Kike Mateo: «Mi mayor ilusión sería trabajar en el Sporting»

Francisco Rodríguez

SPORTING 1905

Kike Mateo
Kike Mateo

Entrevista con La Voz de Asturias

25 mar 2022 . Actualizado a las 16:48 h.

La afición del Real Sporting de Gijón ha tenido dos grandes alegrías este siglo y uno de los jugadores clave en la primera de ellas fue Kike Mateo. El murciano atiende a 'La Voz de Asturias' para hablar sobre las campañas de ensueño vividas en El Molinón, la figura de Preciado, y su presente y futuro como entrenador. Os dejamos con la segunda parte de la entrevista.

En la temporada del ascenso marcó 12 goles. ¿Hasta qué punto influyó Manolo Preciado en la obtención de su mejor versión goleadora?

Influyó bastante. El fútbol que practicaba Manolo Preciado iba con mi forma de jugar. Cuando un jugador va a un equipo, encuentra su hábitat y encima encuentra un entrenador con una forma de jugar te favorece, porque era un entrenador muy ofensivo con un fútbol muy vistoso y muy alegre, muy directo a la hora de las charlas, eso saca lo mejor de ti mismo. El míster fue decisivo para que yo tuviera la suerte de marcar esos goles. Me anularon dos o tres goles legales, creo que hubiera hecho alguno más, pero quedé muy contento por cómo fue la temporada a nivel goleador y muy agradecido al míster por el apoyo y la continuidad en el once que me dio. Y después por la posición en la que me puso, porque yo recuerdo que cuando el Sporting de Gijón me fichó era para jugar en banda. Era el recambio de Gerardo, pero cuando Manolo me vio en pretemporada entrenar y jugar algunos partidillos, me cogió una semana antes del primer partido contra el Poli Ejido y me dijo ‘Kike, tu vas a jugar en la mediapunta. Creo que ahí puedes jugar mucho mejor, más cerca del área, para aprovechar tu disparo’. Fue el primer entrenador que me puso en mi puesto. Hasta esa edad yo siempre había jugado en banda izquierda o banda derecha, en función de las necesidades del equipo en el que estaba, y en el Sporting fue donde por fin un entrenador me puso en mi posición idónea y donde las cosas me salieron fenomenal.

¿Al mediapunta de ahora se le piden cosas diferentes a lo que se le pedía al mediapunta de hace 15 años?

El fútbol ha cambiado. Yo no me retiré hace 40 años, pero sí que es cierto que el fútbol ha evolucionado mucho y esa figura del mediapunta se está perdiendo. Los entrenadores prefieren poblar más el centro del campo con gente más física, o jugar con dos puntas. Es cierto que la figura del mediapunta no tiene tanta importancia en los últimos años como en la época que yo jugaba, pero creo que es un puesto clave en el fútbol y que no se debería de perder. Van a seguir naciendo jugadores de esas características, y lo mejor para el fútbol es seguir aprovechándolos, pero el fútbol ha evolucionado y el mediapunta tiene que adaptarse a lo que requiere el fútbol actual y a los métodos de los entrenadores actuales.

¿Qué era lo que diferenciaba a Manolo Preciado del resto de entrenadores?

Que era un tío directo, no se callaba nada, te decía las cosas muy claras y sabía gestionar el vestuario como yo no le he visto a ningún entrenador. El que jugaba estaba contento, pero tenía la habilidad de tener contento al jugador que no jugaba, y eso en el fútbol actual es muy difícil tener contento a los 22 jugadores de una plantilla. Él era muy listo y astuto para manejar todas esas cosas, y en los entrenamientos me acuerdo que estaba pendiente del que no jugaba para que no bajara el ánimo, para que siguiera entrenando duro. Su gestión del vestuario fue decisiva para que el Sporting ascendiera y se mantuviera unos cuantos años en Primera División.

La adaptación del equipo a la Primera División fue compleja con 5 derrotas iniciales de manera consecutiva. ¿Cómo consiguió el equipo, sobre todo a nivel emocional, salir de esa dinámica negativa?

La adaptación fue complicada. Éramos un equipo en el cual ninguno habíamos jugado en Primera División, a excepción de algún miembro de la plantilla que había jugado muy poco en Primera, el ritmo de competición era muy diferente, también tuvimos la mala suerte de enfrentarnos a los cinco equipos más fuertes de la categoría: Madrid, Barcelona, Atlético, Valencia, Sevilla y Villarreal de manera consecutiva. Y eso fue un palo muy duro porque recibimos muchos goles. Después la clave para salir de ahí fue la afición, que estuvo con nosotros hasta el final, además recuerdo que tras haber perdido cinco partidos seguidos hubo un entrenamiento en Mareo que fue un punto de inflexión porque vinieron muchos aficionados con pancartas de apoyo. El míster no bajó la guardia ni los brazos en ningún momento, y con un equipo muy justo conseguimos la heroica de mantenernos a base de trabajo, constancia, de ganarle a los equipos de abajo, porque si no recuerdo mal empatamos muy pocos partidos, o perdíamos o ganábamos, y también tuvimos la suerte de ganarle a los equipos con los que nos jugábamos el descenso. Las claves fueron la afición y un entrenador que en todo momento supo mantener unido al grupo, y por otro lado que la directiva supo mantener al entrenador porque Manolo era el hombre indicado y adecuado para sacar al equipo de esa situación tan difícil. Tuvieron el acierto de darle confianza, esa confianza nos la transmitió él a nosotros y a base de ir ganando partidos por la mínima y sufriendo hasta el final conseguimos engancharnos un año más a la Primera División, que fue casi igual de importante que el año del ascenso.

Sus dos únicos goles en Primera División fueron en el Santiago Bernabéu y en el Camp Nou. ¿Impresiona jugar en esos campos y ante ese nivel de futbolistas?

Si te soy sincero, y te va a extrañar lo que te voy a decir, no me impresionó tanto jugar en el campo del Madrid y del Barcelona, sino que me impresionó más jugar en El Molinón. Son campos muy grandes y muy bonitos para la foto, pero después hay demasiados ‘comepipas’, demasiado silencio, la gente no aprieta como en El Molinón, y eso desde dentro se nota mucho. Queda para el recuerdo pero el Bernabéu y el Camp Nou, al lado de El Molinón, no hay color. Me quedo con El Molinón. Respecto a los rivales, tuvimos la suerte o la mala suerte de enfrentarnos al mejor Barcelona de la historia con Messi, Etoo y Henry arriba, y era un espectáculo verlos jugar. Perseguimos sombras, eran muy buenos e impresionaba, sobre todo, enfrentarte a jugadores de la calidad de Iniesta, Xavi y Messi en aquella época que iban un punto por encima de los demás.

¿Qué consejo le daría a los niños para que aprendan a dominar el balón tan bien como lo hacía usted?

Dominar el balón nace y se aprende en la calle. Creo que cuando un jugador ya tiene 17 o 18 años puede aprender tácticamente, puede mejorar conceptos técnicos como los controles, los disparos y los centros, pero si no tienes una buena base desde crío, si no has jugado en la calle, en mi época estábamos todo el día con el balón. Cuando llegábamos a los 15 y 17 años había más talento que ahora. Ahora es todo más físico, hay más rigor táctico. Es otro tipo de fútbol. Mi consejo es tomar los entrenamientos como si fueran partidos. Cada entrenamiento es una oportunidad de mejorar, y si tienes una hora y media para entrenar y hacéis 20 minutos de controles y pases, aprovecharlo a tope para mejorar cada día. Para tener un buen dominio del balón hay que aprenderlo desde niño en las calles y en los colegios.

¿Su salida del Sporting fue dura o necesaria? ¿O ambas cosas a la vez?

Supongo que las dos cosas a la vez. Para mí fue duro porque había encontrado mi hábitat, mi lugar, mi club y un sitio en el que me sentía muy bien. Mi nivel de participación fue disminuyendo a lo largo de mi estancia allí, y estaba claro de que al final si el club quería mejorar y dar un paso adelante, los jugadores que no estábamos jugando teníamos que salir. Fue duro porque yo quería seguir, pero también fue necesario para el club porque ya consideraban que la estancia de Kike Mateo en Gijón ya había acabado. Después pasó lo que pasó. A lo mejor, si el club se hubiera quedado con cuatro, cinco o seis jugadores del perfil Kike Mateo y del perfil Sastre hubiera estado más años en Primera. Lo que necesitaba el equipo era jugadores que asumieran los roles de suplentes y apretaran a los titulares, pero las circunstancias se dieron como se dieron. El club considero que ya no había que renovarme y yo lo acepté con la máxima deportividad porque al final esto es fútbol y aquí lo que no puede el club es estar pendiente de Kike Mateo ni de nadie. El club tiene que mirar por sus intereses, y si ellos consideraban de que para que el club creciera Kike Mateo tenia que salir, lo entendí perfectamente. De todas maneras, estaré eternamente agradecido por la oportunidad que me dieron y los tres años que pasé allí. Siempre seré un sportinguista más.

¿Cómo ve al actual Sporting?

Como casi todos. El equipo está muy irregular. Bajo mi punto de vista no tiene una plantilla compensada para estar luchando con los de arriba. Creo que está en mitad de la tabla por méritos propios. Es un equipo que depende de los goles de Djuka, que en las áreas no está acertado, al que le falta mucha veteranía. Sobre todo, le falta mediocampo, veo que tiene buenas individualidades arriba, pero le falta gente que sepa de lo que va la Segunda División. Tiene gente muy poco experimentada en la categoría, y para conseguir ascensos necesitas tener gente que sepa de qué va la Segunda División complementada con gente de Gijón. El Sporting no tiene jugadores que sepan de qué va la Segunda División, sobre todo en la parte defensiva y en el medio del campo. La temporada está siendo para olvidar, una temporada muy mediocre, y que el club tiene que intentar por todos los medios salvar la categoría lo antes posible y armar un equipo más competitivo de cara al año que viene. La clave será mantener como sea a los seis, siete u ocho buenos futbolistas que tiene el equipo.

¿Llego a coincidir con José Luis Martí en Mallorca?

No, no coincidí con él. Lo recuerdo de la Real Sociedad, de enfrentarnos en aquella temporada 2007/2008.

¿En sus planes como entrenador está el objetivo de entrenar o ayudar al Sporting en cualquier parcela?

Yo como entrenador y sportinguista que soy, a mi no hay cosa que me diera más ilusión que trabajar en Gijón, entrenando a los chicos o en cualquier parcela, siempre que sea dentro del tema deportivo. Para mi eso sería un sueño, pero son cosas que yo no puedo manejar. Trabajar para el Sporting es un caramelo para cualquier exfutbolista. Sé que hay mucha gente que quiere entrar ahí, y también sé que lo tengo muy complicado para entrar ahí. Uno por la distancia, dos porque seguramente ya ni se acuerden de mí y tres porque hay mucha gente que quiere entrenar allí. Si me llamara el Sporting para trabajar con ellos, en 10 horas de coche estaré allí. Prepararme la maleta y en 10 horas estaría allí. No me lo pensaría, pero tampoco quiero hacerme ilusiones porque sé que es una cosa muy complicada y espero que en un futuro se acuerden de mí y tengo la posibilidad de ir para allá. Seguiremos trabajando para ver si ese sueño algún día se cumple.