
Texto de análisis
14 abr 2025 . Actualizado a las 14:44 h.Victoria fundamental del Real Sporting de Gijón en su visita al CD Eldense con la exigencia de alejarse del descenso en este tramo final de la temporada. Un triunfo cimentado en la defensa y la capacidad de sufrimiento. Esta vez, las áreas cayeron en el lado favorable de la balanza. Un partido de mucho trabajo y menos brillantez, receta suficiente para ganar lejos de El Molinón después de 5 meses sin hacerlo. Analizamos en 4 claves tácticas el desempeño de los rojiblancos.
Plan de inicio basado en el orden y varias consignas básicas
Ya desde la elección del once, las sorpresas se concentraron en lo individual, pues en lo colectivo el sistema dibujaba el esperado 1-4-2-3-1 que se ordenaba en un 1-4-4-2 sin balón. Es decir, la mayor parte del tiempo. El Sporting desarrolló varias de las ideas habituales en el libreto de Garitano. El equipo empezó el partido en bloque medio-alto, sin presionar sobre centrales, pero sí a la recepción de los mediocentros. Todo ello con la prioridad de estar juntos y estrechar las líneas para dificultar la progresión del rival en combinación. Con balón, el equipo circulaba en corto en su línea defensiva, juntando unos pocos pases para mover bascular al rival y buscar luego el envío directo por fuera a la ruptura habitualmente del punta, Otero. Un orden que supone uno de los innegociables para Garitano que se fue logrando con diversos ajustes que se fueron dando con el paso de los minutos tras algunas dudas iniciales. Mientras, el bloque iba poco a poco asentándose en campo propio, donde convivió la mayor parte del encuentro.
Permisividad en unos centros laterales estudiados y correcta defensa del área
Como acostumbra, Garitano tenía bien estudiado al Eldense de Oltra y sobre todo su capacidad en el juego exterior. Un análisis hasta el punto de detalle de conocer por qué zona tienen más facilidades y dificultades para finalizar estas jugadas. Así, el Sporting priorizó tapar un costado sobre el otro a la hora de facilitar unos centros que, dada la altura media del bloque, resultaban inevitables. Aun así, el plan no terminó de funcionar del todo, también por mérito del rival y la capacidad de sus lanzadores. El Eldense gozó de muchas situaciones a balón parado, una de sus fortalezas, y generó peligro a través de 45 centros al área. Demasiados, por más que fueran esperados y estudiados. Aun así, el equipo se mostró generoso y suficientemente solvente para evitar que el castigo fuera excesivo, si bien pudo costar la victoria si no fuera por una llamativa mano en boca de gol. Hubo que sufrir y se aguantó más que en otras ocasiones.
Opciones en transición
Con un fútbol más directo y segundas jugadas, el cual permitía al equipo avanzar, pero no daba la continuidad suficiente para asentarse en campo rival, las mejores opciones de ataque del equipo pasaban por las transiciones. Con los rojiblancos asentados en campo propio, los ataques más prometedores surgieron con espacios para poder correr y avanzar con verticalidad, en pocos pases, aprovechando siempre una recuperación de balón. Así llegó el penalti del 0-2 y la clara ocasión de Nico para el 0-3. Un tipo de jugada que al Sporting, por las características de sus jugadores, siempre le ha venido bien, tanto con Albés como incluso la temporada pasada con Ramírez con otros mimbres en la plantilla. Apunta a ser otra de las señas de identidad del plan de Garitano, en consonancia con su plan defensivo.
Intervención en la segunda parte y ajuste de sistema
La intervención de Garitano en el desarrollo del partido estuvo bien orientado a la hora de reforzar al equipo en su labor defensiva. Leyendo adecuadamente los tiempos, la entrada de Pablo García para pasar a un 1-5-4-1, a tiempo para que el recién ingresado carrilero sumara una importante ayuda a Diego Sánchez por un costado por el que el Eldense comenzaba a volcar el juego. Los de Oltra empezaron a acumular muchos futbolistas cerca del área de Yáñez, obligando al Sporting a juntarse y replegar, sumando muchos efectivos en la frontal y la defensa del área. A partir de ahí, la gestión fue más de desgaste individual en un partido que se prolongó más allá de 100 minutos.
Los cambios
Pablo García por Serrano. Cambio de sistema para facilitar las ayudas por el costado zurdo de la defensa. Aportó solidez.
Guille y Nacho Martín por Kevin y Gelabert. Relevo por derecha por el desgaste de Kevin, manteniendo las intenciones, y cambio de perfil en el medio para sumar más trabajo defensivo y funcionalidad posicional.
Cote y Campuzano por Olaetxea y Otero. Nuevo ajuste en defensa, reforzando otra vez el costado zurdo y reubicando las piezas adelantando a Pablo, y sumando un refresco en ataque, aunque ya sin apenas minutos para incidir.
Nota a Garitano y el resto del cuerpo técnico
Bien. No fue un partido vistoso, ni mucho menos, pero si el plan pasaba por el orden, la sobriedad y el trabajo defensivo en área propia, tratando de aprovechar lo que se generase en la contraria, pues funcionó. Eso sí, tuvo ese asterisco importante en la cantidad de situaciones propicias de las que gozó el rival para tratar de sacar tajada de dos de sus mayores virtudes, los centros laterales y las acciones a balón parado. El equipo llevó peligro -cuando pudo- en las transiciones, pero lo más destacado estuvo de nuevo en lo defensivo, contando con la acertada intervención del cuerpo técnico con los cambios para sumar más efectivos en retaguardia, preparados para sufrir y aguantar. Es lo que toca ahora.