Artículo de opinión
06 oct 2020 . Actualizado a las 12:50 h.Sin margen para la duda. El Sporting continúa imperturbable, inmaculado, en su camino al frente de la segunda categoría del fútbol español. Victoria de importante calibre en Almería ante el que ha sido con diferencia el mejor rival de estas cuatro primeras jornadas de campeonato. No lo pusieron nada fácil los de José Gomes, pero el cuadro gijonés volvió a ser resolutivo y efectivo en ambas áreas para llevarse tres puntos de mucho mérito, unos que sirven para coger aire en una de esas semanas marcadas en el calendario del aficionado sportinguista, una con aroma a derbi.
Eficacia en las áreas
Ha sido una de las notas positivas habituales durante este arranque de competición, pero no por ello podíamos obviarlo en esta ocasión. El Almería, que demostró tener argumentos más que válidos para triangular cerca del balcón del área rival, combinando a alta velocidad y filtrando pases con peligro buscando la profundidad de sus hombres de ataque, apenas pudo inquietar el marco de Mariño más que con algunos disparos de media distancia que ejecutaba un siempre malintencionado Aketxe. Babin y Borja estuvieron imperiales por alto, y tanto los laterales como los centrocampistas resolvieron con un alto índice de acierto sus compromisos defensivos. Esta vez el meta gallego no tuvo que aparecer en la foto como uno de los más destacados sobre el resto, lo cual habla muy bien del papel que tomó la retaguardia en tierras andaluzas. Un acierto atrás que también se trasladó a campo contrario, donde Djurdjevic mandó a guardar uno de los pocos remates que el Sporting tuvo en todo el encuentro.
Gran sentido colectivo en el esfuerzo
Tocó remar a contracorriente, dejar que el Almería llevase la voz cantante con el balón pero sin renunciar a seguir presionándoles en salida. El Sporting volvió a mostrar una cara diferente a la que Gallego pretendía instaurar, con una filosofía más reactiva que propositiva. Pero los rojiblancos supieron defender su área -como ya hemos comentado- y esperar su oportunidad desde un gran ejercicio de la responsabilidad de todo el colectivo. Cada pieza sumó desde su rol para complicarle los ataques al rival. Un sentido del esfuerzo que resultó en un Sporting coral y que asentó sobre el trabajo de sus once futbolistas en el verde sus opciones de victoria. Un equipo que sabe sufrir es un equipo más preparado para el triunfo. Y los de Gallego supieron sufrir esta vez.
Margen de mejora claro con y sin balón
Hay que darle mérito al buen trabajo de un Almería que se mostró ordenado tanto a la hora de salir jugando desde atrás como cuando tocaba presionar arriba. Aun con ello en mente, el Sporting encontró dificultades en ambos escenarios. Tres jugadores atrás, con Javi Fuego esta vez entre centrales, y dos laterales ganando metros como punto de partida para salir con balón. Se logró avanzar con éxito en más de una ocasión, especialmente cuando recibía un Pablo García que gozaba habitualmente de unos metros por delante -a modo de preludio de lo que pasaría después con la entrada de Saúl-, pero más allá de esto se le hizo muy de noche a un Sporting generalmente superado en ambas facetas. Reconociendo el mérito del Almería, también resulta justo decir que el punto de madurez de los pupilos de Gallego aún no está a la altura del de los andaluces.
De nuevo decisivo con los cambios
Al igual que ocurriera ante el Cartagena, David Gallego volvió a acertar de pleno con sus cambios con un movimiento clave en el momento justo. Saúl García ingresaba al campo en sustitución de un amonestado y fatigado Pablo García, y el desenlace ya lo conocemos todos. El técnico catalán ha vuelto a ser decisivo con sus decisiones de campo, acercando al Sporting a la victoria siendo atrevido en sus sustituciones e imprimiendo una intensidad desde el área técnica que no tardaba en verse reflejado en unos futbolistas que estuvieron bajo la constante exigencia de su entrenador durante los noventa minutos.
Los cambios
Saúl por Pablo García: lo ya comentado; hombre por hombre para tratar de aprovechar esas situaciones de ventaja en banda izquierda con un futbolista de refresco que entraba por uno amonestado. No necesitó más razones David Gallego para dar entrada al nuevo fichaje y terminar justificando su decisión siendo decisivo pocos minutos después con una maravillosa asistencia.
Gragera por Pedro Díaz y Álvaro Vázquez por Cumic: se incorporaron aún con empate en el marcador. Aire fresco para un centro del campo que estuvo trabajando inagotable durante todo el encuentro, para lo que Gragera sumó a la causa, y la entrada de un segundo delantero para sumar posibilidad de acierto en área rival llevando a Aitor hacia la banda. Álvaro apenas tuvo incidencia en el juego, pero Gallego volvió a hacer gala de su atrevimiento.
Carmona por Aitor García: cambio en los minutos finales con la intención de frenar el ritmo de un Almería volcado. La experiencia de Carmona en esos contextos podía suponer un plus, y así se evidenció con alguna falta que sacó en favor de los intereses del Sporting.
Nota a David Gallego y el cuerpo técnico:
Notable. De nuevo una buena nota para el técnico, que volvió a ser decisivo con sus intervenciones. Se le resiste el sobresaliente por esas dificultades que atravesó el Sporting durante todo el encuentro, por mérito del buen rival que había enfrente, pero también mostrando que el cuadro rojiblanco aún tiene margen de mejora en varios aspectos de su juego. Otros días con esto no será suficiente, pero Gallego sigue sumando de tres en tres, y al final eso es lo que importa en esta maratón que es La Liga Smartbank.
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