Proteger la salud mental en la infancia: cuidar el presente para generar un futuro mejor
Aldeas Infantiles SOS trabaja sin descanso con niños y niñas privados de cuidado parental o en riesgo de estarlo reclamando que la atención a la salud mental en la infancia sea un derecho fundamental
Más allá de las terribles consecuencias de la pandemia en términos de muertes directas por la COVID-19, la difícil situación experimentada por la humanidad en los últimos años ha hecho aflorar otros problemas graves que no deben pasar inadvertidos ahora que el coronavirus remite. Uno de ellos es la importancia de la salud mental, tema hasta no hace mucho tabú y en el que todavía queda un largo camino por recorrer.
Y es que se trata de un asunto muy complejo y que contiene demasiadas aristas, pero sobre todo, un problema que no entiende de edades. Porque si bien empieza a tener más visibilidad en adultos, es decisivo atajarlo lo antes posible y de ahí la importancia de cuidar la salud mental infantil.
Los datos muestran la dura realidad: uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padecen algún trastorno mental. Es imprescindible cuidar la salud mental desde niños para así poder aprender a gestionar las emociones para siempre
En este trabajo fundamental cobran especial relevancia organizaciones como Aldeas Infantiles, que luchan para que el derecho a la salud mental sea una realidad para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) en situación de vulnerabilidad. Los NNAJ que han perdido el cuidado parental o están en riesgo de perderlo tienen una alta probabilidad de sufrir trastornos de salud mental a causa de experiencias traumáticas vividas. En España, son 300.000 los que están en esta situación - 1 de cada 25 - por lo que la formación de los profesionales a su cargo es determinante para prevenir, identificar y saber cómo actuar en cada situación de trastorno.
Por eso piden la implicación de las administraciones. La salud mental durante la infancia es la gran olvidada del sistema sanitario español. Desde Aldeas Infantiles SOS, que el año pasado atendió a más de 13.000 niños, niñas y jóvenes en España, reclaman un incremento de los presupuestos destinados a la salud mental, la incorporación de la especialidad de Psiquiatría Infantil y la creación de equipos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de los efectos derivados del maltrato en la infancia. Porque sin salud mental, no hay salud.
Adaptarse a los nuevos escenarios para mejorar la prevención
En torno al 50% de los trastornos mentales se manifiestan antes de los 14 años de edad, pero en la mayoría de casos no llegan a detectarse ni, por consecuencia, tratarse. Este riesgo se ha multiplicado recientemente y por ello reclaman adaptarse para adelantarse al problema y tratar de prevenirlo. Resulta imprescindible realizar un seguimiento y una evaluación a nivel psicológico que permita detectar el impacto de la pandemia, tratarlo y evitar problemas de salud mental a medio y largo plazo.
Aislamiento social, quejas somáticas, ansiedad, depresión, problemas de atención o conducta disruptiva son solo algunas de las enfermedades que pueden padecer. Además, la pandemia ha duplicado los casos de urgencias psiquiátricas infantiles, los trastornos alimentarios, los casos de ansiedad e incluso las autolesiones e intentos de suicidio adolescente, según datos de la Asociación Española de Pediatría.
Es urgente y vital una detección precoz de los posibles trastornos y la intervención terapéutica adecuada. Tan importante es la formación de los profesionales para una atención especializada, como encontrar un entorno seguro y protector, con una figura de referencia estable que les aporte toda la atención y cariño que necesitan.
Aldeas Infantiles SOS lleva 55 años ofreciendo un entorno familiar y protector a miles de niños y niñas en España, demostrando que cuando estos no pueden crecer con sus padres, un cuidado alternativo de calidad puede ayudarles a redirigir sus vidas y a romper el ciclo intergeneracional de separación y abandono.