Texto de análisis
07 nov 2022 . Actualizado a las 21:24 h.Reparto de puntos insuficiente el que se vivió anoche en La Rosaleda en el encuentro que midió al Real Sporting de Gijón y al Málaga CF. Los asturianos no consiguieron atar la victoria haciendo buena un primer tiempo donde fue superior, cayendo en el tramo final del encuentro donde las fuerzas no llegaron. Sensación de haber dejado escapar dos puntos y no tanto el haber ganado uno. Mala sensación la que deja un empate sobre el que tampoco se puede discutir nada, dado el papel que siempre juegan aciertos y errores en este deporte. Lo analizamos en base a 4 claves destacadas:
Equipo estrecho en ataque
Parecía una premisa dentro del planteamiento y también se puede entender como una explicación de la principal novedad en el once. Abelardo juntó especialmente por dentro a ambos extremos, más que en cualquier partido reciente, acumulando muchos jugadores de ataque por el pasillo central. Tanto Juan Otero como Jordan Carrillo sumaron muchas intervenciones próximos a la pareja de puntas, escoltados por Gio Zafino y Christian Rivera. Los carriles fueron, en la mayoría de acciones ofensivas, propiedad de los laterales. Esto benefició en mayor medida a un Jordan que se mostró claramente más cómodo y capacitado para ir al pasillo interior que Otero, que en muchas ocasiones compensaba quedándose abierto a banda. Fue sin duda la fórmula que buscó Abelardo para hacer daño al Málaga, y en la primera parte tuvo su influencia.
El cansancio y la altura del bloque
En el plano defensivo, el Sporting no realizó un trabajo tan exhaustivo para cerrar vías de pase por dentro, pero siguió con su hoja de ruta habitual, plantado en un bloque medio - alto, presionando la circulación de balón rival y apretando especialmente cuando el balón rondaba la divisoria. Fue un buen partido del equipo asturiano en ese sentido, aunque solo mientras aguantaron las fuerzas. Antes de llegar a la hora de choque, ya en la segunda mitad, el Sporting se fue replegando poco a poco, dosificando esfuerzos al no tener la capacidad ya de acudir en bloque a la presión. Inicialmente pasó a ubicarse en bloque medio, pero inevitablemente acabó cerrado cerca de su área. El cansancio acumulado jugó una mala pasada al equipo, que ya no llegaba a tiempo para frenar la circulación de balón blanquiazul.
De nuevo, un error carísimo
Tal y como sucedió el día del Levante, el Sporting volvió a pagar muy caro su único gran error del partido, repitiendo protagonista desgraciado en Diego Mariño. El meta no midió bien una salida por alto al saque de un córner y el cuero quedó muerto en el área pequeña para que el rival solo la tuviera que empujar. No había sido una noche de especial exigencia para el meta, pues el Sporting había contenido bien los ataques locales, aunque el contexto cada vez era más propicio para que los de Mel crecieran en el encuentro. Aun así, sin ese error, las opciones de victoria eran muy elevadas. Más allá de otros errores ajenos al equipo que bien pudieron condicionar el resultado, este, que sí se deriva directamente de la responsabilidad de los jugadores, fue clave para cambiar el signo final.
Cambios que no beneficiaron
En un escenario complicado por el número de bajas acumuladas y en un contexto de partido ya adverso, las modificaciones desde el banquillo en la segunda mitad no consiguieron ayudar al equipo. El Sporting acusó el cansancio especialmente en su centro del campo, donde Nacho Martín vino a colaborar, pero con 90 minutos para unos Zarfino y Rivera que acusaron esos síntomas de agotamiento. Los de Abelardo comenzaron a perder la batalla por ahí, sin piernas para sostener al equipo más lejos de su área y sin poder siquiera acudir a esos duelos que en el primer tiempo sí ganaron y marcaron las diferencias. Apenas había recursos, pero los utilizados no lograron dar el plus necesario a un Sporting fatigado.
Los cambios
Rosas por Otero. Cumplió en el lateral diestro, aunque sin especial brillantez como la de estos días atrás. Este cambio reubicó a Pol Valentín de nuevo más adelantado, sustituyendo a un Otero poco participativo en esta ocasión.
Djuka y Queipo por Cristo y Carrillo. Ambos tuvieron su momento en el partido, pero no mejoraron las prestaciones de dos jugadores que venían de destacar en la primera hora de partido. Bajo momento de forma de ambos.
Nacho por Campuzano. El guaje sumó piernas frescas al centro del campo, recuperando algún balón en el tiempo que tuvo, pero tampoco pudo destacar con el contexto de encuentro en contra.
Argüelles por Pol. Cambio que prácticamente pasó inadvertido en el tramo final del encuentro.
Nota a Abelardo y al resto del cuerpo técnico
Suficiente. Una hora donde fue superior a su rival con y sin balón, que se vino abajo con un tramo final sin energías. No era una gestión sencilla y viene condicionada por todo el trabajo previo, pero los cambios no ayudaron a mejorar esa mala cara que se le iba poniendo al equipo con el paso de los minutos. El acierto individual -y arbitral- podrían haber cambiado la gestión del partido y la valoración sería otra, pero tal y como se desarrollaron las cosas, la última media hora no dejó buena imagen del equipo, posiblemente sin capacidad para dar el paso al frente necesario.