SPORTING 1 UD LAS PALMAS 1 Crónica

Fisherman

SPORTING 1905

08 mar 2015 . Actualizado a las 23:58 h.

Sporting: Alberto García(2); Lora(1), Luis Hernández(2), Bernardo(2), Isma López(2); Sergio Álvarez(2), Mandi(2); Juan Muñiz(1), Pablo Pérez(0), Jony(1) y Guerrero(1).

Sustituciones: Ndi(0) por Pablo Pérez, Carmona(sc) por Juan Muñiz y Carlos Castro(sc) por Guerrero

Las Palmas: Casto; David Simón, Vicente Gómez, David García, Ángel López, Nauzet Alemán, Araujo, Momo, Hernán, Aythami y Javi Castellano.

Goles: 1-0 Juan Muñiz(p). 1-1 Aythami.

Árbitro: Juan Manuel López Amaya, del Comité Andaluz.


 
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Cuando se acerca la UD Las Palmas a Gijón se oye a lo lejos un zumbido, se oscurece el cielo y la ciudad queda a merced de un graznido ensordecedor. En el vestuario, imagino a Abelardo aleccionando a los suyos para revertir la mala racha rojiblanca contra los canarios, a quienes no ganaban desde hace casi diez años. Silvestre contra Piolín. Y se volvió a escapar vivo el maldito pájaro.

Se agotó el papel en la capital de la Costa Verde, aunque luego a casi nadie le cuadraron las cuentas al echar un vistazo a la grada y revisar el número oficial de asistentes. Estarían todos en el baño, echando el pis de los nervios, el de antes de un examen, el que precede a los polvos inciertos. Abelardo pobló el centro del campo para mitigar la ausencia de Cases, y de paso neutralizar uno de los puntos fuertes de su rival, que intentó imponer su jerarquía y llevar el destino del encuentro a sus dominios. El Sporting buscaba robar y salir con velocidad, con Guerrero fajándose con los centrales y Jony e Isma estirando el chicle por la banda izquierda, con Mandi y Sergio en la retaguardia. El partido aumentaba los decibelios hasta el punto de pitarle a uno los oídos,  desafortunado de no encontrarse in situ sino enfrente de la pantalla  intentando convertir el combo de saque de banda de Luis Hernández y cabezazo de Bernardo. Hace muchísimo tiempo, en la época de Joaquín, Jiménez y demás, estaba con mi abuelo viendo el partido por la tele y a falta de pocos minutos para el final, mi abuelo se levantó con un córner a nuestro favor. Le pregunté por qué lo hacía y me contestó: ?Para rematar?. Me junté a él y cuando el balón volaba me abrí la cabeza y de paso la televisión al intentar meter gol. Mi abuelo y yo no volvimos a hablar de fútbol nunca más.

 
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El Sporting salía al galope a la primera oportunidad y Juan Muñiz marró la ocasión más clara del primer tiempo.  Los canarios se desperezaron y Nauzet intentó sorprender a un Alberto que le está cogiendo el pulso al puesto y de paso negándole el pan y la sal a uno de los malditos de la Liga Adelante. Se imagina uno a Arya Stark recitando en un susurro: ?Joffrey, The Hound, Ilyn Payne, Nauzet Alemán..?. La UD crecía al avanzar los minutos y el intermedio le vino bien a los rojiblancos, con Bernardo y Luis Hernández de nuevo a un altísimo nivel defensivo, pero sobrepasados al final por el empuje visitante.

Apareció el Sporting con ansias renovadas y las ideas más claras del vestuario, apretando desde el principio y moviendo el esférico con velocidad y sentido. Guerrero, Jony e Isma López engrasaban la maquinaria del Pitu y avisaban al rival, que envuelto entre la bruma no sabía si estaba en Gijón, en el Londres de Sherlock Holmes o todo era una ilusión provocada por el jet lag.  Los locales perdonaron en exceso a su rival, que apenas salía de su campo. Fue entonces cuando sucedió. David García agarró dentro del área a Bernardo y de súbito, el sportinguismo asistió a un milagro solo comparable a los narrados en el Antiguo Testamento. En ese instante las parejas se abrazaron y se emplazaron horas después al romanticismo de una noche inolvidable, prometiéndose que si engendraran un vástago, lo llamarían Juan Manuel y si fuera niña, Amaya., invitando al árbitro al bautizo y a un posible convite. El pacto de sangre lo selló Juan Muñiz marcando el primer gol de penalti del Sporting en el último año.

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Tal alivio debió suponer el tanto desde los once metros que inmediatamente el Sporting se vino atrás, y dejó territorio de maniobras a Las Palmas, que aceptó el envite gustoso. Los locales abusaron de las faltas en zona peligrosa y concedieron demasiado a un rival que aprovechó su experiencia y oportunismo para empatar la contienda tras varios rebotes. Abelardo movió el banquillo para encarrilar un encuentro que fruto del cansancio de ambos equipos, se convirtió en un correcalles. Ndi, uno de los más frescos, decidió ralentizar el juego y de paso a sí mismo, como si de repente se encontrara en estado de ingravidez a 4000 kilómetros de la estratosfera entre un pupurri de malas decisiones. La lucha era titánica y la falta de fuerzas podía decantar el partido de uno a otro lado, conformándose ambos al final con un resultado positivo tras los marcadores de los rivales directos y citándose para una futura revancha, quien sabe si en varios meses, porque lamentablemente en esta categoría apasionante, no van a poder subir todos los que realmente lo merecen.

Sergio Pinto
@dikembe