«Las 3 claves de la última victoria del Sporting en El Molinón y el aprobado a Garitano»

Dani Souto

SPORTING 1905

Asier Garitano y Pedro Hernández
Asier Garitano y Pedro Hernández La Liga

Texto de análisis

27 may 2025 . Actualizado a las 16:54 h.

El Real Sporting de Gijón consiguió despedir la temporada en El Molinón - Enrique Castro 'Quini' con una victoria frente al Cartagena en la penúltima jornada del campeonato. Un partido en el que lo deportivo no estuvo en esta ocasión en un primer plano, con las protestas convocadas en la previa, la despedida de varios futbolistas y, especialmente, el homenaje a José Ángel Valdés 'Cote', tomando mayor relevancia que el resultado, ya sin objetivos relevantes en juego. Aun así, y considerando estos condicionantes, analizamos en base a 3 claves tácticas el desempeño de los rojiblancos.

Enésimo error defensivo con una pérdida con valor gol

En un inicio de partido a priori controlado, una concesión defensiva, nuevamente, cambió el curso del encuentro y dio alas a un rival que aprovechó el favor para ponerse por delante. Esta vez, en una escena también repetida, fue un mal pase vertical de Róber Pier que cortó un rival en una situación totalmente perjudicial para los intereses rojiblancos. Estando a la altura del área, con muchos efectivos acumulados en un mismo costado, la zona central estaba muy desprotegida, con el equipo excesivamente basculado ya que se ubicaba en situación ofensiva, y al ser tan próximo a la portería, la zaga no tendría tiempo de reubicarse para ocupar posiciones defensivas.

Así fue que tras la pérdida la jugada desembocó en dos pases rápidos en un mano a mano con el central en la frontal del área. Ahí, Diego Sánchez perdió el duelo, dando muestra de endeblez, y en un par de destellos individuales fatales, que condenaron una situación en la que no puedes perder el balón, los rojiblancos volvieron a mostrar su peor cara defensiva. Una constante esta temporada.

Control de la posesión y ocupación de los pasillos interiores

En líneas generales el partido se caracterizó por un bajo ritmo, a pesar de las pocas interrupciones, con posesiones muy largas. El Sporting interpretó esto y desde un primer momento de partido asumió la responsabilidad con balón ante un Cartagena que también optaba por ceder la iniciativa. Los de Garitano movían el balón de lado a lado, buscando con paciencia los espacios en la basculación del rival para poder verticalizar. Aunque muchas veces la jugada acabase por fuera por obligación del rival, con prácticamente todo el bloque por detrás de línea de balón, la prioridad rojiblanca estaba en lograr entrar por dentro.

En el último tercio, juntando extremos, punta, mediapunta y en ocasiones uno de los jugadores del doble pivote (normalmente Nacho Méndez), el Sporting trazó combinaciones en corto que generaron desequilibrios en la zaga efesé y que, siendo jugadas que necesitan de una precisión total a alta velocidad en el pase, a punto estuvieron de coronar acciones de una bella factura antes de definir, pero casi siempre faltó ese último buen pase para ello.

Comportamiento de los extremos para facilitar transiciones y zonas de remate

Hilado con la clave anterior y la acumulación de jugadores por dentro, el comportamiento de los extremos fue clave en este aspecto. No solo apoyaron a los compañeros del carril central para dibujar líneas de pase y crear superioridades entre líneas de la retaguardia rival, sino que también resultó habitual verlos partir desde ubicaciones próximas a la esquina del área, dejando que el último jugador en amplitud fuese el lateral, pero con la clara intención de buscar zonas de finalización desde la frontal. Una jugada que Gaspar, especialmente, repitió una y otra vez, incluso actuando a pie cambiado, para probar fortuna con disparos de media distancia que supusieron un recurso frecuente en el ataque rojiblanco. Finalmente encontró premio y lo hizo con un golazo de zurda por toda la escuadra.

Lejos del último tercio, este comportamiento también se repetía cuando había opción de transitar, aunque no fuera lo más frecuente. Ahí, Queipo era quien se encargaba de dirigir más de un ataque vertical como primer receptor, repartiéndose esa responsabilidad con un jugador de dentro (Gelabert), pero siempre en una posición más bien alejada de la banda, pisando el pasillo central. Estos comportamientos abrieron diferentes vías de ataque necesarias para un equipo que ayer fue tan protagonista.

Los cambios

Maras por Róber Pier. Cambio provocado por el ambiente contrario al central gallego desde la grada tras el error cometido. Ni más ni menos.

Serrano por Queipo. A pesar de ser un perfil diferente, dibujó comportamientos similares en el sistema, ocupando posiciones más bien interiores y siendo un conductor de las transiciones.

Dotor y Campuzano por Méndez y Otero. Mismo sistema tratando de aportar mayor dinamismo con piernas frescas, algo que logró dar Campu en la punta del ataque con algún desmarque interesante.

Pablo García por Cote. El cambio para el homenaje a un capitán y referente sportinguista.

Nota a Asier Garitano y el resto del cuerpo técnico

Suficiente. Un partido con poco aliciente deportivo, de bajo ritmo y gestión adecuada. Sin mayor recorrido en el plano táctico, si bien se asumió protagonismo con balón -algo no tan habitual- y se afrontó de la forma que tocaba. Sin nada que reprochar o destacar a nivel de dirección de partido en una nota tan intrascendente como el encuentro en sí desde el plano futbolístico.