El ariete gaditano vuelve a El Molinón defendiendo el escudo del Cádiz
19 nov 2017 . Actualizado a las 11:22 h.Verano de 2006. Un desconocido David Barral (San Fernándo, Cádiz, 10.05.1983) se desvinculaba de la cantera del Real Madrid para firmar con el Real Sporting. Su llegada, petición explícita de Manolo Preciado, generó mucho revuelo. Con el técnico cántabro compartió casi toda su estancia en Gijón. Durante su primera campaña logró quedar el segundo máximo anotador con nueve dianas, sólo a la sombra de Edwin Congo.
Ya en su segundo año en Asturias, Barral logró marcar en once ocasiones, y junto a sus compañeros de ataque Mate Bilic y Kike Mateo, lograban un ataque de ensueño logrando el ansiado ascenso a Primera División.
Durante la primera temporada del equipo en primera, Barral consigue anotar diez goles que resultaron vitales para conseguir la permanencia. El último de ellos lograba el empate ante el Recreativo de Huelva en la última jornada, para que más tarde su compañero Luis Morán marcase y el equipo lograra la salvación.
Los siguientes años fueron más tranquilos en Mareo. Salvaciones plácidas, un Sporting que resultó el tercero menos goleado de la competición, una victoria épica en el Bernabéu, otro empate meritorio en El Molinón ante el Barcelona. El club se había asentado en la categoria y Barral en el equipo.
Sin embargo, los 9 goles de Barral en la temporada 2011-12 no sirvieron para que el equipo lograra la permanencia, y el club volvió a Segunda División. Ese mismo verano, el gaditano hacía las maletas rumbo a Turquía, concretamente al Orduspor, a cambio de dos millones de euros. Tras su breve paso por el equipo asiático, cambiaría de equipo casi cada temporada. Vuelta a La Liga con el Levante, después a los Emiratos con el Al-Dhafra SCC, vuelta a España con el Granada, un breve paso por Chipre y finalmente Cádiz, equipo en el que juega desde este verano.
En Gijón logró disputar 11.291 minutos, repartidos en 175 partidos, donde logró anotar un total de 45 goles y repartió 9 asistencias. David Barral siempre ha tenido buenas palabras para el equipo rojiblanco, pese a algunas polémicas como el piscinazo en Granada que supuso una derrota sportinguista. Además, el tiburón de la bahía lleva tatuado al Sporting en su gemelo derecho, del que está muy orgulloso.