El conjunto rojiblanco se sobrepuso por primera vez en liga a un marcador adverso
27 nov 2017 . Actualizado a las 15:04 h.Durante la semana pasada se ha criticado duramente a Paco Herrera porque cada vez que el equipo recibía gol, no reaccionaba. Hasta la fecha, siempre que el Sporting encajaba un tanto, el casillero rojiblanco se quedaba tal y como estaba. Pues bien, ayer, en el empate contra el Albacete, demostraron que eso se acabó. Demostraron que el equipo tiene capacidad de reacción.
Tanto jugadores como el entrenador han pedido calma a una afición que no le vale el punto conseguido en Albacete. Pero siendo justos, el equipo en el Carlos Belmonte fue mejor que el resto de partidos de noviembre. Es cierto que la primera parte fue la misma tónica que contra el Cádiz o el Valladolid, pero la segunda fue otro cantar. La entrada de Santos le dio otro aire al Sporting. Incluso logró contagiar a sus compañeros, que fuero mejores. Así lograron no sólo empatar, sino ponerse por delante.
Ahora toca remar con un equipo que se dañó en Reus, se hundió contra el Valladolid, tocó fondo contra el Cádiz, y empezó a reflotar en Albacete. Segunda División es muy larga. Lo que hoy son cinco puntos en contra, en un mes pueden serlo a favor. Sigue persistiendo el problema de que el equipo no sabe que rumbo coger. También sigue encajando goles a balón parado, pero al menos el gigante que estaba dormido empieza a dar muestras de que está vivo.
