El bueno, el feo y el malo del Sporting

Emilio Ordiz GIJÓN

SPORTING 1905

Carmona
Carmona LaLiga

Gran partido de los de Baraja, que dominaron de cabo a rabo a base de velocidad y mucha intensidad

18 dic 2017 . Actualizado a las 12:19 h.

En el fútbol lo que rueda es el balón. Una verdad tan rotunda como lo es que el Sporting era un equipo al que le quemaba en los pies. No ocurrió eso en el debut de un Baraja que plasmó a rajatabla todo lo que comunicó desde que llegó a Gijón: quería un estilo que enganchase a la afición a base de correr y ser vertical. Así se hizo. De nada vale mirar a lo que se hizo mal en el pasado, sino que ahora lo importante es que el primer paso del nuevo Sporting ha sido firme. El mejor encuentro en lo que va de temporada para confirmar que hay mimbres. Asomar la cabeza era lo que faltaba.

Todo son buenas noticias tras una goleada que es balsámica y que confirma varias cosas: Nacho Méndez está más que listo, Juan Rodríguez sabe lo que hace y sobre todo, Carmona y Santos tienen que ser capitales si el equipo rojiblanco quiere reengancharse a la parte alta de la clasificación. En cambio, resulta arduo sacar algo negativo. Si acaso un Stefan Scepovic al que todavía le falta. No se puede pasar del cero al sobresaliente en solo noventa minutos. Por lo demás, esta semana el sportinguismo puede esbozar una sonrisa. Pero solo de momento: esto solo es el primer ladrillo de un edificio muy alto.

El bueno: Carmona

Se jugó a lo que quiso el diez. Estaba encorsetado y se desmelenó no solo con un golazo, sino también dando una clase de cuándo y cómo. Marcó el ritmo mientras le duró la gasolina y puso al estadio en pie al ser sustituido. Dijo el Pipo que era necesario que los pesos pesados dieran un paso adelante para sacar al Sporting de la dinámica negativa. Carlos Carmona lo ha hecho a base de buen fútbol. Como él, Nacho, Juan o el propio Santos estuvieron en la cumbre de lo que se pide, pero la diestra del moreno siempre es bien recibida.

El feo: Isma López

Más desdibujado que el resto de hombres de ataque. Solo ese es el motivo para colocarle un escalón por debajo de los demás. Es menos incisivo jugando de interior pero Canella lo agradece. El doble lateral no lo es tanto, pero es innegable que los kilómetros del navarro son luz en cualquier equipo, y más en una Segunda División que exige tanto. Aun así, da la sensación de que jugando por delante sus galopadas son menos.

El malo: Scepovic

Igual que Isma, no le sirvió con dar un siete porque los demás estuvieron de nueve. Estaba casi denostado y volvió a la titularidad, pero apenas tuvo opciones de hacer gol. Bajó muchos balones de espaldas y se desgastó. A pesar de eso, todavía está lejos de ser el nueve que tiene dentro. Este es un problema que solo se soluciona de una manera: jugando.