Artículo de opinión
26 nov 2020 . Actualizado a las 17:41 h.Nueva victoria para un Real Sporting de David Gallego empeñado en ilusionar a su parroquia. 27 puntos en 14 jornadas que superan ya la cifra que alcanzara la entidad gijonesa en el ecuador de la pasada campaña. Cifras que se corresponden a un equipo al que se le intuye cierta progresión, cada vez más acoplada al estilo de juego de su técnico.
Un equipo compacto
El Sporting tuvo que hacer frente de nuevo a situaciones muy diversas en el desarrollo del duelo. Si bien no sufrió tantos minutos de encierro como en Palma de Mallorca, los de David Gallego tuvieron sus momentos de presión alta y de repliegue en torno al área de Mariño, y en ambas circunstancias la premisa parecía clara: que el equipo estuviera lo más compactado posible. Si la presión alta del Sporting no fue demasiado intensa, conscientes de la superioridad numérica del Sabadell en salida de balón, sí que estuvo muy bien ejecutada desde lo posicional, con las líneas muy juntas y dificultando el avance de los catalanes desde el pase vertical, como pudo verse en la recuperación de Aitor para el primer gol y que varios minutos después repitió, aunque esta vez sin el mismo desenlace. Gallego arriesgó, adelantó su línea defensiva para acompañar al bloque en la presión y dispuso a su equipo en muy pocos metros con el fin de dificultar las posesiones de un Sabadell que siempre estuvo en busca de mayor protagonismo con la pelota.
Verticalidad por dentro
De nuevo una acción que quedó patente en Palma y que se dará con mayor asiduidad en los partidos venideros: el avance del Sporting por dentro en campo contrario. Gallego repitió once e intenciones respecto al fin de semana, sin embargo, por la disposición táctica del rival, esas recepciones de Djuka entre líneas con Pedro o Manu atacando al espacio debió matizarse. Sabiendo de la imposibilidad del balcánico para generar dichos espacios por la presencia de tres centrales arlequinados, esta vez su labor se centró más en fijarlos, en estirar al equipo lo máximo posible para que el espacio entonces se generase entre líneas, una zona en la que influyeron tanto Pedro como Manu, que se acercaba al carril central para combinar con el ‘8’ rojiblanco. Gragera, Fuego e incluso los dos centrales encontraron vías de pase hacia sus dos mediapuntas para que fueran ellos quienes aceleraran la jugada con su calidad en pocos toques. El Sporting volvió a crecer en ataque desde esta jugada, que cada vez sale con mayor asiduidad y efecto.
La defensa de intervalos
Volvió a ocurrir en una jugada que ya podíamos intuir problemática. Aitor defendía su costado, amagando con salir sobre el carrilero rival, pero con la intención de tapar el pase vertical a su espalda. En ese movimiento, la distancia del onubense con el pivote de su lado era demasiada, y tras un desajuste por los buenos movimientos en ataque de los visitantes, el Sabadell encontró el espacio perfecto para con un pase vertical superar dos intervalos: el de pivote-extremo y el de central-lateral. Ya nos ocurrió frente al Castellón, que encontró muchas ventajas en ataque a través de este pase, aunque no tuvo la incidencia que sí encontró el Sabadell. Un gol del que el equipo solo puede aprender.
El efecto Gaspar
Poco que decir al partido del canterano. Su entrada, al instante del gol visitante que igualaba la contienda, en un contexto en el que el Sabadell había dado un paso al frente por los dos pasos atrás del Sporting, cambió por completo el guion del partido. Desparpajo, verticalidad, atrevimiento y calidad en los últimos metros. Gaspar hizo todo de ‘10’, y lejos de suponer una clave táctica en sí mismo, coincidiremos en que su partido particular fue el que permitió al Sporting sumar tres puntos sin titubear. Decantó la balanza en favor de los de Gallego y su influencia fue radical en el marcador.
Los cambios
Gaspar por Aitor. Lo dicho anteriormente; fue un buen partido del onubense, pero David Gallego dio entrada a otro extremo que vivió su particular noche para el recuerdo. Doblete de Gaspar, que estrenaba su casillero goleador con el primer equipo del Sporting, en un cambio que cambió por completo el signo del partido.
Carmona por Pedro, Cumic por Manu y Pablo Pérez por Djuka. Tres cambios en los últimos instantes del partido sin incidencia alguna en el juego.
Nota a David Gallego y el cuerpo técnico
Bien. El equipo se mostró firme en sus ideas, que poco a poco parecen ir progresando y definiéndose en un equipo reconocible. Su planteamiento con balón volvió a ser de un alto nivel y la entrada de Gaspar se anotará en su lista de aciertos. Sin embargo, esos momentos en que tocó sufrir y en los que el Sporting encajó el gol del empate, pasando varios minutos sin opción a réplica encerrado en el área de Mariño, dejan ciertas dudas sobre la gestión de la ventaja en este partido concreto, de ahí que su nota no sea más alta. Aun así, a día de hoy es mucho más lo que resaltar positivamente de este equipo que lo negativo. Gallego quería que disfrutáramos viendo al equipo y lo estamos haciendo.
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