Texto de análisis
21 sep 2021 . Actualizado a las 20:01 h.Una misma idea de juego como base, distintos matices que le añaden riqueza y, hasta la fecha, rendimiento en forma de puntos. El Real Sporting de Gijón 21/22 ha cambiado en varios aspectos respecto a lo que era en la 20/21, ambas con David Gallego al frente.
Lo más fácil de ver en las estadísticas se intuye simplemente con ver los partidos de los asturianos en este inicio de temporada: el equipo llega más, lo que se está traduciendo en más goles a favor, pero también se expone más, con lo que está encajando más goles. Menos control, pero cifras más altas.
En la jornada 6 del último campeonato liguero el Sporting ocupaba igualmente la segunda plaza en la tabla y sumaba exactamente el mismo registro de puntos y resultados: 4 victorias por un empate y una derrota para un total de 13 puntos de los 18 posibles. Ahora bien, la gran diferencia reside, como comentamos anteriormente, en los goles realizados y recibidos. El Sporting de la 20/21 había hecho 6 tantos y había encajado únicamente 2. Sin embargo, mirando los datos de este año con la misma muestra de partidos e idéntico balance final, los de David Gallego suman 9 goles a favor (siendo el tercer equipo que más anota de la categoría) y 6 en contra, los mismos que equipos como Real Zaragoza o Leganés que ocupan puestos de descenso.
Ya se han ido analizando algunas de las claves más relevantes para tal cambio, pero posiblemente el más llamativo responda a la altura a la que suele ubicarse el equipo sobre el campo tanto con balón como sin él. Primeramente, en la presión, que es donde más se nota, pues el Sporting ha pasado de ser el 19º equipo en el número de recuperaciones en campo contrario a ser el que más balones recupera en esa zona del terreno de juego. Datos que se reflejan fácilmente en un nombre: José Gragera. El gijonés es el principal hombre del equipo en dicha función, siendo el sexto del campeonato en dicha cuestión, además de ser el décimo de toda la liga a nivel de campo contrario. Cifras muy alejadas de las que representaba la temporada anterior.
Con balón no han variado demasiado las cifras absolutas, dando pocos pases más de los que ya daba la pasada campaña. Sin embargo, sí que ha cambiado de manera importante la zona en la que se dan. Tanto el propio Gragera como Pedro, los principales distribuidores del equipo, han aumentado significativamente la cantidad de pases que dan en campo contrario, no participando tanto en su propia mitad. Esto es fiel reflejo de esa altura que ha ganado el bloque del Sporting, donde los jugadores del centro del campo en adelante, sumando una cantidad similar de pases, los acumulen en mayor medida respecto al año pasado en la parcela rival.
Presión y juego asociativo, dos aspectos que los de David Gallego ya tenían trabajados pero que ahora se ejecutan en una zona diferente, en un espacio que el Sporting ha comenzado a dominar esta temporada: la mitad de campo rival. El equipo se muestra más ofensivo, o al menos proactivo en ese sentido, fruto de arriesgar más subiendo la altura media de su bloque. Como todo, esto también alude a la teoría de la manta: para que el equipo genere más en campo rival deberá destapar en cierta manera su propia área. Mientras a David Gallego le compense y le salgan las cuentas, el Sporting seguirá ejecutando un planteamiento similar al desarrollado hasta ahora.
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