Artículo de análisis
04 sep 2021 . Actualizado a las 14:05 h.No se podía visitar Girona, sacar una victoria y esperar no sufrir. El Real Sporting así lo hizo, mostró una de sus mejores versiones en ataque para luego prepararse a recibir los golpes con su habitual buen hacer defensivo. El resultado de todo ello se traduce en 3 nuevos puntos que permitían a los de David Gallego dormir como líderes y romper la media inglesa a su favor con el primer triunfo a domicilio. Regreso a casa con los deberes bien hechos. Condensamos, como siempre, algunas de las claves de la victoria rojiblanca en 4 claves:
Sin referencia arriba
David Gallego se vio obligado a hacer como mínimo tres cambios en la foto inicial respecto al once de salida en el último encuentro frente al Mirandés por las bajas del primer parón FIFA de la temporada. Las dudas en la previa se focalizaron en el recambio de Djurdjevic, con varias opciones a ocupar la punta del ataque a cada cual más diferente. El de Súria apostó por alinear a Víctor Campuzano, que llevaba más entrenamientos en sus piernas que Berto y que suponía un impacto menor en el juego del equipo que Pablo Pérez. Así, el Sporting pasó a jugar sin una referencia clara, con el catalán dando muestra de su movilidad y pisando zonas muy diferentes del ataque, lo que dificultó la labor defensiva de los centrales de Míchel. Ese desajuste se notó especialmente en la primera parte, en ese mano a mano que el propio Campuzano yerra y el que posteriormente llega de la mano de Gaspar que sí finaliza en gol. Ambas situaciones se generan con apariciones desde atrás, con buenos desmarques al espacio entre los centrales, que se veían desbordados al no poder controlar fácilmente su marca, que prácticamente cambiaba a cada jugada. El trabajo de Campuzano es más difícil de analizar y valorar a simple vista, pues cobró verdadera importancia sin balón, aunque bien es cierto que le faltó algo más de chispa en lo físico como para destacar mucho más allá, pero a nivel de rol, su papel fue muy importante para que se diera todo lo demás. Jugar con referencias tiene sus evidentes ventajas, pero el fútbol lleva tiempo demostrándonos que no es algo obligatorio.
Permutas en ataque
Una permuta es un cambio de posición momentáneo, aprovechar el movimiento de un compañero para ocupar zonas o roles que sobre el papel no te "pertenecen", lo cual se puede entender tanto en sentido ofensivo como defensivo. Más allá de la movilidad en el último tercio de campo que ya se destacó con anterioridad y que en Girona volvió a hacer gala, las permutas entre los cuatro jugadores de ataque por delante del doble pivote fueron constantes. Favorecido todo esto por la clave anterior, la ausencia de una referencia clara como delantero centro, los Gaspar, Aitor, Villalba y Campuzano cambiaban de posición casi a cada jugada. Quizás Aitor era el más anclado a banda derecha, moviéndose en ocasiones hacia dentro también pero con menor asiduidad que sus compañeros, que adaptaban roles diferentes cada poco, algo mucho más perceptible en el primer tiempo. Eso sí, las funciones estaban claras, con el de Gibraleón dando amplitud y Villalba, por ejemplo, unos metros por detrás para dar continuidad a la jugada y conectar con los hombres de arriba. Cuestiones que hacen que el Sporting sea un equipo más difícil de defender.
Pérdidas evitables
Si el partido tuvo dos tramos diferentes para el Sporting, en el caso del Girona sucede inevitablemente lo mismo. Los de Míchel vivieron con más continuidad en campo rival en la segunda mitad, pero en el primer tiempo también tuvieron sus opciones, especialmente desde la presión tras pérdida y algunos errores o excesos de confianza que mostraron los de Gallego en los primeros pases al recuperar la posesión. En todos los partidos se van a cometer pérdidas y errores de este tipo, pero quizás en Montilivi se vieron en exceso; un error que alentaba a los locales y les permitía crecer, generando situaciones de relativo peligro que sin él no parecían capaces de crear. Pedro quedó esta vez muy marcado en este tipo de acciones, firmando un partido de nuevo notable en muchos aspectos, pero con el lunar de unas pérdidas (no fue el único) que bien podían haber penalizado al equipo. Son cosas normales, fruto del juego, pero que deben tratar de minimizarse colectivamente.
Una defensa impecable
Más virtuosos y con el mono de trabajo. Al Sporting le tocó sacar sus dos versiones y dar lo mejor de sí en ambas para obtener esta victoria. La segunda mitad comenzó con más ritmo por parte del Girona, que poco a poco fue empujando a los de Gallego sobre el área de Mariño. Todo esto se acentuó cuando los visitantes lograron el segundo tanto de la noche, ampliando su renta y con ello las necesidades de los locales. Los cambios a su vez mejoraron a los de Míchel, que sumó dinamismo en el frente de ataque. Aun con todo ello y con un Girona volcado, el Sporting volvió a ser reconocible por su seriedad en la faceta defensiva. Mariño salvó lo que tuvo que salvar -salvo un golazo imposible-, que ya fue poco dado el nivel mostrado atrás, con Babin y Valiente graduándose cum laude en la defensa por alto y al corte para evitar toda situación de remate. El poderío aéreo del Girona al que hacía referencia Gallego en la previa del encuentro no tuvo lugar, y no porque no exista, sino porque el Sporting se impuso en todo momento. La impotencia de un Stuani irreconocible es la mejor muestra del gran trabajo realizado.
Los cambios
Pablo Pérez por Campuzano. El canterano entró para dar soluciones en el juego directo, aunque tuvo un papel más importante en sentido defensivo, sumando piernas frescas para apretar en la presión y ser un efectivo más en defensa con el bloque ordenado en su campo, donde cumplió.
Nacho Méndez por Aitor. El luanquín vino a dar algo más de continuidad con balón en las pocas situaciones que el Sporting tuvo para tratar de "dormir" el partido. Aun así, era una papeleta complicada.
Berto y Berrocal por Gaspar y Villalba. Cambios con el tiempo cumplido por arañar segundos y de paso tener algún elemento más en defensa como Berrocal para estar resguardados en las últimas acciones del partido.
Nota a David Gallego y el resto del cuerpo técnico:
Notable. Con las bajas, se sabía que el Sporting tenía que matizar su juego más allá del rival, empezando por sí mismo. La apuesta de Gallego fue de nuevo inteligente, adaptada al rival y buscando cosas diferentes a las habituales. Todo ello pareció funcionar, al igual que la defensa, tanto cuando tocaba presionar como cuando hubo que replegar. El equipo volvió a firmar uno de esos partidos en los que se dibuja un plan, se sigue al dedillo y cuando no es posible se resiste sin rechistar. El Sporting continúa en su versión sólida y eso le permite sumar ya 10 de 12. Buen inicio.
*Recuerda comentar la noticia en el foro que se encuentra debajo de esta publicidad.