Artículo de análisis
22 ago 2021 . Actualizado a las 22:37 h.Punto de valor el que ha obtenido el Real Sporting de Gijón en su visita a la volcánica isla de Tenerife. Con la perspectiva suficiente, valorando que es un empate en la primera visita de la temporada, ante un rival frente al que no nos suele ir muy bien en su feudo y que supone una nueva portería a cero, pleno (2/2) en este inicio de campaña, el resultado como tal no es para estar insatisfecho. Menos aún, además, contando con el desarrollo del partido y la imagen mostrada por los de David Gallego. Pero eso quizás sea reducirlo todo al más puro resultadismo, pues en un enfoque más global, pensando más en un medio o largo plazo, el duelo que cuajaron los rojiblancos en la tarde de ayer no invita a pensar en grande. Muchas cuestiones que mejorar y en las que vamos a intentar profundizar resumiendo, como siempre, en 4 claves:
Espesa circulación de balón
Repitió foto inicial David Gallego en el Heliodoro Rodríguez López en una clara intención de tratar de replicar el positivo inicio de partido la jornada anterior frente al Burgos. El paralelismo que podemos encontrar con ese encuentro es que el Sporting también fue de más a menos en el global, pero por planteamiento no pudieron estar más distanciados. A los asturianos les costó hacerse con el control del cuero, una premisa básica en la idea y modelo del míster, y cuando lo hizo no tuvo la suficiente fluidez y ritmo en la asociación como para avanzar a zonas de ataque de manera recurrente. La pareja Nacho - Gragera en el centro del campo no brilló en esta ocasión en esa faceta, lo que el equipo notó sobremanera. A pesar de la acumulación por dentro de muchos futbolistas, sumándose al doble pivote nombres como Gaspar y Villalba, además de Aitor con cierta frecuencia, el Sporting no lograba avanzar por dentro, precisamente donde podía llegar a tener superioridad numérica. Llegar a campo contrario era factible, hacerlo con ventajas al último tercio de campo, una odisea.
Falta de creatividad en área rival
Ligado a lo anterior, el Sporting conseguía acercarse con más opciones de encontrar situaciones de remate a partir del juego exterior. Con Gaspar y Aitor -especialmente el primero- abandonando la cal, los carriles pasaban a ser exclusivamente de los laterales. Cual sucesión de Fibonacci, los de David Gallego terminaban replicando en cada ataque la misma jugada, acumulando hombres dentro para descargar sobre las incorporaciones de Kravets y Rosas -de nuevo más incisivos por izquierda- para que estos colgaran un balón al área que en la tarde de ayer no encontró rematador. Ese cortocircuito asociativo por dentro de la clave anterior repercutió para que esto sucediera, destacando que el mediapunta, Fran Villalba, un jugador para destacar entre líneas, cuando más pudo entrar en juego y generar fue en el momento en que empezó a caer por banda derecha, empujando hacia arriba a Aitor y Rosas. Algo ilustrativo del atasco del Sporting por dentro, la falta de alternativas y las pocas ideas para llegar a área rival, algo que venía siendo un punto fuerte de este equipo.
Necesitados de mayor profundidad
Otra de las cuestiones que no venían suponiendo un problema en el conjunto de David Gallego era la profundidad. Los laterales conseguían ganar línea de fondo con una frecuencia suficiente, también las internadas de extremos más verticales como Aitor generaban también ese tipo de situaciones, pero especialmente los desmarques constantes de Djuka, en una guerra permanente con los centrales, facilitaban que el Sporting no adoleciera de falta de profundidad. Sin embargo, apenas se recuerda una jugada de ese estilo -de las pocas positivas colectivamente- en que Rosas ganó línea de fondo y pudo poner un pase atrás. Más difícil es encontrar esa jugada en un Kravets que no encontró en izquierda los socios que sí tuvo frente al Burgos, lo que limitó las incorporaciones del ucraniano a zona de tres cuartos, donde colgó numerosos balones pero que fueron mucho más sencillos de defender por la zaga chicharrera. Se lleva una nueva asignatura pendiente la expedición rojiblanca de Tenerife.
Correctos atrás...sin alardes
No es habitual poner en entredicho la labor defensiva del equipo y el partido tampoco dio como para ello, pero cuenta con más asteriscos de lo habitual. Una nueva puerta a cero también significará algo, por más que Mariño haya vuelto a dejar dos buenas paradas (quizás no tan espectaculares como otras veces pero igualmente importantes) y la madera nos salvase también en un par de ocasiones. El equipo dejó de nuevo alguna duda en acciones a balón parado, sobre todo en la primera mitad, y se vio superado individualmente en acciones puntuales. No fue el partido más brillante atrás, quizás porque estamos demasiado "bien" acostumbrados, pero tampoco puede reprocharse gran cosa al equipo colectivamente, salvo en los espacios que se cedieron en algunas situaciones puntuales que el Tenerife aprovechó para verticalizar. Gajes de tener al equipo arriba.
Los cambios
Pedro por Villalba. Cambio de roles en la medular con el sierense para tratar de llevar la manija. No logró cambiar el guion del encuentro, saliendo revolucionado (en el buen sentido) una jornada más, pero esta vez con menor capacidad y acierto para incidir en las posesiones del Sporting en el tramo final.
Puma por Aitor. Cambio de banda, con el panameño ocupándose de nuevo de la izquierda. No entró demasiado en juego aunque sí gozó de minutos suficientes para que se le viera algo más. No consiguió desestabilizar a la zaga rival, pero al menos sí era un elemento diferente a lo que había hecho el equipo hasta el momento.
Berrocal por Valiente. Debut del central en partido oficial con el Sporting; no tuvo trabajo o incidencia a destacar reemplazando a un Marc Valiente del que no ha trascendido lesión o molestia alguna, por lo que se entiende que el cambio deriva de algo puramente técnico de Gallego o bien al cansancio del zaguero catalán.
Pablo Pérez por Nacho. Entró con el tiempo cumplido sin llegar a tocar pelota.
Nota a David Gallego y al resto del cuerpo técnico:
Insuficiente. Hubo un tramo de la primera mitad en que el Sporting tuvo el control de la pelota y del partido, pero fue incapaz de inquietar verdaderamente (solo una ocasión clara en ese tramo y en todo el partido) y generar esas situaciones de remate que en otras ocasiones sí se logró. En lo defensivo hubo sustos, aunque no lamentaciones, pero si el motivo para alabar la actuación de los nuestros pasa por generar más de lo poco que nos genere el rival, esta vez la tortilla terminó dada la vuelta. Muchas cosas que mejorar y apuntar en la libreta en un partido gris en general, aunque el resultado sí sea suficiente para estar satisfechos. Y es que a eso se aferran todos los que ven el vaso medio lleno ahora mismo: 4 de 6.
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