Entrevista con La Voz de Asturias
20 nov 2021 . Actualizado a las 23:00 h.Primera parte de la entrevista de La Voz de Asturias con Ignacio Cases Mora, más conocido como Nacho Cases. (Puedes verla desde el siguiente vídeo a partir del minuto 3, recuerda activar el sonido del vídeo y de tu equipo):
Lo primero, qué tal todo, por dónde andas para los aficionados que no te siguen la pista
Bueno, ya son seis años fuera de allí. Ahora estoy jugando en Lituania en un equipo aquí cerca de Kaunas y nada, sigo dándole a la pelota las últimas veces de mi carrera e intentando alargarlo lo máximo posible.
¿Queda Nacho Cases para rato?
Cada uno dura lo que dura y sí es verdad que año tras año es diferente, cuesta más y llegará un momento en el que haya que dejarlo. Hasta entonces seguiré intentando ir a otros sitios, ahora con familia quizá mi planteamiento ha sido un poquito más diferente de lo que tenía en un principio, pero sí que es cierto que me han acompañado en todo. Tengo tres hijos y es un poquito más difícil hacer todo el tema del traslado, elegir el sitio adecuado para que estén bien… Lo primero son ellos.
Así que todavía te quedan aventuras por cumplir en el extranjero...
Me gustaría jugar en Asia, en Vietnam… Es algo de lo que tengo la espina clavada, pero somos cinco y tengo que pensar en ellos y buscar un poco el nexo de confort para ir a otro sitio.
¿Te han llegado ofertas también de esos países exóticos?
Sí, sí. Cosas que te dicen, que te llaman desde los propios clubs, en Australia en su día, zonas de Arabia alguna vez, pero eran muchas veces agentes que marean y otras cosas que al final sí que son verdad pero no fructifican. Al final el mercado del futbolista es súper volátil, hay mogollón de jugadores, mogollón de gente que llama, conocidos de conocidos que has jugado con ellos y también te pueden llamar para alguna cosa… Al final el mundo está muy globalizado y no sólo a mí, sino a mucha gente nos llegan cosas de muchos sitios muy diferentes.
¿Y ofertas desde España?
Con el propósito con el que me marché del Sporting fue el que fue. Fue vivir esto que estoy viviendo y sí es cierto que bueno... ¿volvería a España? Nunca sabes. Las cosas cambian, y pueden cambiar aún más, pero me veo bien, con energía para seguir jugando fuera e intentar prolongar esa idea de cómo veo la vida y el fútbol. Fuera de España también se está genial, no me arrepiento de nada.
Te fuiste a Chipre y te asentaste allí
Me fui a Chipre y yo quería pues, quizás, ir un año a un sitio, otro año a otro. En mi cabeza había muchas cosas bonitas que poder vivir y al final estuvimos tan bien que renovamos allí, estuvimos cuatro años porque además fue una época exitosa para el club con títulos y estábamos muy contentos. Al final la vida cambia mucho de un año para otro, hoy te puedo decir una cosa y dentro de cuatro meses te estoy diciendo otra en el plano futbolístico, sobre todo de dónde jugar. Tengo pensando estar en Chipre unos años y vivir allí, pero dependiendo de mil cosas, en principio la idea es irme a vivir unos años allí después del fútbol. Podría jugar allí el último año y luego quedarme unos años, eso es quizá un poco mi idea como te digo hoy. Dentro de un mes puede ser diferente.
Oye y qué se siente ganando trofeos, porque los sportinguistas no estamos muy acostumbrados...
Ganando títulos bien, con mucha emoción. La verdad que fue un momento muy emocionante, nunca había pensado en ganar algo porque ya sea al nivel que sea ganar algo es gratificante, es bonito. Ganar una cosa en un país, aunque sea pequeñito, a mí siempre me gustó. Yo lo viví como una de las mejores experiencias de mi vida, coger la copa y decir que he ganado algo, porque has jugado en la mejor liga, pero ganar también es importante.
Ahora tenemos a Christian Joel por Chipre
Hablé con él en su día cuando se fue allí y estuvimos hablando un rato, le dije que cualquier cosa que me avisase. Y ahora está bien integrado, tengo entendido que no está teniendo todos los minutos que quieren él y el Sporting pero bueno, ha coincidido con Rubén que es un portero de mucha experiencia y con otro chico, que yo he jugado con él y la verdad es uno de los mejores porteros que yo he visto en el país. Es un portero que le van a tirar para arriba y que le van a promocionar porque es muy buen portero. Entonces tiene que esperar la oportunidad. Quizás pensaba, no lo sé, que iba a ser más fácil y es diferente. Ahora mismo en todo el mundo hay competencia y tienes que ir allí. En lo que es el equipo está bien integrado y yo lo sé de buena tinta, le gusta la música y fuera del fútbol está haciendo algunos pinitos con gente amiga mía.
¿En qué categoría jugaría el equipo de Joel, para que nos hagamos una idea desde Gijón?
Segunda División seguro. Yo este año no les he visto, yo te hablo de mi experiencia ganando cosas allí, jugando Europa League y clasificando contra equipos potentes. Yo creo que es un equipo de Segunda División, de verdad, ahora no lo sé pero van segundos allí.
Joel está en una edad similar a la tuya cuando debutas con el Sporting, si no llega a cogerte por banda Vidales...
Llega un momento que tienes una edad y bueno, pues estuve entrenando para poder entrar en el primer equipo y al final llega una edad que sí que te dicen que sigas intentándolo, pero tú sabes que no, que va a ser más difícil tú que otros nombres, ya sea por edad y porque se está promocionando a gente más joven. Yo por nivel quizás estaba otras categorías más abajo, aunque sí que es verdad que Vidales para mí hizo una labor de psicología para cambiar ese sentimiento tan negativo de que no voy a poder a tener otro positivo, el que tenía años anteriores. Vidales me hizo volver a ser el chico que tenía la ilusión de cumplir su sueño. Quizá lo había perdido en unos meses en los que yo veía que no era mi oportunidad.
¿Recuerdas la semana de tu salto al primer equipo?
Yo ya sé por Vidales que voy a subir a entrenar con el primer equipo. Vidales habla con Preciado y bueno, la conversación no sé realmente cómo fue, pero me dio a entender como que tenía que subir, que tenía que verme y subí con ellos. La semana me salió muy bien, recuerdo un partido de entrenamiento que hasta marco un gol también. Estuve en el momento oportuno, la semana buena de trabajo y todo salió un poco con suerte. Luego lo más difícil es consolidarte, al final los primeros partidos hay gente que puede jugar dos o tres partidos y desaparecer. En eso sí que fui muy consciente de ello, una vez me costó tanto llegar, no quería desaparecer como les pasaba a otros e intenté estar al nivel que había dado esa semana.
Un entrenador con una personalidad muy especial Manolo Preciado
Manolo era el entrenador ideal para una ciudad como Gijón, una ciudad más diferente, con más ritmo y él era una persona hecha para entrenar a este equipo en un momento delicado, hecho para sobreponerse con alegría, pero con trabajo, a momentos duros. Pienso que armaba unas charlas antes de partido de motivación extraordinarias, eso lo sentíamos especialmente en El Molinón. La forma de salir en El Molinón con Preciado no la volví a sentir con ningún entrenador más, ni yo ni mis compañeros seguramente. El fútbol es técnica y es trabajo, pero el tema motivacional yo creo que llega y es súper importante, especialmente para un equipo como nosotros de menos presupuesto y compitiendo en esa Primera división con menos armas.
¿Te llegó alguna regañina de Preciado?
Me acuerdo una vez en un entrenamiento que estaba mal, estaba fallando, y me echó una bronca gorda, encima gritándome, que si fallaba otro pase no seguía más. Yo sabía cómo era, y como creía y confiaba tanto en él, lo tomaba como una arenga positiva, pero él me metía caña. Tú sabías que él te lo hacía para mejorar y yo con él mejoré mucho.
Gran dupla la que formaste también con Sergio Álvarez en el mediocampo
Yo con Sergio compartí habitación en Mareo y en hoteles, salíamos de fiesta e íbamos muchas veces juntos. En el campo le conoces y jugando con él mucho tiempo le conoces más, yo creo que no podía conocer a otra persona mejor que a Sergio y que estuviese tan cerquita de mí en el campo, entonces sabíamos cuando uno no había empezado bien, o estaba peor, nos animábamos uno al otro. Cuando iban las cosas bien apretábamos para ir más arriba, para aprovechar esos buenos momentos. Él hacía en el campo el trabajo de seis perfectamente.
Regresando a Preciado, finalmente sale del Sporting y llega otro entrenador con una personalidad muy particular, Clemente
Yo creo que fue un paso atrás, yo creo que todo el mundo lo pensaba, pero al final somos profesionales que nos debemos a lo que haya en el momento, al entrenador que venga y no podemos estar por encima de eso, por supuesto. Yo creo que con Preciado no estábamos bien, pero sí es cierto que esas segunda vueltas cuando los puntos se necesitaban, Preciado era un maestro en eso. Todos seguíamos creyendo en Preciado, al final son decisiones de club que ven que las cosas no funcionan y bueno pues lo fácil es echar al entrenador, esto pasa en todos los clubs del mundo y a veces sale bien. Está vez sinceramente creo que fue a peor, luego fue la realidad la que dio la razón a gente que piensa como yo. Somos jugadores y nos debíamos profesionalmente a lo que hay, nos guste o no. Intentamos remar pero no pudimos llegar a la orilla.
¿Qué tal era la relación con Clemente porque a Barral y Carmelo los tenía amargados?
Cada uno personalmente que hable un poco de lo suyo, pero al final Gijón es más bien pequeño y todas estas historias se saben: quién estaba bien, quién estaba mal, cómo era esto y cómo era lo otro. Pasó, una experiencia más y dolido porque no se consiguió el objetivo ese año.
Oye y siguiendo con el vestuario, quién era el más bromista. Lora nos contaba el otro día que Canella y Diego Castro las mataban callando...
Totalmente de acuerdo y él también es un cabrón (risas), como es pequeño y habla muy bien pasa inadvertido, pero es un cabrón. Con Lorita hay que tener cuidado, es un fenómeno pero hay que tener cuidado, si te descuidas te la va a liar y Canella ya ni te cuento. Canella está en el top1 pero bien, eso hace vestuario bueno, esos momentos también nos los quedamos para nosotros.
¿Y con Barral qué tal porque también tenía fama de bromista?
De Cádiz. Las liaba y era Barral. Era un jugador diferente de carácter a muchos pero bueno, al final nos dio mogollón, yo creo que fue uno de los delanteros que más dio al Sporting en los últimos años, incluso en la última década sinceramente. Daba al equipo muchísimas cosas y se le criticaba, pero como jugador dentro del campo era mucho delantero y quizás no hubo uno con esas características como él luego. Barral jugaba bien con el balón, aguantaba y abría a banda, y luego tenía cosas técnicas interesantes.
Después llega al banquillo Manolo Murias, del que se decía que entrenaba muy bien, era innovador, y le costaba más dirigir los partidos
Llegó en un momento en el que fue el primer año de Segunda con la obligación de subir y no empezó bien, pero sí es cierto que en los entrenamientos era mucho con balón, eran muy estilo de lo que se puede ver ahora. No salió bien por los primeros resultados, porque cuando eres el Sporting y hay que subir a la primera es muy difícil. Segunda división es muy complicada y nos pintó la cara cualquiera con todo el respeto.
Y más tarde, turno para Sandoval
Sandoval era un juego mucho más alegre, un juego de más posesión nosotros, más divertido para el jugador que es más ofensivo. Sí es cierto que con ese juego ofensivo nos hacían muchos contraataques y lo pasábamos mal, encajábamos muchos más goles. La gente estuvo mucho más con nosotros también por lo que él se exponía en rueda de prensa con los discursos que tenía, luego todo se deshinchó un poquito y al final nada. Otro entrenador muy diferente, con un cuerpo técnico al lado muy válido, me acuerdo de Isma, segundo entrenador, de Nacho, el primer preparador físico digamos moderno, que lleva el trabajo más individualizado y más personalizado a cada jugador.
Sale Sandoval y arranca el proyecto de Abelardo
Yo creo que en esa etapa lo que debemos de valorar es el equipo que hicimos, englobando a todo. Yo creo que nos hicimos una burbuja, yo creo que poca gente confiaba en que podíamos subir, hay que ser sinceros, mucha gente aspiraba a no bajar con lo que aquello conllevaba. Fue una presión añadida para nosotros que nos podía haber hecho caer directamente porque éramos chicos jóvenes. Fue una situación complicada y no sé qué pasó, pero va a tardar en pasar muchos años en que se cree esa conexión de gente de la casa con gente de fuera que ayudaba un montón, parecía que habían mamado desde pequeños el Sporting porque entendían la filosofía del club.
Unos tiempos duros, no se cobraba al día
Éramos mucha gente de casa que había estado en Mareo. Claro que queríamos cobrar, al final éramos profesionales, pero yo creo que ese sentimiento de pertenencia al club, ese sentimiento de pertenencia asturiano de ser gijonés hizo que todo se llevase muchísimo mejor. No digo que no pasáramos momentos malos, momentos de dudas en relación a no cobrar, no subir… Claro que hubo dudas, pero nos sobrepusimos por ese carácter de tanta gente de casa. Al final en determinados momentos haces de tripas corazón buscando un objetivo que al final se cumplió y que salió bien para todos.
Las noticias que salían era que se ascendía o el Sporting podría desaparecer, o bien quedar en una situación como la que tuvo el Oviedo
A nosotros nos llegaban noticias por todos los sitios de cómo sería el futuro si no subíamos. Al final íbamos en el día a día y como teníamos esa racha tan buena de no perder, yo creo que el no perder en el fútbol te da energía, te da esa cosa para competir al día siguiente con más seguridad. Quizá eso también nos hizo olvidar un poco lo otro, quizás si hubiésemos encadenado resultados más negativos durante más tiempo no sé lo que hubiese pasado, pero siempre digo que este equipo tendría que ser recordado durante más años y no sé si va a serlo.
Oye y cómo era eso de salir al campo sin perder nunca
Salíamos al campo y yo, personalmente, diciendo que hoy no perdíamos. Había días malos eh, yo recuerdo el día que cumplimos el récord contra el Llagostera en casa e hicimos un partido desastroso y sabíamos que no íbamos a perder. Ese lo recuerdo como uno de los peores partidos que hicimos y a partir de ahí ya, con el récord conseguido, había que empezar a creer que podíamos hacer otras cosas porque estábamos cogiendo resultados de campeones, de equipo campeón, de equipo líder, de equipo que cuando gana arrasa. Estábamos empezando a construir esa personalidad futbolística.
¿Se hablaba en el vestuario sobre los motivos de esos impagos, si había una mala gestión?
A nosotros tampoco nos llegaban noticias quizá más concisas de lo que nosotros podíamos oír ahí fuera, o lo que los capitanes podían hablar con la Junta Directiva de que bueno, estaban en una situación complicada. La gente sí que se puso un poco nerviosa en relación a qué va a pasar, pero nos ayudó mucho en lo futbolístico que la gente estuviese con nosotros partido tras partido,incluso jugando mal o bien con un aplauso al final del partido acojonante. Bueno, tratabas de evadirte y al final siendo de casa te fastidiba no cobrar, pero juegas en el Sporting, el club de tu ciudad, con amigos tuyos que habrán sido socios como yo toda la vida, o tu padre que va a verte porque eres del Sporting. ¿Qué haces? ¿Te pones en medio rebeldía y se acaba el club? No sé, no sé. En el momento no decidimos, salió solo que el equipo compitiese y se evadiese de los problemas.
¿Y el Sporting qué os iba diciendo con el paso de las semanas?
A nosotros nos prometían que íbamos a cobrar y confiamos que nos iban a pagar, pero llegaba otra reunión y decían que tranquilos, que teníamos unos problemas y que vamos a pagar, que este club siempre ha pagado decían. Tampoco nos llegaba mucha más información y lo digo en serio, no llegaba más información que esa pero cuál es la otra solución ¿Te plantas y no juegas después de llevar 25 partidos sin perder? Es difícil, al final otros futbolistas están sin cobrar y pierden y la gente les dice que no merecen cobrar pero bueno, yo creo que se debería cobrar en todas las situaciones. El futbolista competitivo quiere ganar porque quiere ser mejor: unos para jugar en clubes mejores, otros para estar en Primera división más tiempo…. No nos conviene rendir mal de cara al futuro, cobrando o no cobrando. El futbolista se centra menos en el dinero a la hora de competir porque compitiendo bien, vas a generar más caja o mejor contrato o vas a jugar más en Primera división, cada uno el objetivo que tenga.
¿Llegas a Sevilla pensando que se logra el ascenso directo?
Yo pensaba que íbamos a ganar, pero veía más difícil lo otro. Si no les anulan el gol en el 92 estaríamos jugando la promoción, al final lo de aquél linier sí que es presión. Pitar ese fuera de juego en ese minuto en casa del Girona, que saben lo que va a pasar, cómo se va a poner la gente… Sí es cierto que no hicimos un buen partido, hacía un calor de locos pero salimos y ganamos. Ese día todos lo celebramos, fue una celebración muy sentida por parte de todos.
¿Ser sportinguista y saber que la supervivencia del Sporting depende de tu ascenso también es una presión extra?
Sí, fue un año complicado pero sentíamos presión y muchas veces también lo hablábamos que si no vamos para arriba igual esto se acaba y no sabes a dónde puedes ir, e igual tu carrera como futbolista es diferente y que era un club que nunca estuvo más debajo de Segunda división, también se había hablado. Vuelvo a repetir que cuando se salía al campo no había ni un pensamiento de lo extradeportivo, ni uno.
Luego vuelve el dinero y se empieza a deshacer el equipo, ¿faltó humildad en el club?
A posteriori te diría que sí, pero en el momento no lo sé. Los jugadores toman sus decisiones, el club toma sus decisiones y llegan jugadores que en teoría van a dar un plus, en teoría, pero hubo jugadores que quizá no encajó con el grupo que teníamos entonces. Hablar ahora es un poco ventajista, yo por ejemplo veo a Halilovic llegar allí, entrenar y daba un plus, pero luego no salen las cosas y era muy bueno. Luego llegó Sanabria, que era un jugador muy bueno que ahora está en la Serie A. Sí es cierto que se fue cambiando un poco la filosofía del año de Segunda división.
¿Cómo recuerdas ese proyecto del ascenso?
Ese año en Segunda había una burbuja que en el mundo del fútbol es muy difícil de conseguir, una burbuja de ese sentimiento de la gente porque no éramos mejores que los seis primeros de Segunda, pero éramos una burbuja como equipo que era muy difícil de superarnos como grupo, no como individualidades.
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