Texto de análisis
29 may 2024 . Actualizado a las 17:15 h.Cerró la primera vuelta como máximo goleador del equipo con 8 tantos. Su importancia era indiscutible. Ahora, los números de Gaspar Campos no han sido tan prolíficos como en la segunda mitad de 2023, pero sigue siendo un futbolista con mucho peso en la ofensiva de este Real Sporting de Gijón. Con sus 10 goles sigue en cabeza, ahora empatado con Juan Otero, pero sus dos dianas en la segunda vuelta no han hecho que Miguel Ángel Ramírez pierda la confianza en él, ofreciendo un rendimiento bien valorado por los técnicos más allá de la aportación del gol.
No parece casual que el conjunto rojiblanco haya tenido mayores dificultades en esta segunda mitad del campeonato coincidiendo con una menor aportación goleadora de Gaspar. Una caída en los números que, más allá de estados de forma particulares, habiendo siempre picos, alzas y bajas durante toda una temporada, no parece ser tanto una cuestión física o de confianza sino más bien relacionada con lo táctico.
Habiendo tenido oportunidades semejantes, apenas partiendo desde el banquillo en 3 ocasiones en la segunda vuelta (2 en la primera), todos los números ofensivos relevantes de Gaspar se redujeron. Pasó de realizar 35 disparos totales a 32, siendo algo poco significativo realmente de cara a puerta, aunque la calidad de sus ocasiones sí manifiestan que dispuso de peores situaciones para realizarlos con 3,6 goles esperados en la primera vuelta y 2,6 en la segunda. Más llamativas son las comparativas en cuanto a su intervención en el juego, donde se encuentra la clave principal: Gaspar creó 52 acciones que llevaron a un disparo en la primera vuelta, 44 en la segunda, un 15% menos, intervino en 684 ocasiones por las 724 de la primera mitad de campeonato y firmó 20 pases clave por los 25 de la otra mitad de curso (un 20% menos).
No es tanto una cuestión de inspiración o acierto, sino de rol. Durante esta segunda vuelta, con un Sporting que encontró mayores dificultades desde lo colectivo para asentar su juego en la mitad de campo rival, Ramírez optó por exigir más a Gaspar en zonas más alejadas del área. Como ya habíamos analizado en su momento a raíz del debate de su posición como segundo punta, algo que se llegó a probar en esta segunda vuelta y que el propio Gaspar aseguraba es su sitio ideal, Sergio Meana, ex ojeador del Sporting y miembro del cuerpo técnico en el filial donde dirigió al extremo, recalcaba que la gran duda de ubicar al gijonés por dentro surgía al «darle un contexto de juego que le obligara a participar mucho más de espaldas a portería y no de cara».
Gaspar ya venía siendo ese verso libre en la zona de tres cuartos del Sporting, haciendo mucho daño a los rivales con su posicionamiento entre líneas, prácticamente indetectable al gozar de la libertad para aparecer tanto por dentro como por la banda contraria, la diestra. Todo ello con un factor común: estar cerca del área rival. Así, el '7' rojiblanco tenía mucho más próximo su objetivo y la capacidad de ser una amenaza sobre la portería rival. Por contra, a la hora de construir los ataques algo más lejos de la portería adversaria, donde venía destacando Gaspar era teniendo espacios para poder trazar su característica diagonal hacia el carril interior, para lo que le beneficiaba la capacidad en transición del equipo en lo colectivo y su conducción con la pierna de dentro (diestra) pudiendo proteger el esférico con el cuerpo en el plano individual. Así, de hecho, llegó su mejor ocasión ante el Eibar este pasado fin de semana en una jugada en la que él mismo recupera, conduce y divide para acabar con un disparo muy propio de él desde la frontal que se encontró con el larguero. Ese es un contexto propicio para él.
Por necesidades del equipo Gaspar tuvo que asumir en muchos partidos un rol más activo en salida de balón y, en consecuencia, también protagonista, pues pasó a ser el principal receptor junto a Juan Otero -otro perfil de jugador- de los envíos verticales de sus compañeros ocupando zonas más pobladas por el rival y teniendo que recibir de espaldas a la portería, lo cual le penalizó de manera importante. Un doble agravio, al verse a su vez alejado del área rival, donde verdaderamente hace daño. Todo ello ha contribuido a un bajón en sus métricas ofensivas en pos de los intentos y ajustes tácticos para que el Sporting consiguiera dejar atrás las dificultades que le habían lastrado en esta segunda vuelta. Poco a poco el equipo ha podido ir a más, llegando con opciones a esta última jornada del campeonato y con Gaspar pudiendo pisar zonas más influyentes para él, buscando como siempre el camino del gol para contribuir a la consecución del objetivo colectivo.