Galicia financiará las reformas de Riazor y Balaídos para el Mundial, mientras en Asturias la candidatura está viva pero no avanza
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La candidatura en Asturias continúa estancada
09 mar 2024 . Actualizado a las 17:36 h.Después de diversos vaivenes, la candidatura de Asturias de cara a ser una de las sedes del Mundial 2030 está ahora mismo paralizada. Aunque con un pulso muy bajo, el corazón todavía late. Una inacción que, de todas formas, le pasará factura en caso de reincorporarse finalmente a la carrera, algo que todas las partes declaran en sus intervenciones públicas, pero que de momento no se está traduciendo en hechos. Al contrario que sucede en otras comunidades autónomas donde el compromiso es real.
Es el caso de los vecinos occidentales. En Galicia, la Xunta ha reiterado su compromiso para colaborar económicamente con las reformas que sean necesarias en los estadios de Balaídos y Riazor para que puedan llegar a ser sede del Mundial de fútbol de 2030. Para ello, el Ejecutivo gallego ha remitido a los ayuntamientos de Vigo y A Coruña los protocolos generales de actuación que garantizarán la colaboración institucional en el caso de que alguna de las dos ciudades sean designadas sede.
De esta forma, ha confirmado su apoyo a que ambos estadios puedan acoger algún partido del campeonato, para lo cual es necesario que se realicen obras de reforma para cumplir con los requisitos de la FIFA. Con los dos textos remitidos, los ayuntamientos de Vigo y A Coruña se han comprometido igualmente a trasladar a la Xunta, cuando exista, toda la documentación técnica, económica o de cualquier índole referente a las obras que necesitan realizar en los estadios, así como toda la información que reciban de las federaciones de fútbol.
Por su parte, la Administración que dirige Alfonso Rueda ha reiterado su «compromiso para colaborar económicamente con las reformas» y también se responsabiliza de «solicitar al Gobierno de España la calificación del Mundial como acontecimiento de especial interés público», lo que supondría beneficios fiscales para cualquier otra entidad que pueda colaborar con este evento.
Un hecho que contrasta con la inacción en el caso de Asturias y Gijón. Desde el Ayuntamiento, esta semana el portavoz del Gobierno local y concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, ha afirmado en rueda de prensa que sigue viendo «muy bueno» para la ciudad ser sede mundialista, si bien ha matizado que Gijón «no puede ir sola» en el proyecto y que «no se van a comprometer las cuentas municipales» con esta inversión. Aun así, ha insistido en que el Ayuntamiento se implicaría en la iniciativa mundialista haciéndose cargo de «un porcentaje asumible, como en el resto de las candidaturas», pero por ahora «faltan los demás», ha precisado.
El Principado, por su parte, se ha mostrado más cauto, de perfil a la candidatura. Al respecto se pronunció, hace ya más de una semana, Vanessa Gutiérrez, Consejera de Deportes del Principado de Asturias, «respetando al máximo la decisión que adopte el Ayuntamiento de Gijón», y del mismo modo asegurando que «el Principado siempre manifestó su voluntad de colaboración para que en caso de que fuese escogido como sede impulsar esa candidatura de Asturias 2030». Sin terminar de esclarecer su disposición en el reparto económico para la reforma del estadio gijonés.
Por parte del Real Sporting de Gijón, David Guerra, su presidente ejecutivo, dejó la pelota en el tejado de las instituciones después de todo lo acontecido en los últimos días: «Si Asturias quiere, será sede del Mundial. Hay tiempo hasta julio para negociar con Gijón». Ahora, mientras otras candidatas avanzan, Asturias y todos sus actores implicados deben dar pasos al frente antes de que sea demasiado tarde.