Pizarra Sporting: José Alberto le ganó el pulso a Marcelino

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

Marcelino y José Alberto
Marcelino y José Alberto JOSÉ LUIS CEREIJIDO

Análisis desde el banquillo del Sporting - Valencia

09 ene 2019 . Actualizado a las 23:14 h.

José Alberto se enfrentaba ayer a uno de esos encuentros que todo técnico sueña en sus comienzos, ponerse cara a cara frente a uno de tus reconocidos referentes, Marcelino García Toral. Para colmo, le ganó.

Si hace unos días fue foco de las críticas por su táctica y sus cambios frente al Zaragoza, ahora es momento de elogiar su cambio de sistema, que debería llegar para quedarse; la motivación con la que saltaron al campo los menos habituales, recordemos los partidos de Copa de la última década; y cómo aumentó las virtudes del Sporting y redujo las de una plantilla diseñada para jugar la Champions.

El VAR, y un pase involuntario del árbitro, evitó que el Sporting ganase por 2-0 en vez de 2-1, un resultado que le daría pie y medio al acceso a los cuartos de final de la Copa del Rey, dejando a los asturianos entre los ocho mejores de España en la competición del KO.

La propuesta inicial

José Alberto apostó por un 4-3-3 o 4-1-4-1, según se quiera ver. Lo importante, más allá de los números, es que el tercer mediocampista devolvió el equilibrio que había desaparecido desde la puesta en escena del 4-4-2. Esa superioridad por dentro ayudó a evitar problemas atrás, ya que si el Sporting se encerraba, el Valencia tenía capacidad para atacar con hasta 8 jugadores por el perfil de sus laterales. Se llevó la batalla a la zona del campo donde interesaba a los locales.

Dani Martín en portería -sublime, como siempre-, defensa de cuatro para Molinero, Juan Rodríguez, Babin y Canella. Los zagueros no se prodigaron en exceso en ataque, ni en la salida de balón, pero no se complicaron ni ralentizaron la posesión, como debe ser.

A nivel defensivo salen muy reforzados frente a un Valencia que atacó con dos puntas de prestigio, así como una segunda y hasta tercera línea -Gayá y Wass- con licencia total para el ataque. Por contra, en ningún momento dieron la sensación de verse superados. Molinero sacó a relucir su experiencia, Juan Rodríguez se mostró muy rápido y expeditivo, Babin lució sus galones de mejor central de Segunda, y Canella demostró que puede recuperar la titularidad en Liga.

En el mediocampo, Cofie ejerció como hombre ancla. En el minuto 1 parecía que se iba a ganar el "vaya día" por su asistencia perfecta al delantero rival, pero se rehízo sacando la escoba de cortar jugadas sin hacer falta y cumplió con el balón, de hecho, hasta acumuló dos ocasiones de gol. Su papel fue clave en el engranaje defensivo para corregir los desajustes lógicos de la alta presión de sus compañeros de ataque.

A su vera jugaron André Sousa y Hernán Santana. Dos hombres que han salido de los planes de José Alberto en las últimas semanas, pero que para nada desentonarían como titulares si juegan como ayer. Entre ambos recuperaron 20 balones e hicieron jugar al equipo con solo 12 pases errados frente a la gran asistencia de gol del portugués, y las dos de remate de Santana. No abusaron del pase horizontal sin sentido.

En los flancos, Noblejas demostró fuera de posición que es un jugador más que válido para el Sporting. Anotó un gol y tuvo en sus botas el segundo, además dio una asistencia de remate. Algo que le eleva a los altares teniendo en cuenta el rendimiento habitual de los extremos izquierdos en el Sporting. La única pega, se esperaba más de él a nivel defensivo como lateral que es.

En el lado diestro Álvaro Jiménez sigue teniendo problemas acabar con éxito sus jugadas personales, pero también es digno de elogio que lo intente de forma constante. Además logró 6 de los 8 regates que intentó. A nivel defensivo bailó con la más fea, Gayá y lo dejó todo en su misión, se fue hasta las 12 acciones defensivas repartidas por todo el campo.

En punta, Pablo Pérez volvió a poner la camiseta de comodín. Se peleó con los centrales, bajó balones al piso, trató de hacer jugar al equipo, tuvo una gran ocasión de gol y llegó a las 9 acciones defensivas. No es Di Stéfano, pero un jugador así siempre es vital en un equipo, además ofrece la sensación de que con algo más de pausa y de confianza puede hacer más daño al rival.

Se notó que debe jugar como jugar mediapunta, pero los delanteros deben tomar nota de su juego para el equipo. Así como el trabajo con dos interiores se debería mantener en competición liguera, por la consistencia que dieron a la hora de cortar el flujo de Parejo y Soler, dos futbolistas capaces de jugar en la sala de máquinas de un aspirante a la Champions, sin olvidarse de hacer las coberturas correspondientes en la subida de los carrileros y presionar a los centrales.

Los cambios

Blackman por Álvaro Jiménez. Entró y metió un gol la ocasión que tuvo. Después trató de ayudar como referencia en punta, aunque no se le vio mucho. No obstante, su tanto le da crédito en una semana complicada para él. Debe aprender del trabajo de Pablo Pérez, su zancada y sus cualidades son válidas para aportar mucho más.

Pedro por Hernán Santana. Pisó más que su compañero la banda derecha. Cumplió para mantener la presión, pero puede aportar mucho más, estos minutos le deben servir para ganar ir ganando peso.

Traver por Noblejas. El extremo sigue por debajo de las expectativas en el computo global, aunque si cada partido da una asistencia de gol como la de ayer, bienvenido sea.

Balón parado

Correctos en defensa, peligro en ataque. El equipo mejoró las marcas defensivas contra un rival de calidad, que además dispuso de varios balones parados desde posiciones peligrosas (Álvaro debe controlar más sus impulsos defensivos). A nivel ofensivo se volvió a rozar el gol y la sensación de peligro, aunque sea en segundas jugadas, es mayor. Falta mayor determinación en el remate.

Nota final para José Alberto y su cuerpo técnico

Sobresaliente. A nivel global se vio a un Sporting más vertical, sin miedos, sólido y con las ideas claras. El cuerpo técnico debe tomar nota del encuentro para seguir construyendo los cimientos de su proyecto.

Los cambios, sin suponer una enorme revolución, fueron eficientes y ayudaron a ganar el partido. Cabe reseñar que no fue la habitual apuesta por encerrarse y aprovechar una contra, propia de un equipo de Segunda.