Texto de análisis
22 nov 2021 . Actualizado a las 14:50 h.Derrota muy dura de un Real Sporting de Gijón que sigue anclado en la mitad de la tabla y que profundiza en su prolongada crisis de resultados, que ya también es de juego. Los de David Gallego volvieron a ofrecer su peor versión en una derrota sin paliativos en Ponferrada. Analizamos en cuatro claves la derrota de los asturianos:
Cambio de sistema infructuoso
Fue la cuestión más comentada en la previa del choque. Gallego decidió modificar su esquema habitual buscando, tal y como dijo en la rueda de prensa posterior al partido, contrarrestar la disposición y el potencial ofensivo de la Ponferradina, situando a tres centrales en el eje de la zaga. Los problemas defensivos recientes del Sporting no se disiparon con este nuevo sistema, es más, la fragilidad defensiva desde un punto de vista colectivo limitó las opciones de los asturianos en un inicio de partido nuevamente decepcionante. El equipo no mostró la concentración y tensión necesarias para afrontar un duelo de la máxima necesidad, una semana más. Al equipo se le vio perdido y desorganizado en una media hora inicial que marcó por completo y de manera definitiva el signo del encuentro.
Errores individuales atrás
Nuevamente la gran cantidad de errores individuales cometidos en campo propio marcaron las posibilidades del Sporting. Más allá del aspecto colectivo mencionado anteriormente, las pérdidas en zonas vulnerables y los fallos en las marcas y en acciones defensivas mermaron a un Sporting que volvió a dar síntomas de absoluta fragilidad cerca del área de Diego Mariño. Este aspecto impide que los de David Gallego logren competir ante cualquier rival, más aún en el caso de la Ponferradina, con el potencial ofensivo que atesoran y con nombres propios como Sergi Enrich y Yuri que supieron sacar tajada fácilmente de las oportunidades que el propio Sporting les cedió.
Inofensivos con balón
Tras los desastrosos minutos iniciales y con un marcador que ya condicionaría el partido por completo, el Sporting tuvo fases de mayor dominio de balón sin que esto se logrará traducir en ocasiones manifiestas de gol. La Ponferradina, jugando además con ese marcador a favor, estuvo muy cómoda y organizada para evitar el avance de los rojiblancos en sus asociaciones. Solo un Fran Villalba activo en esa primera media hora parecía capaz de hacer algo diferente en los ataques de los asturianos, dando continuidad a sus posesiones siempre con el objetivo de acercarse al área rival. Las incorporaciones ofensivas de los carrileros, especialmente en la figura de Guille Rosas, marcaron a su vez alguna posibilidad para ganar línea de fondo con relativo peligro. Sin embargo, el Sporting no llegó a ocupar el área correctamente, lo que dejó a los de Gallego sin apenas conseguir realizar remates entre los tres palos del rival en el grueso de los 90 minutos.
Mentalmente en shock
Hubo reacción tras el paso por los vestuarios, aunque fue más un espejismo que una realidad. El Sporting acortó distancias en el marcador, pero pronto volvieron a aparecer los errores que disiparon cualquier esperanza de los rojiblancos. El equipo estaba fuera mentalmente del partido ya desde el primer gol local, un peso psicológico que fueron arrastrando cual bola de nieve ladera abajo. El mazazo en apenas media hora fue absoluto e imposible de levantar por parte de los jugadores y técnicos de la escuadra asturiana. Las caras de circunstancia y la actitud de los protagonistas evidenciaron la imposibilidad de que el Sporting consiguiera sacar algo de una situación tan complicada. Si a los problemas futbolísticos comienzan a sumarse una barrera psicológica, las dificultades entonces se multiplicarán.
Los cambios:
Puma por Borja. Vuelta al sistema habitual al descanso, síntoma claro de que la modificación no había funcionado, dando entrada a un Puma voluntarioso pero incapaz de marcar diferencias.
Kravets por Pablo. El lateral ucraniano tuvo la oportunidad de llegar a zonas de tres cuartos para poner algún centro interesante al área, sin embargo, tampoco logró incidir sobremanera en el desarrollo del partido.
Pedro y César por Gaspar y Nacho. Ninguno logró tener situaciones de juego suficientes como para modificar el rumbo de un encuentro ya sentenciado.
Nota a David Gallego y al resto del cuerpo técnico:
Insuficiente. El cambio desde la pizarra marcó el inicio de un partido que quedó sentenciado en la primera media hora. Esa modificación táctica no funcionó, al equipo se le vio perdido y la responsabilidad, además de en los jugadores, recae directamente sobre el planteamiento del entrenador y sus ayudantes. El Sporting no estuvo a la altura, el plan de partido lo condicionó para mal y volvimos a actualizar el peor partido de la temporada por tercera semana consecutiva. Nunca se sabe si se ha tocado fondo, pero visto el partido de ayer, no se debe estar muy lejos de ello.
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