Texto de análisis
19 oct 2022 . Actualizado a las 23:02 h.Apenas se han experimentado cambios de sistema relevantes esta temporada en el Real Sporting de Gijón. Su técnico, Abelardo Fernández, viene apostando por un 1-4-2-3-1 (aproximadamente) con un segundo punta y un doble pivote con diferentes perfiles. Con tan escasa variación en cuanto a dibujo táctico, los roles se vienen repitiendo cada jornada, con la mayoría de los jugadores teniendo bien definida su posición. Sin embargo, hay un hombre que viene ocupando frecuentemente dos posiciones según el contexto de partido: Gio Zarfino.
El uruguayo, que llegaba con la etiqueta de ser un centrocampista llegador, aunque con gran capacidad para abarcar metros tanto en ataque como en defensa, con la intensidad en su juego por bandera, ha actuado en lo que va de temporada con la elástica rojiblanca tanto como ese jugador más liberado en el doble pivote así como de segundo punta. Dependiendo de cuál sea su posición, las demandas y las oportunidades para él son diferentes.
Si nos centramos en sus datos con balón, como parece lógico, cuando actúa unos metros por detrás en el doble pivote el charrúa interviene más (35 pases por partido en promedio sobre los 21 que da como segundo punta) y lo hace con un índice de acierto mayor en la entrega (81% vs 71%). Sin embargo, como reflejo de su capacidad de llegada, la cual exprime más cuando tiene más metros por recorrer, Zarfino es capaz de encontrar área con mayor facilidad jugando de cara a ella: 2,58 pases al área por partido como pivote por los 2,14 que promedia como segundo punta.
Esto nos deja entrever que jugando más adelantado, a pesar de estar más cerca del área, y por ende, de la portería rival, ese rol limita su movilidad y su capacidad de llegada, una de sus grandes cualidades en ofensiva. Igualmente, a pesar de no ser un distribuidor de juego, si bien estar en la base de la jugada le obliga a participar más, el índice de acierto del charrúa es más alto, con lo que sin asumir grandes responsabilidades, sí le puede dar continuidad al juego del Sporting. Eso sí, bien necesario resulta que junto a él haya quien tome esos galones en la creación en ataque.
De cara a puerta, los datos responden a la lógica: Zarfino recibe más balones en área rival y dispara (ligeramente) más cuando actúa como segundo punta. Sin embargo, las obligaciones para él son otras: el uruguayo da más pases clave (que finalizan en remate) actuando como mediocampista, mientras que como segundo punta se ve más necesitado de hacer uso de su regate, aspecto en el que no destaca por un elevado índice de éxito (41,7%).
A nivel defensivo, donde se ve muy condicionado por su posición, Zarfino suma más duelos como pivote que de segundo punta (6,67 por partido vs 4,29), aunque donde más se marca la diferencia es en la cantidad que gana (61% vs 35,7%). Es decir, en lo defensivo, el uruguayo es más decisivo actuando unos metros por detrás. Igualmente interesante resulta poner la lupa en otro aspecto relevante: Zarfino recupera más en promedio como segundo punta que como pivote (7,35 balones por partido vs 6,67), donde, como es lógico, suma un porcentaje mucho más elevado en campo rival en el primer rol mencionado. Su incidencia, eso sí, se da sobre diferentes jugadores, pues actuando como pivote, con dos jugadores por delante en el carril central, su presión se ejerce sobre el pivote rival, un primer receptor que suele estar de espaldas, mientras que como segundo punta acompaña a Djuka en la primera línea de presión, donde se requiere de un trabajo mayor para encimar a los centrales.
Todo depende del contexto de partido que espera y que plantea el cuerpo técnico. Es entendible que cuando el Sporting va a tener más balón, va a depender más de sus ataques posicionales, Zarfino actúe más en el eje, donde puede explotar su capacidad de llegada desde atrás para sorprender, cediendo la segunda punta a un jugador más técnico y asociativo como Cristo. Sin embargo, cuando el Sporting no lleva la iniciativa y debe trabajar una presión alta intensa y busca los espacios a la espalda de la zaga rival (como ante el Eibar este lunes), el uruguayo es un arma muy poderosa al encimar la salida de balón rival y también muy trabajador para buscar hacer daño con los desmarques de ruptura.
Ya lo destacó Abelardo en rueda de prensa; "si ves los datos físicos de Zarfino son espectaculares", unos datos de Mediacoach a los que ha tenido acceso Sporting1905 y que confirman lo dicho por el técnico, pues el uruguayo es el que más distancia promedia en los partidos de los asturianos (el segundo de toda la liga) y el que se mueve a mayor velocidad media durante todo el encuentro no solo de los rojiblancos, sino de toda la Segunda División. Un trabajador nato.
El campo número 6 de Mareo, adecuado para los equipos de pista
Una de las primeras reformas que Orlegi ha planteado en la Escuela de Fútbol de Mareo atañe a la pista de fútbol sala donde los equipos benjamines y prebenjamines (categoría creada esta temporada) tanto del Sporting como de la Escuela entrenan y disputan sus partidos. La zona que ocupa la actual pista será de uso exclusivo del primer equipo y permitirá una reordenación del parking.
Las obras, que comenzarán en las próximas semanas, obligarán a buscar una nueva ubicación para los más pequeños del club. A la espera de recibir el ok de la Federación, el Sporting ya ha adecuado el campo número 6 de Mareo, de césped artificial. En él ya se pueden ver pintadas las líneas que delimitan diferentes terrenos de juego con las dimensiones de la pista, con algunas porterías para anclar en el campo en cuanto tengan luz verde. El proyecto de Orlegi pasa por construir una pista cubierta donde actualmente se ubica, próximo al campo número 6, un pequeño terreno para fútbol playa, prácticamente en desuso en la actualidad.