UD Las Palmas: Barbosa; Ángel, Nauzet, Apoño, Momo, Deivid, Aythami Artiles, Javi Castellano, Xabi Castillo, Valerón y Aranda.
Sporting: Cuéllar(0); Lora(0), Luis Hernández(1), Bernardo(1), Álex Menéndez(sc); Carmona(1), Sergio(1), Cristian Bustos(1), Isma López(0); Scepovic(0) y Lekic(1).
Sustituciones: Iván Hernández(1) por Álex Menéndez, Jony(1) por Isma López y Guerrero(sc) por Scepovic.
Goles: 1-0 Aranda.
Árbitro: Daniel Ocón Arráiz, del Comite de La Rioja.
Volvió Cuéllar a usar los pies en vez de la cabeza y un error suyo condenó a un Sporting al que le faltó fútbol, carácter e ideas sobre el césped del Insular. El equipo rojiblanco solamente mostró signos vitales durante diez minutos en el segundo tiempo, suficientes para acorralar a una UD Las Palmas sostenida por Barbosa y que tomó aire hasta el final tras los acertados cambios de Josico. El marcador queda a expensas de lo que pueda suceder el domingo en Gijón, con un Sporting al que le vale vencer por la misma renta, pero escogiendo una senda muy distinta a la recorrida hoy en terreno canario.
Apenas se había cumplido el minuto de juego cuando Nauzet provocó el primer uy! en una grada apenas poblada a pesar de los precios populares. Lo que pareció un error de colocación fruto del ajuste de piezas tras el inicio se convirtió en la tónica habitual de un partido en el que los de Abelardo, como si una señal vía satélite se trataran, llegaban un segundo tarde a cada jugada. La lesión de Alex Menéndez terminó por hacer jirones la banda izquierda, que ocuparía un interino Lora tras la entrada de Iván Hernández, que a su vez desplazó a Luis H. a la banda opuesta. Sin Barrera ni Jony de inicio y con Bustos e Isma López como recambios, el conjunto rojiblanco se encomendó al balón largo y a la inspiración de su pareja de serbios. El plan hizo aguas desde el principio y volvió a evidenciar la necesidad de un elemento más en el centro del campo cuando el doble pivote está formado por dos jugadores más de contención como Bustos y Sergio Álvarez. De esa situación se aprovechaba la UD Las Palmas, que aceleraba el ritmo y recuperaba rápido una pelota que a los rojiblancos les quemaba, incapaces de dar dos pases seguidos. En una cesión de Luis Hernández, Cuéllar ignoró la máxima de todo portero y en vez de despejar a un lateral decidió revivir los fantasmas de Zaragoza y su pelotazo rebotó en Bernardo para caerle franco a Aranda, que solo tuvo que empujar a la red.
El gol espoleó a los locales que incrementaron su dominio y dejaron al descubierto las vergüenzas de un Sporting sin orden ni concierto, perdido en las botas de Carmona, el único que trataba de superar la resistencia canaria ante la mirada extraviada de sus compañeros, que de vez en cuando levantaban la cabeza para ver el destino de un centro de Isma López, calamitoso en el día de hoy. La falta de empaque en el centro del campo era jauja para Valerón, Nauzet, Apoño y compañía, que, perros viejos, se limitaban a hacer circular el balón en rondo mientras corría el reloj, sin asomar el colmillo pero llevando peligro en cada aproximación, por leve que fuera, ante una defensa blanda como la gelatina y un árbitro que decretó una tregua que supo a gloria en el bando gijonés.
La vuelta de vestuarios fue más benévola con los gijoneses, que como otras tantas veces, reciclaron los primeros 45 minutos en un atismo de reacción biodegradable. Los de Abelardo dieron un paso adelante con las mismas herramientas que el primer acto, pero con mayor presencia en campo rival y las líneas más juntas. Un libre indirecto de Lekic que rozó el palo y un remate a bocajarro desviado por Barbosa fueron la rúbrica de los rojiblancos en el partido, en sus mejores momentos, cuando Jony saltó al campo con el cuchillo afilado para toparse con Ángel, otro de la vieja guardia de Josico, que le frenó en seco. El técnico local vio que su centro del campo era incapaz de contener el empuje gijonés y dio entrada a Vicente Gómez por un Valerón ovacionado en todos los rincones del planeta. Gómez, perla futura, cosió la pelota a su pie y oxigenó a su equipo junto con Asdrúbal, sustituto de Momo y Javi Castellano, inmenso todo el partido. Como si de una boda se tratase, los mayores dejaron la pista a los jóvenes que llevaron el partido donde querían, a la impulsividad y el desenfreno de las noches locas de corbata en la frente. Parecía que los locales se conformaban, mientras Abelardo daba entrada a Guerrero por un Scepovic totalmente ausente un partido más. El canterano apenas tuvo opciones de enganchar un rechace que se perdió en el olvido. A medida que pasaban los minutos el Sporting volvía a convertirse en calabaza, cada vez más cerca de la medianoche, en un partido para olvidar, cuyo resultado puede ser un mal menor si nos encomendamos a El Molinón y a Pitágoras, pero echando la vista noventa minutos atrás, muchas cosas han de cambiar para que el equipo pueda tener opciones de luchar por el ascenso en la eliminatoria final.
Sergio Pinto
@dikembe
¿Cómo habéis visto al Sporting? ¿Que cambiaríais para el partido del domingo? ¿Quién ha sido el jugador más destacado?