Artículo de opinión
22 feb 2021 . Actualizado a las 00:46 h.Tres puntos más para aguantar el elevado ritmo de la zona alta de la tabla. Una victoria construida desde la solidez atrás y las acciones a balón parado. Versión tímida del Sporting, aunque con ocasiones suficientes como para haber retornado a Gijón con mejor resultado. Igualmente, se sigue antojando complicado superar a los de Gallego. Analizamos algunas de las claves de la victoria en tierras manchegas:
Dificultad en los primeros pases
Plan habitual de Gallego en salida de balón, con uno de los pivotes incrustado entre centrales y el otro ocupando el espacio a la espalda de la primera línea de presión rival. Fuego era quien retrasaba su posición de partida para que Gragera ganara altura como principal organizador, sin embargo, una pérdida importante del canterano provocaba un ajuste tanto en la forma como en las intenciones: Gallego intercambiaba roles y situaba a Gragera entre centrales con Fuego ahora jugando de espaldas, algo que parecía no convencer dado que el Sporting entonces renunció a filtrar ese primer pase hacia el pivote. Los rojiblancos sumaron largos minutos de dominio de balón (una vez se sacudió el control inicial de los locales), pero los pases entre centrales, en una zona intrascendente, se sucedían para terminar dando paso a unos envíos directos en los que los asturianos no terminaban de imponerse.
Nula influencia entre líneas
No es la primera vez que el Sporting muestra esta falta de fluidez en los primeros pases, algo que inevitablemente deriva en un déficit en el juego interior del equipo. Bien es cierto que el planteamiento del Albacete fue muy orientado a potenciar estas carencias, cerrando prioritariamente los pasillos interiores en un ordenado 4-4-2 en un bloque muy estrecho y compacto, haciendo que todo su equipo se juntara en pocos metros. Con los cuatro centrocampistas manchegos tapando los espacios por dentro, la influencia de Gaspar o Manu García en su zona predilecta entre líneas fue ínfima. Los canteranos apenas lograron entrar en juego, cumpliendo con las intenciones del planteamiento de Alejandro Menéndez. El Sporting no fue capaz de corregir dichas dificultades en todo el encuentro, lo que dificultó su tarea con balón.
Dudosa gestión de la ventaja
En una primera hora sin apenas acercamientos, el Sporting se encontraba en ventaja numérica y goleadora. Una situación provechosa para terminar de imponerse con balón, cerrar al rival en su propio campo y tratar de sentenciar el encuentro con un segundo tanto. Ocasiones hubo, eso es innegable, pero la falta de acierto y a veces de control sobre el esférico permitieron mantener con vida a un rival que a priori lo tenía todo en contra. No se ejercitó la mejor lectura del partido con todos estos factores de cara, tanto en el juego -aunque se firmaron buenos contraataques- como en la gestión de errores y aciertos. El propio Gallego lo reconocía en la rueda de prensa posterior al choque, faltó interpretar mejor estos minutos en ventaja, pero se pudo compensar con una defensa nuevamente sólida.
Un partido condicionado por la estrategia
No es habitual que un técnico lance flores a su trabajo ante la prensa, pero esta vez Gallego tiene toda justificación de su parte. En palabras del catalán, el Sporting es uno de los equipos que mejor defiende de la categoría. Y no le falta razón. Los rojiblancos volvieron a firmar un partido excepcional en defensa. Siendo un rival de la zona baja de la tabla, el Albacete siempre fue un rival complicado por su buen hacer en acciones a balón parado y su dominio del juego aéreo. Casualidades del fútbol, esta vez la estrategia marcó el ganador del encuentro, pero lo hizo en favor de los asturianos. Victoria por la mínima con gol tras centro de falta lateral y un Mariño que apenas tuvo que intervenir en este tipo de acciones. La defensa de nuevo pilar básico de los rojiblancos.
Los cambios
Pedro por Manu y Aitor por Cumic. Primeros cambios de Gallego ante un escenario que estaba cambiando. Ventaja en el marcador así como en el número de efectivos, el Sporting encontraría espacios para atacar a la contra en velocidad, algo que Aitor, entrando de refresco, pudo aprovechar con varias acciones de acercamiento al área rival. Más protagonismo para el onubense por sus apariciones ofensivas, aunque Pedro también sumó un trabajo importante en la contención de la medular, actuando más retrasado que el sustituido Manu.
Pablo Pérez por Djurdjevic. Sustitución en los minutos finales, apenas sin tiempo para hacer algo reseñable, aunque el canterano se acercó a zonas de remate en alguna última acción ofensiva a la contra.
Salvador por Gaspar. Último cambio ya a escasos segundos para el final del encuentro.
Nota a David Gallego y el resto del cuerpo técnico
Bien. No fue un partido de gran brillantez, mostrando dificultades especialmente con balón, aunque se lograron generar ocasiones suficientes como para finalizar el choque con un resultado más plácido. Igualmente, no se sufrió en demasía en fase defensiva, aunque sí se echó en falta una gestión más eficiente de la ventaja numérica. El gol de la victoria, siendo una acción ensayada, suma puntos al trabajo diario.
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