La derrota del Sporting en Reus obliga a echar la vista atrás y recordar el precio de un ascenso. El último retorno de la entidad a Primera dejó una puntuación récord (82) y solo dos derrotas durante la temporada. En el banquillo había un tal Abelardo denostado posteriormente por muchos. El actual Sporting lleva tres derrotas en su casillero. Esta simple comparativa no trata de decir que los rojiblancos no puedan ascender pero si que, tal y como está la Segunda División, partidos como el del fin de semana no se pueden dejar escapar porque esos puntos son los que te van a diferenciar de estar en un ascenso directo o jugártelo todo a un play off.
El choque ante el Reus fue para olvidar. Santos con la pólvora mojada y una defensa a medio gas propiciaron que en una de las pocas ocasiones que tuvieron los catalanes se llevaran el gato al agua. El ataque del Sporting hizo de nuevo aguas con Stefan Scepovic en el banquillo mientras Borja Viguera volvía a ser titular. Paco Herrera, sincero en la mayoría de sus planteamientos, debe explicar qué está sucediendo realmente con el ariete serbio. A estas alturas nadie puede creer que todo se resume a explicaciones del tipo «buscar la mejor versión de futbolista» o «es un jugador importante para nosotros y le necesitamos». Si el técnico catalán sigue por el mismo camino corre el riesgo de sufrir el rechazo de una grada que cada semana se pregunta con más ahínco que está sucediendo con un jugador que marcó 23 goles en su última estancia en Gijón y que ha pasado de la titularidad a la suplencia en un abrir y cerrar de ojos. Poderosas razones debe tener el encargado de dirigir la nave rojiblanca para que Stefan se haya convertido en el cuarto delantero por detrás de Viguera y Castro.
El mismo fin de semana que el Sporting volvió a conocer la derrota también nos dejó alguna noticia que pasó a un segundo plano pero que conviene no olvidar. La paranoia de Javier Tebas volvió a alcanzar una nueva dosis con el suspenso (a la larga cierre) de la cuenta de Twitter Hemeroteca RSG. El gran delito se encuentra en un vídeo del pasado mes de enero donde se incluyen imágenes de Cuéllar. Por partes. No es la primera vez que se suspende una cuenta. De hecho es la segunda ocasión en la que está cuenta se cierra. Mismo camino que siguieron otras que trabajaban de forma desinteresada como Ex Sporting. Llama la atención que 10 meses después de la publicación se actúe. En un fútbol donde a unos cuantos parece interesarles más llenarse los bolsillos que mirar por el bien del deporte rey, es fácil atacar al pobre en lugar de meterle mano la rico. Sería muy interesante conocer donde está el peligro de una cuenta que se dedica a recordar la historia de un club centenario y que ha sido aplaudida incluso por algunos de sus protagonistas. Por ejemplo, David Villa.
Javier Tebas se preocupa por las imágenes de cuentas de Twitter como las relacionadas con el mundo Sporting. Se argumenta que están sujetas a derechos de televisión y por ello la LFP denuncia. Se le olvida a Tebas que es muy amigo de preocuparse por lo que está ligado a lo económico porque el fútbol y su afición le dan exactamente igual. Basta ver la última jornada de 2017 donde habrá liga todos los días. Apasionante. Será una manera de combatir sus obsesiones con otros campeonatos como el francés donde su principal preocupación ahora es el dinero catarí que, presuntamente, ficho a Neymar. De Catar llegó el dinero que pagó el paquete de los derechos de La Liga pero ahí todo eran piropos tal y como contó el director de El Larguero Manu Carreño. Esto debe parecerse a la democracia que pide Guardiola para Cataluña cuando callaba mientras vivía en Emiratos Árabes.
De vuelta a Cataluña, que no al ‘procés’, lo mejor fue volver a ver a Alex Menéndez correr por la banda. El Reus le ha dado la oportunidad de volver a disfrutar del fútbol al ex rojiblanco, algo que le habían robado en un club (por ser educado) como el Girona. Su cambio antes del 90 por un choque con Santos se quedó en un susto. Larga vida al ex rojiblanco porque, pese a la distancia y el tiempo, el origen no se olvida y ese es rojo y blanco.