
Artículo de opinión
10 nov 2020 . Actualizado a las 23:05 h.El comienzo del Real Sporting de Gijón ha sido brillante, pocas cosas negativas se le pueden decir a un equipo que ha igualado a nivel de puntos las primeras 11 jornadas de la plantilla sportinguista que ascendió con Quini, Ferrero y Joaquín, entre otros.
Sin embargo, entre esos 'peros' hay dos que encajan con la figura del capitán, Carlos Carmona. Los extremos, el lugar donde ha jugado estos años el mallorquín, tanto el izquierdo como el derecho, no han encontrado a su gran inquilino una vez pasado el primer cuarto de campeonato y no se atisba una solución al respecto, como tampoco se encuentra a la hora de que sumen las asistencias y goles necesarios para poder mantenerse en las cotas más superiores, sin tener una gran dependencia de los pases de Manu García y del acierto de Uros Djurdjevic.
Con todos sus defectos, que los tiene, como cualquier futbolista de Segunda división, Carmona ha demostrado estas temporadas su capacidad para no dejar solo a Djuka en posiciones de remate, siempre pisa área, y para tocar el balón lo suficiente mientras el lateral de turno se toma el tiempo necesario para doblarle, a la par que el resto de hombres se prepara en zonas de disparo. No le quema el cuero en los pies y no, no tiene el regate de Vinicius, pero tampoco se ha visto que sus compañeros sí lo tengan. Por lo que en una plantilla más bien corta, en una temporada en la que se pueden hacer hasta 5 cambios por jornada, sorprende que a estas alturas solo supere ligeramente los 75 minutos disputados.

Se podría dudar de su compromiso, pasando de indiscutible a descarte, pero Carmona ha demostrado muchas que es un hombre de club. En su día rechazó buenas ofertas de Primera división por seguir en El Molinón, no dejó tirado a su equipo ni tras el reciente fallecimiento de su padre, y acaba de sellar una revisión en los plazos del pago de su ficha -junto a Javi Fuego- para dar facilidades económicas a la SAD en mitad de la pandemia.
A nivel defensivo, el diestro no es una 'bala' y no va a ser el hombre que frene un contragolpe rival, pero durante varios años ha sido el jugador que más entradas con éxito ha logrado en el Sporting, así como ha entrado en el top de la categoría de plata. Una comparativa en la que se incluyen a defensas, mediocampistas defensivos y todo tipo de jugadores.
Por otro lado, si el problema es contractual por la ampliación de un año extra de contrato -acaba su vinculación en verano del 2021- si Carmona juega un mínimo de minutos en 20 partidos, es tan simple como renegociar su situación con el balear. En caso contrario, sería como tener un Ferrari clásico en el garaje que no sacas a la calle porque consume mucha gasolina; absurdo, una vez que no ha salido del club en el mercado veraniego y que estás pagando de su salario.
Para concluir, no se deben tomar estas líneas como una crítica hacia Gaspar Campos, Aitor García y Nikola Cumic. El asturiano, ahora que juega en la banda izquierda, ha empezado a enseñar las cualidades que ya demostraba en el filial, su buen golpe desde fuera del área y la capacidad para combinar; el andaluz, desde su anarquía, siempre es un hombre que te puede resolver un partido en un balón aislado; y el serbio, que a día de hoy parece completamente inadaptado, como Afif y otros tantos en su momento, parece tener unas cualidades diferentes a los otros nombres a la hora de desbordar, es trabajo del cuerpo técnico que logre exprimirlo. Todos pueden sumar, también Carmona.

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