Las 4 claves de la polémica derrota del Sporting y del suspenso a Albés en Elche

Dani Souto

SPORTING 1905

Rubén Albés
Rubén Albés LaLiga

Texto de análisis

21 oct 2024 . Actualizado a las 22:25 h.

Frenazo en seco a la dinámica positiva que venía firmando el Real Sporting de Gijón con las 3 victorias consecutivas cosechadas antes de caer derrotado ante el Elche CF en su visita al Martínez Valero. Un partido equilibrado por parte rojiblanca que terminó siendo penalizado por errores defensivos manifiestos y salpicado por una polémica arbitral que terminó por enturbiar todo. Analizamos en 4 claves tácticas destacadas la derrota de los de Rubén Albés:

Alternativas ofensivas en el plan de inicio

Antes de que el marcador comenzase a alterar ya en la segunda parte los planes de uno y otro equipo, una de las cosas más positivas del encuentro fue ver al Sporting haciendo gala de diferentes alternativas en su propuesta con balón. El denominador común, por contra, fue la dificultad para ser más resolutivo en el último tercio y traducir esas posibilidades en ocasiones de gol. Con el partido equilibrado y ambos equipos bien organizados y estructurados, los de Albés encontraron diferentes vías para llegar a esos metros finales. Los asturianos combinaron juego en corto, con buenas triangulaciones por dentro para llegar con balón controlado, más marcadas que en días previos, con acciones más verticales, buscando la profundidad sobre todo a través de los movimientos dentro - fuera de un Otero muy activo que atacaba constantemente la espalda del lateral rival sacando de zona al central. Un repertorio de vías de ataque que se completó con una opción más, que fueron los envíos diagonales buscando las incorporaciones de sus laterales -Guille y Pablo-, que aprovechaban el espacio generado en amplitud por los arrastres de Dubasin y Gaspar, ambos ubicados mayormente en el pasillo central, próximos a Otero y con mucha movilidad, lo que empujó a estrecharse a la línea defensiva ilicitana abriendo ese pasillo para los laterales rojiblancos.

Cambio de sistema para una correcta defensa posicional

Reconocía Albés que le sorprendió en un inicio el sistema del Elche con una línea de 4 atrás, aunque era algo ya previsto entre las posibilidades en la previa del partido. Esto, que también influyó en una presión alta que analizaremos en otra clave, tuvo su incidencia unos metros más adelante, en un centro del campo poblado por 3 futbolistas que se ubicaban a distintas alturas. Las recepciones en zonas intermedias de Rodrigo Mendoza, combinado con los habituales movimientos de apoyo puntuales de su delantero centro, pusieron sobre alerta al cuerpo técnico rojiblanco, pues el equipo no se ajustaba a tiempo para taponar esa fuga interior. Así, apenas al cuarto de hora de juego, Albés optó por su 'plan B' modificando la altura de Olaetxea, que abandonó la línea defensiva para formar con 4 atrás y que el vasco se situara por delante, ejerciendo como pivote. Esto dio mayor equilibrio a un Sporting correcto en la defensa posicional en gran parte del partido. Sin embargo, el error volvió a hacer acto de presencia y volvió a castigar a los rojiblancos de la peor manera, con un gol, como viene repitiéndose mucho en este inicio de temporada. Una jugada mal interpretada al defender el área con los centrales demasiado basculados hacia la zona donde estaba el balón y un Cote, ya en el plano individual, que se equivocó al medir la trayectoria del balón y defendió el centro al segundo palo mal perfilado, impidiendo un correcto despeje, con Óscar Plano ganándole la espalda.

Desequilibrios en la presión que dieron pie al error colectivo

Si bien puede hacerse una valoración positiva del plan de inicio en ataque, con su lunar en el último tercio, así como del ajuste colectivo para una correcta defensa posicional hasta que llega el primer error de bulto, lo que no terminó de ser productivo, sobre todo en la fase de partido en la que era especialmente relevante, fue la presión. Albés matizó su propuesta en la presión alta respecto a días anteriores, consciente también de su importancia ante un rival que busca salir en corto desde atrás con mayor frecuencia. Dubasin y Gaspar partían más abiertos, pendientes de marcar y tapar la vía de pase a los laterales, mientras que Otero prácticamente tenía la misión imposible de trabajar con los dos centrales. Todo orquestado para que, en el momento exacto, uno de los extremos abandonara a su par y saltara sobre la espalda del central alejado cuando éste fuera a recibir.

Un movimiento que tiene su riesgo, pues dejas libre al jugador por fuera, con el cual se puede conectar de forma sencilla pasando previamente por el interior de ese lado o el pivote, que ya identifican al lateral como ese 'tercer hombre'. Fue una jugada que se repitió mucho, y es que los jugadores rojiblancos no ejecutaron a tiempo ese movimiento, viéndose superados con esos dos pases varias veces. De hecho, sólo una vez el Sporting pudo robar de esta forma, pero acabó en falta en contra. Para variar en el día de ayer. Una presión poco efectiva justo en un día que debía ser clave. Precisamente el segundo gol, más allá de la mala gestión de la transición defensiva en las ayudas y en la interpretación, con Rosas y Pier afrontando prácticamente un 2 contra 3 y el central marrando al intentar defender la acción en la frontal, el origen de la jugada viene de una mala presión sobre la salida local, que encontró hasta en dos ocasiones el pase por dentro para poder verticalizar sin que la oposición llegara a tiempo.

Asunción de riesgos con los cambios que no compensó

Al momento del 2-0, Albés realizó su cuarto cambio del partido, buscando simplificar su plan con la presencia de Caicedo en área rival y estando ya sobre el verde un centrador como Cote. Ambos tuvieron su cuota de importancia en el gol que protagonizó Dubasin unos minutos después, a través del centro y la fijación de marcas en el área de uno y otro. Un cuerpo técnico que asumió riesgos lógicos dada la deriva del encuentro, pero que no tuvieron el impacto deseado. Especialmente en el plano individual, a raíz del error de Cote en la acción del 1-0, así como de la aportación de Olaetxea en las ayudas en una jugada mal defendida en lo colectivo, pero que echó en falta la presencia del vasco en su cobertura a los centrales para el 2-0. Ambas fueron decisiones clave en el desarrollo del partido, con el Sporting viéndose obligado a terminar yendo a la desesperada a por el empate. Algo que bien podrían haber conseguido con otra interpretación arbitral.

Los cambios

Cote por Pablo García. Sustitución al descanso explicada por el técnico. La idea de que el partido podría abrirse y que en ese escenario tomaran relevancia las transiciones y la defensa a campo abierto hizo que pesara demasiado la amarilla que había visto Pablo en la primera mitad. Cote dio una de cal y otra de arena, con el error defensivo en el 1-0 y la asistencia con un gran centro para el 2-1 final.

Diego y Martín por Maras y Olaetxea. Similar a lo anterior, ya con 1-0 en el marcador. El Sporting debía dar un paso adelante y se buscó con estos cambios, dando entrada a Diego para mejorar la salida desde atrás y tener un recurso más adecuado en la defensa al espacio con la línea adelantada, y con Nacho Martín ganando en capacidad para verticalizar el juego desde el pase. Ambos cumplieron mayormente con su papel.

Queipo por Gelabert. El cambio que más afectó a la disposición táctica, ya con 2-0 abajo, para tratar de acercar más al área a Dubasin y Gaspar, sumando a Queipo como 'comodín' por detrás. Una alternativa más para sumar efectivos arriba en busca de la remontada sin especial incidencia.

Nota a Rubén Albés y el resto del cuerpo técnico

Insuficiente. No fue un partido lejos del aprobado ni mucho menos desde el planteamiento táctico. De hecho, se pueden rescatar cosas positivas como el plan con balón de la primera mitad o decisiones como el ajuste para corregir y mejorar la defensa posicional del equipo con el 'plan B' que tenía trazado. Sin embargo, la dificultad para terminar de encontrar situaciones de área rival y el planteamiento de la presión alta, que terminó incluso por traducirse en un gol en contra, penalizan la nota. Además, los cambios, si bien son entendibles por el contexto de partido, no dejan del todo claro si terminaron compensando lo positivo y lo negativo. Un partido de bases correctas, pero que evidenció que aún faltan cosas por mejorar, desde la pegada en ataque al hecho de lograr evitar las concesiones y errores puntuales en fase defensiva que vienen castigando en exceso a los rojiblancos.