Propósito para 2022: comprar un terreno urbanizable

La Voz PATROCINADO

VIRAL

Si está entre tus objetivos invertir en este tipo de adquisiciones, te contamos detalles muy importantes que no se deben dejar pasar por alto como, por ejemplo, su mantenimiento

05 ene 2022 . Actualizado a las 09:22 h.

Cuando conseguimos ahorrar cierta cantidad de dinero, la idea más sugerente que pasa por nuestras cabezas es la de invertirlo con vistas al futuro. Una vivienda, un solar o un terreno suelen ser algunas de las opciones preferidas a la hora de decidir a dónde destinar nuestros ahorros, más ahora tras llevar casi dos años inmersos en una pandemia mundial. Se cuentan por miles las familias que a lo largo de estos últimos meses se han dado cuenta de que su vivienda actual no satisface sus necesidades y se animan de dar el paso de comprar un terreno y comenzar a construir desde cero una vivienda que cubra sus necesidades y esté al alcance de sus expectativas.

Cómo no, optar por la vía de comprar un terreno supone conocer el proceso en detalle y saber detectar los posibles inconvenientes, por lo que muchas veces resulta útil ponerse en manos profesionales expertos en venta de parcelas que sepan asesorar para que la operación y todo lo que conlleva resulte un éxito. El primer paso, que no el más simple, es siempre elegir el terreno y saber distinguir entre un suelo rústico y un suelo urbano o urbanizable. El rústico no suele contar con los requisitos para urbanizar por carecer de suministros de agua y electricidad o una red de saneamiento por lo que si la idea es edificar lo mejor es descartar directamente esa opción. En cambio, el terreno urbanizable sí está aprobado para construir y aparece dentro del plan de ordenación urbanística del municipio al que pertenezca. Una vez detectado que se puede construir en ese terreno es importante saber el porcentaje de ocupación -en qué superficie de la parcela está permitido construir- y también la edificabilidad -el número máximo de metros cuadrados que podrá tener la futura vivienda-.

Si nos ponemos en manos de profesionales, estos examinarán al detalle la parcela y su potencial: si cuenta con la dimensión y el subsuelo adecuado para edificar, si está bien orientado, si tiene buenos accesos, etc. Importante también es saber si ese terreno tiene cargas o arrastra deudas, información que se puede obtener a través del Catastro.

Luego llegarán otros trámites como la financiación o la planificación de la futura vivienda, gestiones que seguramente se prolongarán durante varios meses. Sin embargo, hoy queremos hacer hincapié en qué debemos tener en consideración en cuanto a mantenimiento del terreno urbanizable para evitar caer en la dejadez y en posibles amonestaciones.

Limpieza del terreno

Los terrenos, solares y otras propiedades, sean baldias o tengan cualquier tipo de uso, requieren de un mantenimiento periódico acorde a la normativa vigente del municipio al que pertenezca. Se trata de una obligación que corresponde a propietarios y propietarias, así como estar informados de plazos y procedimientos. Por ejemplo, en Galicia hay un sistema establecido para mantenimiento de parcelas en el que destaca el deber de limpieza de las franjas secundarias -las de los 50 metros más próximos a las viviendas- para anticiparse a los fuegos forestales que tan frecuentemente se producen en esta comunidad.

Los desbroces, limpiezas o tareas de mantenimiento abarcan montes, terrenos forestales, así como suelo rústico, suelo urbano, núcleos rurales y urbanizables y las tareas podrán llevarlas a cabo tanto los titulares de esas parcelas o las personas que ostenten derechos sobre las mismas habilitados para ello. Tanto el desbroce como la limpieza suponen también velar por la recogida y eliminación de dichos restos. En caso de que los propietarios o autorizados no cumplan su obligación, pueden incurrir en las sanciones previstas sagún cada ordenanza municipal, así como multas coercitivas en caso de incumplimiento reiterado de los plazos.

Prevenir siempre es mejor que lamentar

Una de las claves para que realizar las tareas de mantenimiento resulten menos costosas y las llevemos al día es haber elegido el terreno “ideal” o que menos complicaciones pueda dar. Para hacer una elección óptima, como hemos comentado, es recomendable contratar a expertos que nos asesoren en ese sentido. Contratar a un geólogo puede ser una gran idea para que realice un estudio preliminar y nos ayude a detectar los mejores terrenos y cuáles evitar, por ejemplo, los que están rellenos de escombros, de material orgánico o en el que haya riesgo de sufrir movimientos de tierras.

Sin duda, los mejores terrenos son los duros, resistentes y cohesivos, es decir, los rocosos y los arcillosos. Estos permitirán que la futura vivienda se asiente mediante una cimentación más sencilla y menos costosa. Eso sí, si la idea es crear un gran sótano, un terreno excesivamente rocoso dificultará la construcción y elevará considerablemente los costes.

La pendiente del terreno en otro factor clave. Resultan interesantes en cuanto a evacuación de aguas pero el coste de construir en pendiente en mucho mayor y conlleva más limitaciones a la hora de diseñar la vivienda. Ya por último, mencionamos un concepto bastante desconocido: el nivel freático. Se trata de un dato que ayudará a comprender el comportamiento del terreno en épocas de lluvias. Este dato lo podemos obtener a través de informe geotécnico de la parcela en la que estamos interesados y lo ideal es que podamos solicitar dicho informe antes de realizar la compra.