Una pastelera rural asturiana carga contra Starbucks: «No podemos acostumbrarnos a que haya 45 camareros para servir dos cafés»

Carmen Liedo REDACCIÓN

VIRAL

Una pastelera rural asturiana carga contra Starbucks
Una pastelera rural asturiana carga contra Starbucks

Inés, la propietaria de un pequeño negocio ubicado en Quintueles, es la autora de un vídeo en el que invita a reflexionar sobre las prisas y las exigencias de la sociedad actual

06 ago 2024 . Actualizado a las 08:18 h.

La apertura hace unos días del primer Starbucks de Gijón ocasionaba largas colas a las puertas del establecimiento con clientes que esperaban desde la cinco de la mañana para tomarse uno de los primeros cafés de la famosa cadena multinacional. La espera, en cambio, de un cliente de la Pastelería Verde Menta por un café en este pequeño negocio de la zona rural asturiana con excelentes vistas derivaba para el mismo en una reseña negativa que ha llevado a su propietaria, Inés, a plantear una reflexión sobre las prisas, las exigencias y la actitud de la sociedad actual.

«Quiero denunciar a Starbucks», comienza diciendo Inés en el vídeo, que explica que ella tiene «una pastelería rural en Asturias y esto que están haciendo no es normal». La misma describe que a su pequeño negocio «puedes venir a tomarte un café y un pastel, y yo te lo doy para llevar y te lo tomas en el jardín o donde tú quieras». El caso es que hace unos días un cliente le dejó una reseña en la que, según resume, le decía que «debía mejorar el servicio de café porque la entrega de cafés era muy lenta y el café era muy malo», un comentario que, reconoce, «me dejó a cuadros».

@verdementaasturias

¡!No somos Starbucks!! se tenía que decir se dijo. Si quieres un café customizado a tu gusto, lo siento pero yo no te lo sé hacer. Si es eso lo que buscas yo no soy tu negocio, hago lo que puedo pero soy pastelera, no me pidas milagros y luego me critiques por no hacertar

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La propietaria de la pequeña pastelería rural, que se ubica en Quintueles (Villaviciosa), aduce a que su negocio, en el cual «se montan colas los fines de semana», lo atienden dos chicas: «una que suele estar atendiendo el mostrador y otra que está atrás haciendo los cafés, metiendo cosas en el horno, sacando cosas para la tienda, limpiando los platos… Y todavía me dicen que somos lentas». Su conclusión a la crítica hacia ellas es que «esto es culpa de Starbucks» porque «en Starbucks tú vas y tienes 800 camareros, te hacen los cafés chiniwinilate, fritiwitipiti y encima te escriben tu nombre y una sonrisa en la taza». «Y nos estamos acostumbrando a eso y, señores míos, esto no es así», reflexiona la pastelera, que añade que «no podemos acostumbrarnos a que haya 45 camareros para servir dos cafés, para que uno te eche la leche, otro te eche la nata, otro te escriba el nombre y otro te lo ponga en la mesa con una sonrisa y una pegatina, porque en los comercios normales eso no pasa», sentencia.

Así, se muestra sorprendida de que el cliente que le dejó la reseña negativa le haya dicho que tuvo «que esperar 10 minutos para que le pusiese el café en la mesa», cuando la misma agrega que incluso en cafeterías baristas, por la elaboración del café, tarda en salir ese tiempo «y yo no me quejo». «Vamos a ver si somos un poco comprensivos y entendemos a donde vamos», apostilla la propietaria de la pequeña pastelería, que reitera a continuación su convencimiento de que «la culpa es de Starbucks».

«Un poquito más de empatía»

Otro punto en el que incide y por lo que reclama comprensión con los trabajadores de los negocios es por lo complicadas que pueden ser en ocasiones las comandas, que ironiza que «en ocasiones tardo más en leer una comanda que en ver un capítulo entero de los Bridgerton», por lo que defiende «el café con leche, café cortado y sólo, que es lo que te dan en todos los lados, y vamos a dejar de ser pichiguais», algo que recomienda más «hacerlo en tu casa a tu gusto», dicho lo cual concluye el vídeo reclamando «un poquito más de empatía».

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El vídeo, que ya acumula más de 165.000 reproducciones, lo acompaña la joven pastelera con un sincero comentario: «¡¡No somos Starbucks!! se tenía que decir se dijo. Si quieres un café personalizado a tu gusto, lo siento pero yo no te lo sé hacer. Si es eso lo que buscas, yo no soy tu negocio, hago lo que puedo pero soy pastelera, no me pidas milagros y luego me critiques por no acertar».

Las reacciones al vídeo también se cuentan por miles y son cientos los comentarios que la pastelera está recibiendo, muchos de ellos apoyando que a quien va a su negocio, y con tan excelentes vistas, no debería importarle esperar 10 minutos por un café. Otros comentarios entran en la reflexión de que «no es solo culpa de Starbucks, sino se todas las empresas que nos han acostumbrado a tenerlo todo al momento, en menos de 24 horas».