Análisis del partido desde el prisma del técnico
05 dic 2017 . Actualizado a las 15:45 h.Nota: 3, insuficiente
El equipo de Paco Herrera mejoró lo que venía haciendo desde hace ocho jornadas, pero no fue suficiente para conseguir los tres puntos. El entrenador catalán recibió en El Molinón una sonora pitada al término del encuentro. Con esta, ya es la segunda derrota consecutiva en Gijón, y la quinta en toda la temporada.
Este Sporting de Paco Herrera está confeccionado para regresar a Primera División. Sin embargo, siete puntos de 24 posibles no son números de ascenso. De hecho, lo son más bien de descenso. En caso de que Paco Herrera no gane el próximo partido tendrá muy difícil su continuidad en el banquillo asturiano.
Aspecto táctico
Paco Herrera volvió a utilizar el esquema utilizado en Albacete. El 5-4-1, aunque, como posteriormente reconoció el entrenador catalán, sólo se trata de simples números, pues tanto Isma como Calavera actuaron de carrileros en ataque y como laterales en defensa. Apostó por Juan Rodríguez en lugar de Quintero, lo cual se podría interpretar como un mensaje a Torrecilla. De hecho, el jugador del filial no llegó a su marca en el único gol del encuentro.
El equipo empezó con las mismas dudas que últimamente acostumbra: Sin juego, sin ideas y sin opciones. Con el paso de los minutos, el Sporting se fue asentando en el partido. De hecho, el equipo tuvo varias ocasiones para meter gol, pero el meta rival, Cristian Álvarez -que fue el mejor del encuentro-, desbarató cualquier opción de los rojiblancos.
La segunda parte comenzó como el final de la primera: El Sporting dominaba y tenía las ocasiones, mientras que el Zaragoza se encontraba cómodo defendiendo. Sin embargo, el gol rival sintió como un jarro de agua fría a los rojiblancos. Eso, y la lesión de Bergantiños, fueron el cóctel mortal para que los asturianos volviera a ser el equipo mediocre y sin ideas al que últimamente tiende a acostumbrar.
Casi al final del encuentro, y cuando más apretaba el equipo, el árbitro decretó penalti por un claro codazo a Pablo Pérez. Sin embargo, y como colofón a una pesadilla, Michael Santos erró la pena máxima que pudo suponer el empate y un salvavidas para Paco Herrera.
Los cambios
Con la lesión de Bergantiños, Paco Herrera tuvo que improvisar. Retiró al gallego para dar entrada a Carlos Castro, que lo único que hizo fue protestar las decisiones del colegiado. Tras la entrada del ariete, Herrera prescindió de la defensa de cinco, subiendo a Álex Pérez al mediocentro y dejando a Juan y Barba como zagueros.
Pablo Pérez entró por Rachid, y el gijonés hizo su mejor partido de la temporada. Luchó, tocó fácil y ganó balones. Incluso provocó el penalti que a la postre fallaría Michael Santos. El cambio, que fue muy criticado por la grada, se debió a la amarilla que el argelino acarreaba, como después aseguró Paco Herrera al término del encuentro.
Por último entró Moi Gómez por Carmona. El alicantino estuvo como acostumbra: intermitente. No aportó ni generó. Tampoco ayudó la situación en la que el equipo se encuentra.