Artículo de opinión
25 ene 2021 . Actualizado a las 13:38 h.No aprovechó su oportunidad el Sporting, que llegaba a Castalia con opciones de asaltar la cuarta plaza de la clasificación tras los tropiezos de algunos rivales directos. Sin embargo, los de David Gallego regresan de vacío tras un partido marcado por un dominio estéril de los rojiblancos. Victoria para Juan Carlos Garrido el día de su debut en el banquillo orellut, para hacer honor al dicho. Analizamos algunas de las claves de la derrota de los asturianos.
Un once ‘inesperado’
Recuperaba efectivos Gallego a lo largo de la semana tras la crisis de la Covid, con muchas miradas puestas en el once que dispondría el técnico catalán. El míster no quiso hablar de castigos en la rueda de prensa posterior, sino de premios. Premio a aquellos que han competido en cada partido a pesar de las circunstancias y que han sumado puntos para seguir optando a todo. El once no variaba, con varios de los teóricos titulares esperando su oportunidad en el banquillo, algo que puede sorprender, pero que tampoco peca de incoherencia. Este mismo once se ha demostrado competitivo, y la situación que le ha tocado gestionar al entrenador no resulta sencilla. El partido no se pierde por el once inicial, como tampoco podemos asegurar que con otros nombres de inicio el resultado hubiera sido diferente.
Falta de contundencia en el área
No fue un encuentro demasiado exigido en lo defensivo para los rojiblancos, habiendo controlado con relativa comodidad la posesión del esférico, las opciones de los locales pasaban por tratar de aprovechar alguna opción de atacar con espacios ante la defensa adelantada de los de Gallego. Babin, Borja y Fuego no descuidaron su espalda y el Sporting no sufrió en esas posibles transiciones, sin embargo, las sensaciones cerca de la meta de Christian Joel no fueron las mismas. Los duelos en el área cayeron del lado castellonense, con el propio David Gallego reconociendo que se defendieron mal las acciones de ambas goles, siendo la del segundo tanto la que evidencia estas dificultades en una tarde aciaga, con dos marcajes en superioridad (2vs1) que se tornaron insuficientes para evitar el potente golpeo de Gus Ledes. No suele pecar el Sporting de esta fragilidad en área propia, pero el acierto en las áreas es la que marca las diferencias en el marcador, y en esta ocasión los rojiblancos estuvieron desacertados en ambas.
Posesión estéril
No tuvo una papeleta fácil el Sporting con la presión alta de los locales, que subían sus líneas con dos puntas para dificultar los primeros pases de la zaga rojiblanca, que sumaba a Javi Fuego entre centrales para generar superioridad. A pesar de las dificultades, los de David Gallego hilvanaron una solvente salida de balón, encontrando a Salvador entre líneas y buscando a continuación a los laterales, que partían de posiciones muy adelantadas. La conexión Fuego-Salvador-Saúl fue una de las más repetidas de los rojiblancos, aunque esta efectividad en los primeros pases contrastaba cuando el balón llegaba a campo rival. Pocos movimientos por delante de balón, un equipo falto de profundidad y que encontraba cada vez mayor oposición con el paso de los minutos y la desventaja en el marcador, con el Castellón juntando sus líneas cerca de su área aunque sin renunciar a la presión. El Sporting vivió más cómodo en el desenfreno de los primeros minutos, en el intercambio de golpes, pero con el crochet que supuso el primer tanto, el contexto se volvió en su contra. Mucho control de balón, pero nulo peligro desde la posesión.
Ausencia de juego interior
Si bien el Sporting controló la posesión del esférico (finalizó el encuentro con un 74% de posesión) y la salida de balón fue positiva, hubo una falta evidente de apoyos por dentro una vez Salvador podía ver la jugada de cara. Con los extremos y laterales compartiendo zonas de influencia en campo contrario, todos ellos bien abiertos, el juego interior se reducía a unos envíos directos sobre Djuka que, si bien en alguna ocasión nos permitió avanzar, fueron situaciones complicadas de las que sacar ventajas. David Gallego posiblemente se dio cuenta de esto, o por lo menos los cambios así parecían indicarlo. Con Manu García, Pedro y Pablo Pérez sobre el césped, renunciando a sacar del mismo a Carmona, el plan del Sporting cambió radicalmente, dejando las bandas únicamente para los laterales y ofreciendo triangulaciones por dentro que no terminaron de fructificar ante un rival ya replegado y cerrando todos los espacios. La peor sensación que nos llevamos de Castalia es que el equipo no estuvo en posición de poder sacar algo del encuentro.
Los cambios
Pedro y Manu por Aitor y Salvador. Cambio de propuesta a Gallego. Con los dos canteranos el Sporting sumó más juego por dentro y verticalidad, sumando varios pases entre estos dos protagonistas para que los rojiblancos avanzaran en campo contrario superando las líneas de presión locales. No lograron traducir esto en claras ocasiones de gol, pero la cara del Sporting, y especialmente su forma de construir los ataques, tomaron un cariz nuevo con ellos en el campo.
Pablo Pérez por Cumic. Más presencia por dentro con la entrada del gijonés. No tuvo gran incidencia en el juego, aunque se incorporó con un buen desmarque de ruptura en área rival que finalizó con un pase a Djuka bien atajado por el meta rival.
Nota a David Gallego y el cuerpo técnico
Insuficiente. Salvo esos minutos de la primera parte en que se generaron situaciones de peligro, al Sporting se le atragantó el partido. Bien es cierto que la falta de acierto en las áreas termina marcando el resultado, donde Gallego no es responsable directo, pero parece evidente que este equipo es menos efectivo cuando debe llevar el protagonismo del encuentro. No se puede decir que haya sido un resultado injusto, por lo que más allá de sus decisiones en el once o los cambios, la sensación es que se le debe exigir más al Sporting de lo que ha sido capaz de ofrecer hoy.
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