La llegada del final de año acelera la negociación de los presupuestos en Gijón
10 dic 2016 . Actualizado a las 00:02 h.La llegada del final de año acelera la negociación de los presupuestos en Gijón. Unas conversaciones que sumadas a la aritmética municipal obligan al gobierno a mirar hacia la oposición si quiere sacar adelante su propuesta. Sin embargo, no se asusten que esto nada tiene que ver con una columna de opinión de economía.
La cuestión se centra en una de las enmiendas presentadas por Izquierda Unida. La coalición ha presentado una propuesta para reducir en 400.000 euros el convenio entre Ayuntamiento y Sporting de Gijón. Un descenso de 600.000 euros anuales a 200.000 que ahora habrá que esperar si es aceptada o no.
Resulta curioso analizar cómo se desenvuelven los liderazgos. Tan sólo un grupo municipal que cuenta con dos concejales de 27 ha sido capaz de presentar una propuesta para que la entidad de Javier Fernández deje de recibir una generosa cantidad que podría destinarse a otros usos. A todos los portavoces de los grupos políticos se les ha escuchado entonar aquella frase de «deberíamos revisar el acuerdo ahora que la situación económica del club es otra» o la importancia de que el nombre de Gijón figure en la camiseta.
La realidad es que únicamente la coalición que lidera en la Casa Consistorial Aurelio Martín, compartiendo el argumento de vender el nombre de Gijón, lo ha llevado a efecto. El resto, pudiendo hacerlo, o callan porque no interesa abrir el melón o simplemente esperan que otros tomen la iniciativa. Lo que en el argot político se llama ponerse de perfil. Si tan bueno es que el nombre de Gijón figure en la elástica ¿Por qué no hacerlo gratis? El Sporting debe su supervivencia a la ciudad.
Ya va siendo hora de dejar de financiarse a través de lo público cuando se trata de una SAD en todos los aspectos. Para lo bueno y para lo malo. Razones hay muchas y la historia habla de algunas de ellas. Fue el gobierno municipal liderado por la socialista Paz Fernández Felgueroso la que acudió al rescate del Sporting cuando la entidad estaba al borde de la asfixia. Un club que nunca ha pagado por el alquiler de El Molinón más allá del simbólico euro, a quién hubo que comprarle las marcas y Mareo para salvarlo de la quema ¿recuerdan? La entidad rojiblanca nunca ha tenido mejor casero que el consistorio, no ya sólo por las ayudas sino por las ocasiones en las que ha habido que renegociar pagos no efectuados. No hay que olvidar tampoco la ampliación del convenio de cesión del municipal gijonés.
En el otro lado se encuentra el silencioso Sporting con una cuidada política de comunicación que trata de llevar a efecto su nuevo director Fernando Garrido donde el presidente aparece y desaparece según convenga y donde el flamante portavoz, Fernando Losada, no se prodiga demasiado en pronunciamientos públicos. Varias veces se ha escuchado al Sporting asegurar que hay ofertas de marcas para publicitarse en la camiseta. Poco más y tal parece que hay puñetazos por entrar en el conjunto rojiblanco. Incluso un informe elaborado por la Liga de Fútbol Profesional marca en 1,5 millones de euros el valor de la camiseta rojiblanca.
La realidad es que, de momento, el sustento lo sigue llevando el consistorio y no hay ningún acuerdo firmado con nadie. También pudiera ser que se haya aplicado el filtro de Fernández, aquel que se sustenta sobre la base de que las negociaciones deben ser sigilosas no vaya a ser que se rompan. A ver si al final esto va acabar siendo como el cuento de la lechera o el de la venta.
Con más de 40 millones de euros procedentes de los derechos de televisión ya no hay excusa para cortar el grifo a la entidad rojiblanca. Otra cosa es que el gobierno se ponga de perfil o el resto de la oposición mire hacia otro lado. Sea como fuere el portavoz de Izquierda Unida, Aurelio Martín, ha abierto el melón rojiblanco. Los resultados no tardarán en llegar. Acuérdense, no es oro todo lo que reluce en la casita de cristal.