Entrevista con La Voz de Asturias
20 mar 2022 . Actualizado a las 19:45 h.Es muy poco común que un ex futbolista acabe siendo presidente de un club de fútbol. Los casos más conocidos en la actualidad son los de Ronaldo en el Real Valladolid, David Beckham en el Inter de Miami o Sebastián Verón en el Estudiantes de La Plata. En una dimensión menor, pero con las mismas o mayores ambiciones de crecimiento, encontramos en la Unión Deportiva Llanera al canterano y ex delantero rojiblanco Miguel López-Cedrón. Como presidente y director deportivo, y junto a su grupo de trabajo, ha logrado que el club asturiano se haya instalado por primera vez en toda su historia por encima de la Tercera División. Quien fuera jugador del primer equipo del Real Sporting de Gijón entre 1998 y 2004, con dos productivas cesiones entre medias en el Eibar y en el próximo rival de los de Martí, el Leganés, atiende a La Voz de Asturias para hablar sobre su proyecto en la entidad que hace vida en el Pepe Quimarán y recordar su etapa en El Molinón - Enrique Castro ‘Quini’.
La mayoría de los futbolistas que se retiran escogen el camino de ser entrenador. ¿Por qué decidió decantarse por la gestión deportiva e institucional?
A pesar de que tengo la titulación de entrenador, la gestión deportiva e institucional es una cosa que siempre me gustó más. El tema de organizar equipos, ver jugadores y planificarlos. No es que me disguste entrenar, pero me gusta más el tema de gestionarlo. Para mí siempre fue una idea que tuve después de retirarme. Tuve la opción de meterme en el Llanera y la verdad es que lo estoy haciendo con mucho gusto y estoy bastante feliz por que las cosas estén yendo bien.
¿Es imprescindible que un presidente de un club sepa de fútbol o que se rodee de profesionales con amplios conocimientos en esa área?
No es que sea imprescindible pero lógicamente ayuda muchísimo. En primera persona es una ventaja muy grande porque en aspectos deportivos sí que lo llevo yo prácticamente todo, pero en el resto de temas tengo alrededor a directivos y ayudantes que me ayudan mucho, que saben más que yo de otros temas y por eso las cosas funcionan bien. Obviamente es una ayuda importante, como en mi caso, el haber jugado al fútbol para saber cómo piensan los jugadores y los entrenadores.
¿Cuánto les aportó a vuestro proyecto el respaldo de una figura tan relevante en el fútbol a nivel mundial como David Villa?
Estuvo unos años en las categorías inferiores y realmente fue un impulso para llegar a donde estamos ahora. Aportó mucho y eso es de agradecer.
A pesar de tener uno de los presupuestos más bajos de la Segunda RFEF el Llanera está logrando competir en la categoría. ¿Cuáles son las claves para con menos conseguir más?
No es que sólo seamos uno de los presupuestos más bajos, es que junto al Ceares la mayoría de los equipos, como mínimo, nos triplican en presupuesto. Luego hay casos como el Pontevedra o el Compostela que disponen de un presupuesto hasta seis o siete veces mayor que el nuestro. Yo creo que la clave está en saber gestionar lo que tenemos, con el dinero que disponemos, que es poco, buscar jugadores con ilusión, otros jugadores veteranos que están de vuelta, que siguen jugando por afición y que nos aportan muchísimo. Cuando tienes un presupuesto tan bajo y peleas contra tantas dificultades con respecto a los demás equipos hay que mirar otras cosas. Nosotros tenemos un campo pequeño e hicimos un equipo muy fuerte físicamente. Ese tipo de cosas también suman y creo que hay que buscárselas para intentar competir con esos equipos que en condiciones normales sería imposible. Todo ello da mucho valor a lo que estamos haciendo porque con que solo estemos peleando ahí por mantener la categoría dice que estamos haciendo las cosas bien y creo que ahí está el secreto, en que somos una gran familia y sabemos aprovechar las pequeñas ventajas que tenemos.
Usted es el primer y único canterano del Llanera que ha llegado al fútbol profesional. ¿Ampliar esa lista es uno de sus objetivos como presidente del club?
Sí que hay jugadores que salieron de Llanera, no muchos, pero algunos hay. Ahí tenemos el ejemplo de Cazorla, pero ninguno de ellos pasó por las categorías inferiores del Llanera. Yo soy el único y ampliar esa lista es uno de mis objetivos, sabiendo lo complicado que es, pero creo que estamos trabajando muy bien en las categorías inferiores. Tenemos al Juvenil peleando por ascender a División de Honor cuando hace apenas cinco años estaba en Tercera Juvenil, y sí que estamos mejorando en ese tema. Esta es una ilusión que tengo. Para mí sería muy bonito que después de 30 años, cuando yo jugué en el Llanera, pueda salir otro jugador y disfrutar del fútbol profesional sabiendo que la dificultad es grande. Es uno de mis objetivos y espero que en el futuro lo podamos cumplir.
Su debut con el primer equipo del Sporting se produjo en la peor temporada del club en Primera División (1997-1998). ¿Si pudiera volver atrás en el tiempo elegiría el mismo momento para debutar?
Tuve la suerte de debutar en el Sporting con 19 años en esa fatídica temporada de los 13 puntos. Para el club fue la peor temporada de la historia, pero para un canterano como yo fue un momento de enorme alegría el haber podido jugar cuatro partidos y eso siempre quedará ahí. También hice mi primer gol en Primera División en el campo del Valencia, lo cual para mí fue un orgullo. Si pudiera volver atrás tampoco dependería de mí. Sí que me hubiera gustado que fuera en un momento de más alegría para el Sporting, pero son cosas que pasan en el fútbol. Fue un año muy complicado, pero me quedo con mi debut y que el Sporting, lógicamente pasó un mal año, pero luego se rehízo y siguieron saliendo las cosas bien.
Atendiendo a su propia experiencia, ¿el paso más complejo de dar para un canterano es el de llegar al primer equipo o el de mantenerse en él?
La ilusión y el trabajo que hace el llegar al primer equipo es tremenda. Llegar a debutar es la ilusión de cualquier canterano, pero sí que luego lo importante es mantenerse. Creo que ahí radica la dificultad. Son muchos los que debutan, pero pocos los que se asientan. Lo que hay que hacer es trabajar mucho, no perder la ilusión cuando eres un chico joven, sabiendo que no es nada fácil, sino que es muy complicado llegar a debutar en un primer equipo profesional. Y sí llegas lo que luego no puedes hacer es relajarte. El llegar te tiene que motivar para trabajar más porque lo importante es mantenerse, que es donde realmente radica la mayor dificultad.
En la temporada 1998-1999 vivisteis una situación similar a la actual, coqueteando varias jornadas con el descenso a Segunda B. ¿El cambio de dinámica llegó tras dar en la tecla de lo emocional o en la del puro fútbol?
Fue una temporada que a mí me pilló muy joven después del debut en aquella fatídica temporada en Primera División. Se hizo un equipo completamente nuevo y de gente muy veterana. Al principio costó muchísimo, hasta que hubo cambios de entrenadores, creo que los jugadores dieron, y digo dieron porque yo estuve más tiempo en el filial que en el primer equipo, un cambio de dinámica a partir de un cambio mental. Empezaron a acompañar los resultados y al final se pudo salvar la temporada. Aquella fue una temporada distinta a la actual porque ese año ya se empezó mal desde un principio, al contrario que ésta, que sí que es un poco más peligroso porque la dinámica es la contraria. Un equipo que fue líder y que ahora se ve tan cerca del descenso puede ser más peligroso, pero sí que pienso que al final había un buen equipo, como también es el caso de este año, y esperemos que el resultado sea el mismo y se salve la temporada sin dificultades.
¿Las cesiones en el Leganés y el Eibar fueron vitales para completar su proceso de maduración futbolística?
Está claro que las cesiones al Leganés y al Eibar marcaron mucho mi madurez en el tema futbolístico porque yo era un jugador que nunca me quería quedar en un equipo en el que sabía que no iba a tener minutos. Siempre tomaba la alternativa de jugar y para mí eso era lo más importante. El Leganés y el Eibar eran dos clásicos de la Segunda División, sabía que iba a tener que pelear con gente veterana. También me pilló en una época joven y fue maravilloso el haber jugado en esos dos equipos que últimamente son equipos que han mejorado mucho en todos los sentidos, han llegado a Primera División, y para mí es un orgullo haber pasado por ellos y además la gente me tenía un gran afecto. Creo que di un buen rendimiento, y como te decía para mi fue muy importante haber pasado por esas dos cesiones para poder labrar mi carrera donde esas experiencias me ayudaron a ir a mejor.
El entrenador del Sporting que más apostó por usted y le sacó más rédito a sus cualidades fue Marcelino. ¿Qué le dio Marcelino como entrenador para que pudiera rendir en el campo al nivel deseado por todos?
Mi temporada con Marcelino fue muy complicada para el Sporting, en la que se había marchado David Villa, yo venía cedido del Eibar, y era una temporada que se preveía muy complicada. Marcelino también venía de no hacer buenas campañas con el filial y el ambiente en Gijón estaba bastante enrarecido. La cosa salió muy bien, aunque no conseguimos el ascenso, pero Marcelino apostó por mí, yo creo que di un buen rendimiento. Ahí Marcelino ya estaba demostrando que iba a ser un grandísimo entrenador. En mi caso fue de los mejores entrenadores que he tenido, sino el mejor, y me dio confianza para poder desarrollar mi juego, tanto a mi como a otros compañeros que veníamos de la cantera, que en ese momento poco más se podía hacer que tirar de gente de la cantera. Apostó por nosotros, por mí, yo me sentí cómodo y al final un futbolista que se siente cómodo suele acabar rindiendo. En ese sentido le tengo que agradecer mucho a Marcelino.
¿Qué le pasó a ese equipo para que se cayera de la zona de ascenso en las últimas jornadas?
Nosotros tampoco lo tenemos muy claro. Son cosas que pasan que a veces no tienen mucha explicación. Sí que es cierto que éramos un equipo que salíamos a todos los partidos al 200%, tampoco éramos un equipo con calidad para estar arriba, todo lo basamos en una mezcla de la calidad que teníamos y de estar prácticamente los 90 minutos corriendo mucho. Durante la mayor parte de la temporada hicimos un desgaste muy grande, tampoco éramos una plantilla muy amplia, y creo que ahí sí radica un poco que el equipo haya llegado a las últimas jornadas ya muy desfondado. Si hubiéramos tenido una plantilla un poco más larga, o haber podido repartir un poco más esos minutos, quizás sí hubiéramos llegado mejor al final. Todo ese desgaste físico nos pasó factura en las últimas jornadas.
¿Le fue difícil salir del Sporting?
La verdad es que fue muy complicado. Al final yo llevaba casi 15 años en el Sporting. Me sentía muy a gusto, pero a veces te encuentras con oportunidades o situaciones en las que hay que elegir. Acabó la temporada, Marcelino habló conmigo y me dijo que iban a venir delanteros y que a lo mejor iba a tener la posibilidad de no jugar tantos minutos como la temporada anterior, y me surgió una oferta de Primera División del Numancia. Lo que yo siempre quería era jugar, y si no tenía garantizada o por lo menos la opción de jugar bastante en el Sporting tenía que aprovechar esa oportunidad. Lógicamente, cuando tienes una oferta de Primera División no podía rechazarla y así fue. Fue complicado salir del Sporting porque prácticamente había pasado 15 años allí, y era el equipo en el que me había formado y que me había dado la oportunidad de ser profesional. Por ese lado fue complicado salir.
Como canterano de Mareo, ¿qué debe significar la cantera para el Sporting?
Hablar de un Sporting sin hablar de la cantera y de Mareo no tendría sentido. Hay equipos que siempre están muy ligados a la cantera, como es el caso del Atlético de Madrid o el Ajax por hablar ya de otros niveles. En ese sentido el Sporting es igual. El Sporting siempre ha labrado sus éxitos basándose en jugadores de la casa. No tendría sentido hablar del Sporting sólo hablando de jugadores de afuera, y pienso que deben seguir basando casi todo en la Escuela de Mareo, intentar sacar jugadores que al final son los que la gente se identifica con ellos y ellos se identifican con el club. Eso no se puede perder, y de hecho no se va a perder porque no sería lógico. El Sporting es Mareo y Mareo es el Sporting. Ahí no debería caber duda alguna.
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