PONFERRADINA 1 - SPORTING 0 LA CRÓNICA y videoresumen

Fisherman

SPORTING 1905

26 may 2013 . Actualizado a las 18:42 h.

-Buena mañana para la cantera, el Sporting B gano 1-0 con gol de Alex Garcia al Getafe B. Y el Sporting juvenil certifico su plaza para Copa del Rey venciendo por 2-5 al Lugo, con goles de Castro 3, Álvaro y Miñor.


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PONFERRADINA: Santamaría(1); Carpio(2), Samuel(1), Alan Baró(2), Nano(1); Juande(1), Jonathan Ruiz(0), Acorán(2), Saúl(1); Máyor(1) y Yuri(1).

SPORTING: Cuéllar(1); Lora(1), Bernardo(1), Iván Hernández(1), Borja López(1); Nacho Cases(0), Bustos(1); Sangoy(0), Trejo(0), Santi Jara(0) y Bilic(1).

SUSTITUCIONES: David (sc) por Sangoy, Muñiz(sc) por Cases y Carmona(0) por Jara

GOLES: 1-0 Baró

ÁRBITRO: Ricardo de Burgos Bengoetxea, del Comité Vizcaíno.

El Sporting volvió a fracasar a la hora de mostrar su candidatura real a un ascenso que ya se antoja utópico. Los rojiblancos no dieron la talla en un partido que debía ser el epicentro de la temporada y tras tirar 45 minutos a la basura buscaron resolver por la vía rápida en el segundo tiempo. El gol de la Ponferradina, en flagrante fallo defensivo sepultó las aspiraciones de los de Sandoval, que se quedan a 9 puntos de Las Palmas en la más desgarradora intrascendencia.

En un ambiente inmejorable para la práctica del fútbol, arropado por casi 3.000 seguidores, el Sporting afrontaba en El Toralín su última oportunidad de engancharse al playoff de ascenso ante un rival directo. La Ponferradina, inmersa en su sueño particular, comenzó llevando la batuta del encuentro, pero sin inquietar en demasía a un conjunto rojiblanco bien replegado con dos líneas muy juntas. Borja suplía a Canella en el lateral izquierdo y Bustos forzaría su quinta amarilla dependiendo del desarrollo del partido. Los de Sandoval salieron más concentrados que en anteriores desplazamientos, donde los primeros minutos resultaron funestos y lastres insalvables como sucediera en Sabadell. Ambos equipos se mostraban temerosos y sin ninguna intención de arriesgar, conscientes de la importancia del choque, como dejando los riesgos para el crepúsculo, cuando no ya no hay vuelta atrás.

Los balones largos a los jugadores más adelantados era el escaso bagaje de un Sporting conformista, que se contentaba con mantener a raya a los futbolistas rivales, pero sin ningún resquicio de ambición aparente para un equipo que se jugaba la vida en el corazón del Bierzo. La Ponferradina poco a poco reafirmaba su dominio mandando en el centro del campo y buscando las bandas, sobre todo la de Borja. Los rojiblancos volvieron a evidenciar sus problemas con los balones aéreos, llegando de esa manera la mejor oportunidad de los locales, con un cabezazo a bocajarro de Yuri, solo en el punto de penalti. La primera parte no dio para más, con un Sporting inoperante y ausente, irreconocible.

El segundo acto comenzó fulgurante con un remate al palo de Bilic tras la mejor jugada del equipo en todo el partido. El remate del croata pudo cambiar el signo de un partido que el Sporting decidió agarrar por los cuernos y afrontar en su totalidad. Atrás quedaban 45 minutos abandonados a su suerte, desperdiciados, mientras los rojiblancos imponían su dominio ante un rival que se defendía de las aproximaciones asturianas, alentadas por la numerosísima afición gijonesa. El dominio de los de Sandoval no se traducía en ocasiones, con una falta de pegada alarmante y la ausencia de un director de juego, con Cases desaparecido y Trejo con escasos detalles en beneficio del equipo. El esférico se paseaba por zona local, pero sin incomodar en demasía a los bercianos, que salían al contragolpe aprovrechando los espacios. En un saque de esquina, tras jugada de estrategia, llegó el gol local. Acorán mandó a Sangoy a Chipre con un regate y su remate lo remachó Baró en boca de gol, rompiendo todas las calculadoras y rebanando de lleno los sueños de ascenso de la parroquia sportinguista.

Tras el gol de la Ponferradina, llegaron las prisas. Sangoy dejó su puesto a David y poco más tarde Carmona y Muñiz intentarían dar oxígeno a un equipo tocado y hundido por completo. Los intentos de empate resultaron fútiles, sin cabeza ni plan establecido, guiados por la impaciencia del corazón y las gargantas de una afición inconmensurable. Pero ni así hubo manera de romper el cerrojo local, convirtiéndose El Toralín en el epitafio de la temporada sportinguista, que a 20 de abril se encuentra en tierra de nadie, a 9 puntos del sexto puesto, aferrado a unas matemáticas en las que ni Pitágoras confía y con la incertidumbre en el horizonte. Este último punto es el más doloroso, con jugadores claves que se irán y la vuelta a empezar un año más, de un nuevo proyecto.


¿Dio la talla el Sporting en el partido de hoy? ¿Acertó Sandoval con los cambios? ¿Merece el Sporting la situación en la que está?

@alejandro_vigil