este popular plato: «había dos opciones y cogimos el grande. Venga a comer, venga a comer. Al final, cuando digo "ya no puedo" me viene el camarero, me ve y me dice «si quieres te pongo un táper y te lo llevas. ¡A buenas horas!». Además, remarca el joven, iba acompañado con patatas y ensalada y «para colmo, antes de comer nos trajeron una ración de doce croquetas. En Asturias no se andan con bromas».
Harina, huevo y pan rallado serían los siguientes ingredientes necesarios para acabar de darle forma al emparedado. Sin embargo, Iñigo opta por prescindir de la harina porque no se quiere «pringar» y porque así «queda más crujiente», asegura. Para el rebozado, los carniceros pasan los filetes por el pan rallado, lo bañan en el huevo y lo vuelven a pasar por pan. Una vez empanado, toca pasarlo por la sartén «¿Qué vas a hacer tú el sanjacobo», vuelve a bromear el tío con su sobrino. «Qué quieres perder seguidores asturianos», le replica el joven.
Tío y sobrino no se olvidan tampoco de aludir al gran tamaño que suele tener este plato, que puede alcanzar incluso, en algunas ocasiones, el medio metro de largo. «Esto en Asturias le llamarán cachopín», aunque el filete de los vascos es pequeño para un cachopo, tiene la envergadura suficiente para no encajar en la sartén de los carniceros, lo que les lleva a preguntar: «Con los cachopos esos enormes. ¿Qué hacen? Tienen que tener algo industrial».