El hermano mayor cuida de la joven promesa rojiblanca desde la distancia
21 sep 2022 . Actualizado a las 11:17 h.El Real Sporting de Gijón cerraba en el pasado mes de agosto un fichaje para su equipo filial que acaparó la atención de los diferentes diarios de tirada nacional e incluso internacional, más concretamente en nuestro país vecino por la frontera pirenaica. Bastante extraño para tratarse de una incorporación más de un colectivo rojiblanco que hace vida en la quinta categoría del fútbol español, pero es que el apellido del cromo en cuestión posee mucho peso en el panorama mundial del balompié. Jonathan Varane, hermano pequeño del central del Manchester United y campeón del mundo con la Selección de Francia, ha aterrizado en Mareo dispuesto a echar mano de los consejos y las experiencias de Raphael Varane para no dejar pasar una oportunidad que podría llegar a ser única para su futuro como posible futbolista de élite.
Aunque en sus redes sociales no se encuentran imágenes de ambos juntos, Raphaël, desde un plano donde no pueda eclipsar y de alguna manera añadirle más presión a la carrera profesional de su hermano pequeño, siempre ha ejercido de hermano mayor tanto dentro como fuera del campo para orientar a Jonathan por el buen camino. Y no solo a través del consejo fruto de su dilatada experiencia en el nivel más exigente del fútbol, sino sobre todo de los hechos que a él, y a los muchos grandes futbolistas con los que ha compartido y comparte vestuario, les ha permitido llegar, asentarse y crecer en las cotas más altas de este deporte.
Raphael se ha preocupado desde la intimidad de la familia Varane de que su hermano pequeño no se distrajera en su proceso formativo debido a las situaciones externas, surgidas por lo que representa su apellido, que pudieran alimentar la equivocación en sus pensamientos y en su forma de actuar. Quien fuera central del Real Madrid le ha reiterado a Jonathan que no le pretenda emular ni por ello caiga en frustraciones, sino que crea en sí mismo y en el trabajo de cara a construir su propio camino. A todo ello ha colaborado un entorno saludable, liderado por un padre que jugó en la Selección de Fútbol de Martinica y una madre que ejerce como maestra, un escenario conocido y ‘aprobado’ por la dirección deportiva del Real Sporting de Gijón, que está propiciando que el rojiblanco se desarrolle en su pasión sin perder el norte ni la humildad.
Dentro de la serie de consejos que le ha transmitido Raphael, uno de ellos ha quedado grabado a fuego en la cabeza de Jonathan. Se trata de que el talento es un ingrediente que nunca puede ser solitario, sino que innegociablemente debe ir acompañado del máximo esfuerzo y la constante dedicación. Una profesionalidad, espíritu de sacrificio y mentalidad de trabajo que el defensa francés, para darle mayor fuerza al mensaje lanzado a su hermano, habitualmente ejemplifica y representa en la figura de su compañero Cristiano Ronaldo. De la pasión por el entrenamiento y el día a día que debe manejar un futbolista profesional del pequeño de los Varane dan buena fe sus últimos entrenadores en el Lens y en el campeonato francés.
Otro de los bombones en el surtido de consejos emitidos por Raphael Varane hacia el nuevo mediocentro del filial rojiblanco se ve más ilustrado en el propio hecho que en la palabra. El central del Manchester United llegó al Real Madrid con apenas 18 años, sufriendo una primera temporada donde, además de los valores anteriormente comentados del trabajo y el esfuerzo, tuvo que armarse de paciencia para ganarse su oportunidad. Jonathan Varane, por experiencia de su referente, sabe que la recompensa no es inmediata, que tiene que adaptarse a un nuevo clima y que es él quién más tiene que apretar los dientes de entre todos los mediocentros de ambas plantillas. El hecho de incorporarse a un club donde en su posición, tanto en el filial como en el primer equipo, ya hay jugadores asentados y que se conocen entre sí desde hace muchos años, debe suponer un reto de superación.
Evidentemente, para vivir el contexto de tener que adaptarse a una nueva cultura vital y futbolística, con antelación hay que tomar la siempre compleja decisión de salir de la zona de confort. Raphael abandonó Francia con 18 años, mientras que Jonathan lo ha hecho con dos velas más sopladas. Ambos con la misión y ambición de experimentar y añadir herramientas diferentes a su fútbol. El pequeño de los Varane, con cartel en la Ligue 2 del país galo, considera a la del Real Sporting de Gijón una buena oportunidad de asentar las bases que hagan completar su proceso formativo y llegar a jugar en el campeonato donde su hermano mayor triunfó y disfrutó de unas excelsas campañas.
Al hilo de la pretensión de nunca dejar de aprender para poder crecer como futbolistas, desde Francia califican a los hermanos Varane como unos chicos inteligentes y que continuamente escuchan a sus entrenadores para adquirir mayores referencias sobre los procesos de actuación en sus respectivos espacios de juego. Nuevamente por la experiencia de Raphael en el Real Madrid, Jonathan es consciente de que en el Sporting no solo está compitiendo contra los rivales de turno en la Tercera RFEF y los compañeros de demarcación en el filial, sino también frente a su propio nivel y el de los Gragera, Pedro Díaz, Christian Rivera y compañía. El francés no desea ponerse límites y sí ser cada día un mejor futbolista, por lo que desde un principio ya se está viendo como en el conjunto de Dani Mori está incidiendo en la mejora de su visión de juego dando continuidad a las jugadas rojiblancas con envíos largos hacia los extremos.
El punto fuerte de Varane, al igual que es uno de los sustentos de su consanguíneo, es el sentido de la responsabilidad con sus compañeros. Ya lo está demostrando en este inicio de temporada con el filial rojiblanco siendo un futbolista que desde la innegociable disciplina táctica ejerce como equilibrador y ganador de todo tipo de disputas. A partir de los pilares emanados de los consejos y las experiencias de su hermano Raphaël, Jonathan Varane quiere demostrar sus posibilidades, cualidades, capacidad de superación y compromiso con el club asturiano para en su debido y justo momento ganarse la confianza y apuesta de Abelardo.
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