Asturias es una región con una dilatada experiencia industrial, lo que nos ha permitido destacar en la producción y transformación de materias primas gracias a la aplicación de técnicas de manufactura avanzada.
El Principado se encuentra en una buena situación debido al crecimiento de nuestra economía, con un PIB que experimentó el pasado año un incremento interanual del 3,5% gracias, en buena parte, al respaldado brindado por el sector industrial, que aportó más de 4.600 millones de euros al VAB regional, lo que supone un 22,5% del total, casi un punto más que en el año anterior y 4,4 puntos por encima de la media nacional.
Estos datos, si bien son tremendamente positivos y esperanzadores, no pueden hacernos caer en triunfalismos. Al contrario. Los vientos de cola deben servirnos para afrontar decididamente algunos de los retos que se nos presentan, como la especialización o la digitalización empresarial.
En línea con las demandas de la Unión Europea, el Gobierno del Principado diseñó en 2014 una Estrategia Regional de Especialización Inteligente, denominada Asturias RIS3, que actúa como hoja de ruta en las políticas de promoción y apoyo a la I+D+i persiguiendo un triple objetivo: recuperar el liderazgo industrial a través de la tecnología, orientarse a los mercados y aspirar a un nuevo modelo de gestión del territorio.
Esta estrategia ha servido para enfocar los limitados recursos con los que contamos, intentando maximizar el retorno de generación de riqueza y creación de empleo concentrando nuestros esfuerzos en potenciar aquellos sectores y tecnologías que nos permitan generar una ventaja competitiva. Dicho de otro modo, no podemos hacerlo todo bien, pero podemos hacer muy bien algunas cosas, por lo que debemos esforzarnos en procurar el desarrollo de determinados sectores que, además, ejercerán su capacidad de arrastre sobre el conjunto de la sociedad y el tejido empresarial.
Teniendo en cuenta las particularidades de nuestra industria, hemos identificado diferentes campos de especialización, como la industria 4.0, los materiales avanzados, los mercados agroalimentarios o el polo del acero, entre otros. Aprovechando la innovación industrial como elemento tractor, centraremos buena parte de nuestros esfuerzos en su desarrollo, con el objetivo de obtener una ventaja diferencial frente a las regiones de nuestro entorno.
Las empresas asturianas son conocedoras de esta realidad y de la necesidad de adaptarse a las demandas del mercado global para ser más competitivas. Y este camino pasa, inexorablemente, por la digitalización.
En el Principado hemos desplegado un programa colaborativo para afrontar la industria 4.0, en el que participan todos los agentes que aportan valor, actuando en materia de divulgación, asesoramiento y apoyo financiero, poniendo a disposición de la sociedad asturiana una plataforma de encuentro como es la web www.asturiasindustria40.es.
Además de disponer de información actualizada, eventos, casos de éxito o programas de apoyo, la página web cuenta con un completo catálogo de firmas habilitadoras asturianas que pueden ayudar a las empresas a aplicar tecnologías innovadoras como big data, robótica avanzada, realidad virtual, ciberseguridad, sensórica, etc. Por otra parte, hemos habilitado el Edificio I 4.0 en el Parque Científico Tecnológico de Gijón, un espacio pensado para impulsar la creación y consolidación de empresas relacionadas con el desarrollo de este tipo de actividades, actuando como aceleradora de nuevas empresas tecnológicas y lugar para el networking.
Contamos con los elementos necesarios para configurar el Asturias Advanced Manufacturing Hub, gracias al valor diferencial de nuestra industria 4.0 y a nuestras capacidades de innovación en materiales. Este A2MH se sustenta en cuatro pilares: las empresas interesadas en aumentar su productividad a través de la tecnología y la innovación; las empresas habilitadoras de tecnologías 4.0, que pueden ofrecer sus conocimientos al resto del tejido empresarial; la importante red formada por los centros tecnológicos y de investigación, la Universidad de Oviedo, los clusters, las incubadoras de empresa, los instrumentos de financiación y la propia Administración, y las infraestructuras de la región que hacen posible el desarrollo industrial.
Estamos en el camino de convertir Asturias en un polo de la innovación, un objetivo ambicioso pero alcanzable. Tenemos un excelente entorno tecnológico y productivo que concentra un importante número de capacidades y una mano de obra altamente cualificada, factores que nos permiten ofrecer productos diferenciales de alto valor añadido. Son muy pocas las regiones que albergan un potencial tan importante en un espacio tan reducido. Aprovechémoslo.
Eva Pando Iglesias
Directora general del IDEPA