Entrevista con La Voz de Asturias
08 oct 2020 . Actualizado a las 23:14 h.Entrenador y mucho más. Francisco Javier López Castro, 'Javi López' (Barcelona, 1964) formó parte durante tres temporadas, con paréntesis y desde diferentes funciones, del cuerpo técnico del Real Sporting de Gijón. Su vínculo sin remedio a la etapa de Miguel Torrecilla en el club rojiblanco oculta a un profesional del mundo del balón de amplio recorrido y reconocida labor. El entrenador conversa con La Voz de Asturias y repasa las sensaciones previas a un derbi asturiano que conoce a la perfección tras vivir desde el banquillo las tres últimas citas de rivalidad regional.
¿Qué es de Javi López en la actualidad?
«En casa, en Benicasim, esperando que surja un nuevo proyecto. Soy entrenador, me gusta mi profesión, disfruto entrenando, la vida de vestuario. Me mantengo al día, veo mucho fútbol, toda la Segunda división. Se echa en falta el verde. La etapa en la secretaría técnica del Sporting fue una buena oportunidad para ampliar conocimientos desde otro punto de vista. Es algo que te da un amplio conocimiento de temas de mercado, de ver muchos equipos, estilos, ideas, sistemas tácticos, acciones a balón parado, cómo juegan en otros países... y eso también enriquece, pero yo soy entrenador»
Si sigue la categoría, entonces ya sabrá que es semana de derbi...
«Lo sé. Es una semana diferente, en el ambiente ya se nota, en el propio entrenamiento también. Siempre se trata de decir que es un partido más, pero no lo es. También le digo que desde el tema del Covid se está jugando una Liga diferente y por tanto los derbis también lo notan. Estos partidos los marcan mucho las aficiones, son importantísimas y ese aspecto, que pesa mucho en los partidos, no está y desluce muchísimo. He tenido la suerte de vivir unos cuantos y no tiene nada que ver»
Desde dentro del vestuario le tocó vivir tres.
«Sí, con todos los posibles resultados. El último fue otra cosa, por lo que decía del Covid. El primero fue algo brutal, inolvidable. Ganamos, pero me quedo con el ambiente al llegar a El Molinón, me pareció espectacular. Esas cosas son las que marcan el devenir de este tipo de partidos. Ayudan mucho, pero también pueden perjudicar mucho. En serio, la llegada al estadio fue la leche, me pareció de locos. Sin embargo en el 0-0 en el Tartiere, la llegada al campo fue más normal y después, en el césped, había buen ambiente, pero no me pareció muy caldeado. Apretaban, pero no me pareció algo tan fuerte como lo que se respiró en Gijón. De todas formas, esa carga emocional y psicológica en estos partidos sin público no se tiene»
¿Lo dice por el último disputado?
«Claro. En una semana de derbi intentas llegar a los jugadores de diferentes formas. Tampoco hace falta tirar mucho de manual de motivación, porque ya lleva esa carga el propio partido. Aquel día creo que hubo poco fútbol, con aquellas gradas vacías, sin el aliento de la afición... Seguramente con la gente tirando del equipo el partido hubiera sido otro. El recuerdo que me queda fue el de un partido frío, que en vez de parecer un derbi parecía un partido más. Nos llevamos una decepción. De ganar, el equipo se ponía en una posición en la tabla interesante. Creo que lo que nos pasó la temporada pasada fue que el equipo tenía una gran fortaleza defensiva, pero nos faltó hacer más cosas en el plano ofensivo y tener más regularidad; no ganamos dos partidos seguidos en toda la temporada. Ese derbi fue un paso más en el transcurrir de la temporada»
¿Ve a Djuka ahora y reconoce al delantero que entrenaba con usted?
«Sí, pero ahora está entrando la pelota. Está con confianza y eso es fundamental para la gente que tiene que finalizar y tiene que jugar en ese último cuarto del terreno de juego, que es donde más cuesta funcionar. Djuka ahora hace un disparo y lo hace con el convencimiento de que va a ir dentro, y va dentro. Ojalá que le dure toda la temporada y ayude mucho al equipo. Me alegro mucho por él, como me alegro por el Sporting. Si los hombres de ataque son capaces de hacer un buen número de goles, con el equipo bien armado como está, te da argumentos para pensar que puede pelear en la parte de arriba. Me alegra verles, tengo mucha gente dentro a la que aprecio y todo lo que le vaya bien al Sporting es una alegría para mí también»
¿Cómo resume sus tres años en Gijón?
«He estado absolutamente encantado en el Sporting, me han tratado muy bien, no tengo ni una queja. En lo personal el balance es totalmente positivo. En lo deportivo, al final, uno llega con unos objetivos muy claros y en Gijón, siempre que se está en Segunda división, el objetivo es estar en los puestos altos, tratar de ascender, si es de forma directa mejor y si no, entrar en el playoff. Sólo se consiguió el primer año, por lo tanto no podemos estar contentos para nada»
¿Dónde estuvo el error de Torrecilla?
«El fútbol es tan complejo que los análisis a toro pasado no son fáciles. Creo que en general se hicieron buenas plantillas, la prueba es que este año el equipo inicia prácticamente con la misma plantilla del año pasado y con jugadores que han ascendido del B, que todos teníamos claro que unos meses antes o después iban a pertenecer al primer equipo, era el camino natural. El equipo nunca tuvo la regularidad necesaria y al final eso hace que los estados de ánimo de los jugadores no sean los mejores. Este año se empieza muy bien, el equipo está fuerte, espero que sean capaces de mantener la línea de trabajo de David Gallego. En estos años anteriores, no se encontró la tecla y no creo que sea el más indicado para dar los porqués»
¿Se vio sentado en el banquillo cuando Paco Herrera tuvo que salir?
«Ni no ni sí. Yo siempre he estado al servicio del Sporting, independientemente de los cargos donde estuve. Sabía cuál era mi sitio. Primero la secretaría técnica y después se me llamó para estar dentro del organigrama técnico del primer equipo y lo hice gustosamente. He tratado siempre de ayudar desde el sitio al que pertenecía en cada momento, pero nunca ha sido mi aspiración, más allá de que yo sea entrenador y me sienta entrenador. Mi aspiración ha sido la de ayudar al Sporting»
¿Hasta qué punto fue una sorpresa que le volvieran a llamar después de la etapa en Lugo?
«Pues, seguramente, igual que sorprendió al resto, a mí también. Surgió. La verdad que en el tiempo que estuve en el Lugo intercambiaría dos o tres mensajes con Miguel, no más. Después de salir del Lugo recibo una llamada, me hizo una propuesta y dije: sí, me apetece»
¿Cuánto daño hacía aquello de que era 'el espía' de Torrecilla en el vestuario?
«A mí personalmente ningún daño. La gente que me conoce sabe muy bien quién es Javi López y cómo se mueve por la vida. No tengo ningún problema en ese sentido. Ahí están los trabajadores del club, los jugadores, los entrenadores, las personas que han compartido mi día a día y eso me parece una gran chorrada. No vivo preocupado de esas cosas, te pueden llegar por diferentes caminos, pero no he vivido pendiente de lo que se pudiera decir. También se me puso la etiqueta del hombre de la estrategia. En mi tiempo en el Sporting nunca me encargué de la estrategia defensiva. Y de la ofensiva, solo me encargué en el tramo de la segunda temporada de José Alberto. Tengo la espalda bastante ancha para cargar con esas cosas; se puede decir también que yo entrenaba a Djuka para que la tirara fuera, no hay problema»
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